𝗪𝗜𝗖𝗞𝗘𝗗 𝗚𝗔𝗠𝗘 | 𝘩𝘰𝘶𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬ

𝘚 𝘌 𝘐 𝘚

𝘓𝘰𝘰𝘬 𝘢𝘵 𝘮𝘦
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Al salir al gran patio el viento frío choca contra mi cuerpo, sabía que era mala idea venir a entrenar sin abrigo.

—Tarde.— Dice Aemond apareciendo en mi campo de visión.

—Sólo fueron unos minutos, no vas a morirte por eso.— Digo mientras saco mi espada de su estuche.

Esté se va hasta el centro del lugar para ponerse en posición de combate así que hago lo mismo.

Se que el está esperando que yo ataque primero, pero no voy a hacerlo, me fue lo suficientemente mal la otra vez, no voy a volver a repetir ese suceso.

—Vamos, que esperas.— Dice esté moviendo sus dedos frenéticamente en señal de que me acerque.

—No atacaré primero.— Suelto a la defensiva.

—Oh por favor, Visenya.— Dice este bufando.

—Ataca tú primero.— Digo con un tono desafiante, o bueno, eso trato.

—No.— Dice esté.

—Entonces estaremos así toda la mañana, tú sabes que no tengo ni el más mínimo problema con eso.— Sueto pasando mi lengua por mis dientes.

Esté no me da tiempo ni de reaccionar cuándo su espada choca fuertemente la mía, por suerte la sostuve con dureza impidiendo que esta se caiga.

—¿Querías que atacara primero?— Dice mirando a un punto de mi cara que por la adrenalina no logro descifrar cuál es.— Ahí tienes.— Dijo para empezar a golpear su espada con la mía.

Sus golpes son secos pero violentos, mi espada golpea la suya con dureza pero es inútil ya que de un momento para otro esté se coloca detrás de mí y apoya su espada sobre mi cuello.

—Perdiste.— Dice este en un susurro sobre mi oído logrando que mi piel se erice al instante.

Trago grueso al sentir cómo este se separa de mí.

Dejo mi espada en la mesa de armas un momento para así poder sujetar bien mi pelo en una coleta alta.

Veo que no sólo tengo la atención de Aemond en estos momentos, si no que también tengo la de mis sobrinos. Trato de no darle importancia a lo raro que fue eso y simplemente los saludo con un movimiento de mano ya que se encontraban a como unos treinta pasos de nosotros.
No me quedo a esperar su correspondencia ya que me pongo en posición de combate frente a Aemond.

—¿Terminaste de arreglar-.— No lo dejo terminar porque corro hacía el golpeando fuertemente su espada. Si pudiera encuadrar su cara de sorpresa lo haría sin dudarlo.

Esté me sigue el ritmo. Su espada golpea la mia con violencia, pero no lo juzgo, ya que mi espada golpeaba la suya de la misma manera.

Veo cómo este se desestabiliza y jure que ese era mi momento perfecto para atacarlo y ganar, pero este se reincorpora al instante.

No se de dónde saco la fuerza para golpear su espada haciendo que esta finalmente caiga al piso, y así se vence a Aemond Targaryen señores y señoras.

Colocó la espada en su cuello por unos segundos para después retirarla con una sonrisa burlesca en mi cara.

—Simplemente tuviste suerte.— Dice restándole importancia.

—A mi me pareció que te rendiste.— Digo acercándome a él.

—Me parece que alguien esta enferma.— Dice este tocando mi frente con su mano.

—Me parece que alguien tiene problemas con aceptar la derrota.— Digo terminando así nuestra "conversación".

Guardo mi espada en su estuche y me dirijo hasta mis sobrinos los cuáles se encontraban en combate.

Y de un momento para otro veo como Lucerys le da la posibilidad que Jacaerys le quite su espada sin querer.

—¿Qué mierda fue eso?, ¡Eh!, ¿Qué mierda fue eso Lucerys?— Jacaerys arrastro a Lucerys hasta levantarlo y ahí fue dónde intervine.

—Soltalo.— Digo mientras de un manotazo saco de mano de Jacaerys de la ropa de Lucerys.

—No te metas.— Dice Jacaerys con brusquedad.

Mi mandíbula se tensa pero lo dejo pasar mientras me doy vuelta para ver si Lucerys se encontraba bien después de a ver si humillado por su hermano delante de la mayoría que se encontraba en el patio.

Al querer ayudar a Lucerys a sacudirse la ropa la mano de Jacaerys me lo impide.

—Deja de socorrerlo siempre que algo malo le sucede, nunca va a aprender a defenderse así.— Dice esté plantándose delante mío.

—¿Y que?, ¿te pensas que de tu forma se va saber defender?.— Pregunto sin ningún tipo de mueca en mi rostro.

—De alguna forma tiene que aprender, pero mimándolo no es una.

—Claro,¿ y tu táctica de humillación si?, ¿con eso va a aprender?— Digo golpeando mi dedo índice contra su pecho mientras hablo.

—¿No dije antes que no te metieras?, ¿no?, no te metas en mi forma de enseñarle a mi hermano a como defenderse.— Dice este con violencia acercándome aún más.

—Me meto si se me da la gana.— Digo ocasionando que este ría con ironía.

—Cómo siempre, ¿no?

—¿Qué carajos te sucede?— Digo mientras me alejo de él.

Esté me mira una última vez y se va del patio a pasos firmes. No le doy importancia y me giro hacía Lucerys que se encuentra viendo como su hermano abandona el lugar.

—Lucerys, ¿te encuentras bien?— Digo tomando su cara entre mis manos para que este finalmente me mire.

—No se que demonios fue eso, el jamás me trato así.— Dice esté luciendo algo perdido.

—Vamos a dentro a que te curen esas raspaduras.— Lo tomo por los hombros guiándolo hasta la salida del patio, pero no sin antes mirar a Aemond él cuál tiene la mirada sobre nosotros sin ningún tipo de expresión en su rostro.

Simplemente lo dejo pasar y entro al castillo con Lucerys.

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Juju tensión por ambos ladossss
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