𝘝 𝘌 𝘐 𝘕 𝘛 𝘐 𝘜 𝘕 𝘖

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𝘪'𝘮 𝘺𝘰𝘶𝘳𝘴
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𝘪'𝘮 𝘺𝘰𝘶𝘳𝘴 ೃೀ ◌

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18+

Por alguna razón al principio le había creído a Helaena pero luego de ver su actitud desesperada ese pensamiento había cambiando.
Creo que es parte solo estoy siendo paranoica ya que en toda la noche no deje de pensar en eso.

Dejo mi espada sobre la mesa y me recojo el cabello. Al terminar vuelvo a tomar mi espada pero no sin antes darle una mirada a Jacaerys el cuál se encontraba bastante pendiente de mí.

Desde aquel beso no pude quitarlo de mi cabeza, pero no solo a él ya que mi hermano también daba vueltas por mi cabeza.

Me giro para ver a Aemond lo bastante pendiente de la situación, este al ver que me di cuenta traga grueso para ponerse en posición de combate.

Me acerco y lo imito. Este no duda en atacar con rudeza tomándome por sorpresa, como siempre.

Su espada golpea fuertemente la mía así que se la devuelvo con la misma potencia este al notarlo bufa por lo bajo.

—¿Qué pasa?, ¿te cuesta seguirme el ritmo?— Digo como puedo mientras veo como su espada llega tarde para impedir los golpes.

—Chistosa.— Dice este tratando de concentrarse.

En un intento de querer finalizar la pelea veo como mi espada en vez de golpear su espada golpea fuertemente su mano logrando que un pequeño gemido de dolor salga de su boca.

—Mierda.— Dice este caminando hasta la mesa para dejar su espada y mirar su mano, acción que no dudo en imitar.

—Joder, lo siento Aemond.— Digo tomando su mano y mirándolo con preocupación.

El dorso de su mano tenía una cortadura de unos cinco centímetros y sangre salía de ella de poco a poco.

Tomo su mano con delicadeza lo guío hasta a dentro del castillo.

—Tengo cosas para limpiar tu mano y curarla en mi habitación.— Digo mientras subimos las escaleras que llevan al segundo piso dónde se encontraba mi habitación.

—Rara forma de invitar a un chico a tu habitación.— Lo miro de reojo sin gracia ya que no eran momentos de chistes.

Abro la puerta de mi habitación y le suelto la mano señalando con mi dedo que tome asiento de una silla que se encontraba frente al escritorio.

Este se sienta sin chistar y se dedica a observar su mano. Mientras el hace eso yo me encargo de buscar todo lo necesario para limpiar y curarlo pero no sin antes lavarme las manos.

Una vez tengo todo lo necesario lo dejo en el escritorio y me arrodillo ante él quedando mi cabeza un poco más alta que sus rodilla.

Tomo un frasco que contenía un líquido rosáceo y cuándo estoy apunto de tirarlo en su mano este la quita desconfiado.

𝗪𝗜𝗖𝗞𝗘𝗗 𝗚𝗔𝗠𝗘 | 𝘩𝘰𝘶𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬDonde viven las historias. Descúbrelo ahora