𝗦𝗜𝗡 𝗖𝗢𝗥𝗥𝗘𝗚𝗜𝗥
Dónde Aemma Visenya Targaryen se ve metida en un lío al comenzar a sentir una fuerte atracción hacía tres hombres los cuáles pueden traerle más problemas de lo que ya tiene...
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Maratón 2/3
Nunca estuve realmente interesada en tener un dragón, por eso no lo tenía. Hasta ahora.
El dragon de Arial ahora paso a ser mío, me encontraba yendo a verlo con el corazón en la garganta.
—Es muy buenito, se llama Darién.— Dice Soraya con una sonrisa.
Al salir al patio puedo sentir como un raro y caliente olor se asoma por mi nariz y al darme vuelta veo de dónde proviene.
—Santa mierda.— Digo al ver al enorme dragón.
Este miraba a todos lados con miedo, y la frase de mi padre llega a mi cabeza, "La idea de que controlamos a los dragones es una ilusión".
—Lindo bichito.— Digo fingiendo una sonrisa, me encontraba aterrada.
Jamás había domado a un dragón.
—Acércate y has que te eliga, muestra respeto.— Dice Soraya empujándome lentamente.
El dragón se pone alerta al verme cerca. Levanto mis manos lentamente mientras me acerco a él.
—Rytsas.— Digo en alto valyrio, "hola".—Lykiri Darién.— Digo acercándome aún más, "calma".
Cuándo me acerco aún más poso mi mano sobre su rostro, veo como este quiere abrir su boca pero vuelvo a repetir un firme y fuerte Lykiri.
Dejo de tocar su cara para tocar su lomo y acercarme a la gran escalera de soga. Al tocarla este me mira pero no hace nada al respecto.
Subo por sus escaleras y me siento sobre el poniendo mis manos sobre las agarraderas con miedo.
Este se para y mi cara se deforma. Miro a Soraya con los ojos abiertos pero es demasiado tarde ya que Darién se pone de pie y empieza a avanzar.
No puedo alcanzar a ordenarle que pare ya que este despega sus pies del suelo.
Estoy jodida.
—¡CARAJO!— Grito al sentir cómo este vuelva con más intensidad y más alto.
Sólo gritos pueden salir de mi boca, debo trabajar más fuerza de brazos. Porque así no voy a sobrevivir más de dos días.
Trato de controlarlo y esto funciona, lo guío sobre las nubes y en ese momento no se me puede ocurrir mejor idea que gritar.
—¡DRACARYS!— El dragón no tarda en largar fuego por su boca y pasar en medio del fuego. No me pregunten como sobrevivi a eso, es culpa de Daemon una vez lo vi haciendo eso.
Guío al dragón para volver a tierra y este tarda en acceder pero lo termina haciendo.
Al acercarnos más al suelo puedo ver a mis hermanos y sobrinos atentos a la situación.
Darién apoya sus pies en suelo logrando que este tiemble. Me bajo de él para después acariciar su lomo y darme la vuelta.
—Es enorme.— Dice Lucerys al verlo.
—Lo es. Es el segundo más grande.— Digo sonriéndole. Lucerys luce anonado al igual que Jacaerys y mis hermanos. Pero el único que no luce contento es Aemond.
Aegon deja de mirar a Darién para posar sus ojos en mi y soltar una carcajada.
—¿Estuvo complicada la situación?— Dice este señalando con burla mi cabello.
Eso me hace poner los ojos en blanco.
—Idiota.— Digo pasando por su lado.
Veo como todos se posan a mi lado para empezar a caminar conmigo. Pongo un brazo sobre los hombros de Lucerys y veo como automáticamente Jacerys y Aemond miran mi acción.
—¿Estás bien?— Le pregunto al menor.
—Sí.— Dice este mirándome con una sonrisa.
—Debo irme.— Digo separándome de Lucerys pero antes hablo.— Vayan a después de la cena a la parte abandonada del castillo al segundo salón a la derecha.— Suelto dejándolos confundidos. Pero no me quedo para escuchar su respuesta ya que corro hasta Soraya que se encuentraba yendo hasta el castillo.
—Eso fue genial.— Digo tomándola por sorpresa logrando que esta lleve una mano a su pecho.
—Mi reina, me aususto.– Dice esta riendo.— Lo vi, se veía muy bien. Parecía una experta.— Dice esta dándome el paso para ingresar al castillo.
—Gracias.— Digo con una sonrisa.
—Debo ir a bañarme, pero nos vemos más tarde.— Digo cuándo entro al castillo.
—Perfecto, cualquier cosas que necesite puede encontrarme en salón del segundo piso a la derecha.— Dice esta antes de irse por el lado contrario.
Camino unos minutos hasta llegar a mi habitación dónde no dudo en preparar la bañera para luego despojarme de mi ropa y meterme en ella.
Hoy tengo en presentimiento de que será una noche muy interesante.
