𝘝 𝘌 𝘐 𝘕 𝘛 𝘐 𝘊 𝘜 𝘈 𝘛 𝘙 𝘖

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𝘛𝘰𝘯𝘪𝘨𝘩𝘵
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—No quiero una ceremonia

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—No quiero una ceremonia.— Le medio grito a mi madre con violencia.

—La vas a tener, todo matrimonio tiene una.— Dice esta mirándome.

—No quier-.

—Deja de ser una idiota malcriada y compórtate cómo tal.— Dice mi abuelo el cuál se acercaba a paso lento hasta nosotras.

—No te metas.— Le digo con brusquedad, pero eso me trae consecuencias ya que la mano de Otto golpea mi mejilla logrando que mi cara se de vuelta.

—¡Padre!— Dice mi madre tratando de acercarse a mi pero automáticamente retrocedo.

—Una verdadera reina no se deja manipular por nadie, creo que deberías saber eso.— Le digo a mi madre mientras me llevo una mano a mi mejilla.

—Cállate.— Me dice mi abuelo con rudeza.

—¿O qué?, me vas a volver a pe.— Esta vez no puedo terminar de hablar ya que su mano vuelve a golpearme pero esta vez golpea mi boca. Siento el sabor a hierro entrando por mis labios.

—No te olvides a quién tienes enfrete Otto, tengo un aquelarre entero que si les digo que te maten lo harán sin chistar. O puedo hacerlo yo sin problema.— Escupo con firmeza mientras quito la mano de mi mejilla.

—¿Cómo te atreves a amenazarme malalagradec-.

—¡Suficiente!— Grita mi madre impidiéndole que esté termine de hablar.

Los miro por última vez para después salir del salón. Estando afuera me llevo una mano a mi mejilla e labio, dolía como la mierda.

—Díganle a Soraya que la necesito urgentemente en mi habitación.— Le digo a una doncella sin mirarla a la cara ya que no quería que viera mi estado.

Subo a mi habitación y me encierro sin dudarlo.

—¡Adelante!— Grito con cautela ya que se que es Soraya.

—Mi reina, disculpe la demora.— Me doy vuelta ya que me encontraba de espaldas y si pudiera encuadrar su cara su cara al verme lo haría.

—¡Por todas las brujas!, ¿qué sucedio?— Dice esta con horror acercándose a mí.

—Mi abuelo, le dije a mi madre que no quería una ceremonia y aquel se metió en la conversación, se enojo y bueno, me pego.— Digo con simpleza sentándome en la silla de mi escritorio.

—¿Por qué te encuentras tan tranquila?— Dice esta de forma desesperada para después empezar a buscar las cosas para curar mi labio.

—Porque lo voy a matar.— Digo sin cambiar mi expresión neutral.

—¿Qué?— Dice Soraya ahora plantándose enfrente de mi con las cosas para limpiar mi herida en mano.

—Sí, está empezando a molestarme su presencia. Y si lo mato lo haré con mi manos, quiero que mi cara sea lo último que vea.— Soraya simplemente me mira con atención para después comenzar a limpiar mi herida.

—No se necesita cocerla, sanará en uno o dos días.— Dice esta dejando el trapo en la mesa para luego tirar unas gotitas de poción para el dolor.

—¿Qué sucede?— Digo al ver como su actitud a cambiado.

—No va a hacerlo sola, si va a deshacerse de su Otto Hightower será conmigo a su lado.— Dice esta mirándome con sinceridad.

—No tienes porque hacer-.

—No es una opción, Visenya.— Suelta está con brusquedad.

—Está noche.— Digo mirando a un punto fijo en la habitación.— Vamos a matarlo esta noche.— Suelto para volver mis ojos a ella.

Esta aclara su garganta y aprieta mi hombro para después hablar.— Los del consejo quedaron muy felices al ver tus clases y también con el matrimonio.— Dice esta para darme una última mirada e irse sin más.

...

Unos golpes en la puerta de mi habitación lograron despertarme.

—¡Adelante!— Grito sin despegar la cabeza de mi cómoda almohada.

—¡Ahí estás!— Dice la suave vos de Lucerys, escucho bastantes pasos en la habitación así que puedo deducir que no se encuentra sólo.

—¿Qué necesitan?— Digo sentándome en la cama logrando que todos vean el moretón que adorna mi mejilla y la cortadura de mi labio.

—¿Qué sucedió?— Dice Helaena con tono de preocupación para luego sentarse a mi lado y examinar mi cara.

De reojo puedo ver lo tensos que se encuentran mi prometido y mi sobrino.

—¿Qué sucedio?— Preguntan ahora casualmente al mismo tiempo Aegon y Lucerys.

—Otto.— Digo sin más para después separarme de la examinación de Helaena para ver como Aegon se sienta a los pies de la cama y Lucerys a mi lado.

—¿Qué?— Dice Jacaerys por primera vez acercándose a la cama, pero este no se sienta sólo me observa con preocupación.

—¿Por qué?— Pregunta ahora Aemond colocándose al lado de Jacaerys, trago grueso al ver la escena.

—Sólo lo puse en su lugar, pero al parecer no le gusto en lo absoluto.

—¿En serio?, no nos dimos cuenta.— Dice Aegon con un sarcasmo notorio.

—Vas a matarlo.— Dice Helaena tomándome por sorpresa.

—¿Qué?— Digo ahora mirándola pero esta no me mira ya que sus ojos están puestos en la esquina de mi habitación.

—Vas matarlo.— Vuelve a decir esta.

—No se de que hablas.— Digo mientras una nerviosa y notoria risa sale de mis labios.

—Puedo sentirlo. Pero debes estar tranquila, ninguno de nosotros dirá nada.— Dice esta por fin mirándome con una sonrisa en su cara.

La miro por última vez para después girar y ver la cara de todos, están confundidos y con una mueca de miedo en su rostro. Todos menos Aemond.

Aegon aclara su garganta y mira a su esposa con confusión.

—¿Cuándo?— Pregunta Lucerys. Me giro hacía él y lo miro con confusión.

—¿Cuándo que?

—¿Cuándo lo vas matar?— Un jadeo se sorpresa sale de mi boca al escuchar eso.

—Puedo ver y sentir tu nerviosismo. Mientes.— Dice este quitándome cada excusa que quiera utilizar de ahora en más.

—Esta noche.— Digo para después mirar al resto.

Unos cortos minutos de silencio se expandieron por la habitación, hasta que Aegon hablo.

—No lo harás sola.

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Drama, drama, dramaaaaa
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𝗪𝗜𝗖𝗞𝗘𝗗 𝗚𝗔𝗠𝗘 | 𝘩𝘰𝘶𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬDonde viven las historias. Descúbrelo ahora