El Arte De Fingir [JELSA] (#1) ✔︎

23. Constelación De Estrellas

Capítulo final ❄️

Jack

El momento exacto en que me enamoré de ti, podría decir, fue la primera vez que te vi.

Yo aun no lo sabia, pero me había enamorado de ti, de cada parte de ti.

En el camino me fui enamorando de tu tierno sonrojo, luego de tus sonrisas, tus besos, tus caricias, tu bella piel pálida, tus intensos ojos azules que me hacen soñar. Cada cosa en ti, cada detalle, cada facción de ti me encantaba.

Te veía y sentía las típicas mariposas en el estómago, a tu lado me sentía como un adolescente, como un niño enamorado, muchas veces me reí de mi mismo por eso.

Parecía un crio flechado.

La dulzura y la inocencia que aparentabas era muy tierna, muy genuina. Cada día que te conocía mejor, sentía que me enamoraba más de esos ojos soñadores, profundos como el océano, infinitos como el universo.

Terminé por enterarme de que era un loco enamorado, la primera vez que te hice el amor.

Aquella vez estuve una semana entera sin poder dejar de sonreír de la nada, cada minuto del día era recordar tus sonrojo, tus placenteros sonidos, no podía dejar de pensar en ti y en que quería hacerle el amor mil veces más, verte disfrutar por mi, jadear y repetir cuanto te gustaba y me querías.

Fue como choque estelar, fue hallar un lenguaje universal al unir dos mundos, lo fue todo, fue viajar por la galaxia.

Como esos momento de la vida en que sabes que las cosas comienzan a tomar un rumbo.

Dejé de sentirme perdido, y me hallé en tu piel, en tus besos y en tus caricias.

Oía tu voz e instantáneamente sonría, era una reacción natural, tan simple como que tú era mi verdadera y real felicidad.

Supe que lo había encontrado todo en ti, y supe que fingir una relación contigo fue lo mejor que pude haber hecho, porque así fue como te conocí.

Creí que la vida nos había juntado, que había sido el destino.

Comencé a proyectarme un futuro contigo, me imaginaba un futuro a tu lado, nos imaginaba en una casa enorme que compartiéramos los dos, imaginaba una linda y sencilla boda, imagina incluso formar una familia juntos, tener hijos, tener una vida feliz, donde cada mañana tomaríamos el café juntos, miraríamos las estrellas y compraría un telescopio para observarlas y enseñarle a nuestros hijos el universo.

Me imaginaba muchas cosas.

Pero en realidad fuimos nosotros mismos los que decidimos juntar nuestros destinos al iniciar una mentira que más tarde nos llevó al fracaso.

Porque cuando aquella noche de Navidad lo arruiné todo, supe que fingir, mentir, jamás nos llevó a algo bueno.

Lo arruinamos todo, arruinamos el futuro perfecto que veía a tu lado, arruinamos nuestra relación y terminamos con la mentira.

Intenté de todo para recuperarte, pero te alejabas de mi al solo oír mi voz.

Creí que te había perdido, creí en un momento que me odiabas y que jamás lograría avanzar un paso.

Sufrí un montón y sufrí en silencio porque sabía que lo merecía y no podía quejarme.

El corazón me dolía cada vez que pensaba que jamás volverías a quererme, que jamás me verías de nuevo como tu chico, tu lugar seguro.

Volvía a sentirme perdido, a sentirme vacío, sentir que volvía a ser simple polvo de estrella, una pequeña estrella que había desaparecido de su constelación.