𝘊 𝘜 𝘈 𝘛 𝘙 𝘖

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𝘔𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘦𝘴
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Dos semanas han pasado desde que me gane el golpe de Aegon

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Dos semanas han pasado desde que me gane el golpe de Aegon. El hematoma tardo solo unos pocos días en curarse.

La fuerte lluvia que hay el día de hoy impide que entrenemos con Aemond, pero no me quejo, ya que la lluvia me genera sueño.

No baje al comedor a desayunar, la verdad es que no tengo hambre.

Por algún motivo la frase "ojo por ojo" no deja de repetirse en mi cabeza desde esta mañana. Algo en mi pecho se oprime al pensar que algo podría pasarle a Lucerys. Trato de no pensar en eso pero se que cada vez que algo se repite constantemente en mi cabeza tarde o temprano sucede.

Unos golpes en la puerta logra hacer que mis pensamientos se esfumen.

—¡Adelante!— Grito ocasionando que entren por la puerta de mi habitación Aegon, Aemond y Helaena, eso hace que me aferre aún más a las sábanas de mi cama.

Helaena cierra la puerta y se acerca a mi para sentarse a mi lado.

—¿Qué sucede?.— Pregunto al ver como ninguno de mis hermanos se disponía a hablar.

—Tiempo de caridad.— Dice Aegon tirándose boca abajo sobre mi cama.

—No entiendo.— Digo mirando ahora Aemond esperando que este me de una respuesta coherente.

—Madre y padre quieren que pasemos más tiempo de caridad, así como lo hacen Jacaerys y Lucerys.— Dice este escupiendo el último nombre con violencia para sentarse sobre mi mesa de estudio.

—Claro, te podes sentar ahí.— Digo con una sonrisa falsa y un tono irónico para después volver a acostar mi torso en mi cama.

—¿Por qué tu cama es más cómoda que la mía?— Dice Helaena mientras golpea suavemente el colchón.

—Ni la menor idea.— Suelto mientras un bostezo sale de mi boca.

Otros golpes en la puerta se hacen presentes, eso hace que me reincorpore y ponga mis ojos en blanco.

—¡Adelante!.

—Visen-.— Lucerys entra con Jacaerys a mi habitación diciendo mi nombre, pero este no lo termina al ver que tengo compañía.

—Lo que faltaba.— Dice Aegon al levantar la vista y ver a sus sobrinos.

Me levanto de mi cama colocando mi bata sobre mi largo camisón, la verdad es que hacía frío.

—¿Sucede algo?.— Pregunto una vez me encuentro parada frente a ellos.

—Estábamos aburridos y quisimos venir, pero por lo visto estás ocupada.— Suelta Jacaerys tomándome por sorpresa.

—Pueden quedarse, si quieren. De todas formas no estábamos haciendo nada.

—No lo sé.— Dice Lucerys mirando a la dirección de Aemond.

—Mientras yo esté aquí el no va a ponerte un dedo encima.— Afirmo en un susurro.

Jacaerys aclara la garganta y se dirije hasta el gran ventanal que adorna mi habitación.

Tomo la mano de Lucerys para que se siente con nosotros en la cama, este duda pero termina aceptando.

—¿Estás feliz con la elección de tu prometida?— Pregunta Helaena ganándose una mirada de reproche por mi parte.

—Verdaderamente me da igual.— Responde este de forma desanimada.

—¿Cómo a todo?, ¿verdad?— Dice Aemond haciendo referencia a su ojo.

—¿Podemos estar un día todos juntos en paz?, por favor. Podemos fingir que todos nos queremos y pasar un lindo rato. ¿si?— Digo cansada mientras espero una respuesta.

—¿Si?— Vuelvo a preguntar con ahora más rudeza al no obtener respuesta.

—Esta bien.— Dice Luck, para ser seguido por Helaena y Jacaerys.

—¿Aegon?, ¿Aemond?.— Digo con un tono de cautela por miedo de ser insultada verbalmente.

—Sí, Aemma, sí.— Dice Aegon sin más. Miro a Aemond esperando una respuesta y este suelta un largo suspiro para luego asentir lentamente.

—Perfecto.— Digo con una sonrisa.— Jace, ven con nosotros.— Digo al ver que este seguia mirando a la nada apoyado en el ventanal. Este me mira y no tarda en acercarse hasta nosotros.
Este toma otra silla que de casualidad había en mi habitación y se sienta al lado de mi cama.

La lluvia se intensifica con el paso de los segundos.

—Me aburro.— Dice Helaena.

—Cómo siempre.— Dice Aemond logrando que una risita salga de mi boca, el no mentía, Helaena siempre estaba aburrida.

—¿Recuerdan el día que nos castigaron a todos por estar dándole de comer a las ratas de la cocina?.— Pregunto con diversión.

—Como olvidar ese día, mamá me dijo que me iban a salir parásitos en las manos.— Dice Aegon con asco.

—Lloraste todo el día.— Dice Aemond con maldad.

—Tú también, pero tú no por los parásitos, tú lloraste por la rata.— Dice Healena logrando que Aemond suelte un suspiro mientras niega con la cabeza.

—Dragoncin.— Dice Lucerys recordándole al grupo el nombre que le habían colocado a la rata.

—El pobre dragoncin sufrió de los venenos caseros de Viserys.—Dice Jace fingiendo melancolía.

—Yo le hice un funeral.— Suelto revelando un secreto que había tenido guardado por bastante tiempo.

Parece que todos se pusieron de acuerdo ya que todos soltaron un brusco y sonoro—¿Qué?—

—¿Y nunca nos dijiste nada?— Suelta Aegon con indignación.

—Al final del todo yo encontré a Dragoncin, así que eso la convertía en mi rata.— Digo con aires de superioridad.

—Traidora.— Dice Lucerys.

Y por primera vez todos reímos, juntos, cómo una familia.

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Capítulo tiernis💕
no se olviden de votar💕💕💕

𝗪𝗜𝗖𝗞𝗘𝗗 𝗚𝗔𝗠𝗘 | 𝘩𝘰𝘶𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬDonde viven las historias. Descúbrelo ahora