𝗪𝗜𝗖𝗞𝗘𝗗 𝗚𝗔𝗠𝗘 | 𝘩𝘰𝘶𝘴𝘦 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘳𝘢𝘨𝘰𝘯 ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬ

𝘋 𝘐 𝘌 𝘚 𝘊 𝘐 𝘚 𝘐 𝘌 𝘛 𝘌

𝘑𝘦𝘢𝘭𝘰𝘶𝘴
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A la mañana siguiente de aquel atractivo incidente no me animo a mirar a mi hermano a los ojos. Aunque voy a tener que hacerlo porque tenemos que entrenar.

Al llegar al entrenamiento veo a Luke a los lejos el cuál me sonríe y yo no tardo en devolverle la sonrisa. Pero en cambio Jacaerys ni siquiera se digna a mirarme.

Lucerys me mira con duda ante la reacción de su hermano buscando respuesta, pero yo también miro de la misma forma pero decido no darle importancia.

Dejo mi espada sobre la mesa y me dedico a recoger mi pelo en una coleta alta.

—¿Puedes dejar de pender el tiempo y venir?— Dice Aemond con su tono brusco a mis espaldas.

Revoleo los ojos al darme cuenta que volvió a ser el mismo Aemond de siempre.
El nota al notar mi acción chasquea su lengua.

Aclaró mi garganta y me acerco a él manteniendo la distancia, el al notar eso emboza una sonrisa el cuál no puedo descifrar.

Me pongo en posición y él a los segundos me imita.

No tardo en atacar y este no tarda en defenderse. Su espada golpea la mía con más fuerza de lo normal, enarco una ceja al notar eso.
Trato de concentrarme lo más que puedo pero mi mente no puede parar de viajar al suceso de ayer a la noche.

Trato de defenderme pero este hace una maniobra y manda a volar mi espada hasta el otro lado del patio.

Una mueca de enojo se posa sobre mi rostro, le chasqueo los dedos a un guardia para que me pase mi espada y este lo hace sin chistar.

Aclaro mi garganta y vuelvo a ponerme en posición.

—Vamos.— Le digo mientras muevo mis manos frenéticamente para este se acerque a mi. Este se acerca a mi y ataca sin dudarlo un solo segundo.

Ataco su espada con violencia, este al notarlo aumenta su velocidad y su brusquedad. Trato de concentrarme y vencerlo como en las anteriores clases, pero es inútil ya que este golpea mi espada con fuerza logrando que esta se caiga al suelo.

—¡Carajo!— Un grito de frustración sale de mi boca.

A los lejos puedo notar a Lucerys mirándome con una mueca de preocupación en su rostro. Respiro hondo y le sonrió dándole a entender que me encontraba bien.

—No puedo combatir contigo si no te concentras.— Dice Aemond pasando por mi lado logrando que ponga mi mejor cara de indignación.

—Idiota.— Digo a sus espaldas logrando que este se de la vuelta.

—¿Qué dijiste?— Dice este acercándose a mi a paso lento.

—Idiota.— Este suelta una risa irónica al escuchar eso.— A noche no parecías decir lo mismo.

Mis ojos se abren como platos al oír eso y automáticamente miro para todos lados a ver si alguien escucho algo, pero por lo visto no.

—Cállate.

—¿O que Visenya?, ¿que harás al respecto?— Dice este acercándose a mi.

Pero no puedo darle mucha importancia porque que veo como Jacaerys sale del patio a paso firme luciendo enojado.

—No tengo tiempo para esto, no ahora.— Le digo a Aemond pasando por su lado para ir corriendo detrás de Jacaerys.

—¡Jace!— Grito una vez entro al pasillo, se que este me escucha pero no frena así me veo obligada a correr más rápido.

Una vez que lo alcanzo me pongo enfrente de él impidiendo que este siga con su camino.

—Quítate.— Dice este de forma fría.

—¿Qué te sucede?— Este trata de pasar por los otros lados pero me muevo rápido impidiéndole cruzar.

—¿Realmente creías que no escuche como te besabas con Aemond?— Eso me deja helada.

—Eso creí.— Dice eso riendo de forma irónica.

—No se de que hablas.— Digo tratando de mentir, pero se que eso no funciona.

—¿Necesitas que repita lo que le dijiste?— Eso me hace tragar grueso.

—Si me bese con él, ¿por qué te importa tanto, eh?— Le digo acercándome a él mientras mi dedo golpea su pecho.

—¿De verdad no lo notas?— Dice este quitando mi mano de un manotazo para tomarme de la cintura pegándome a él.

—Notar que, Jacaerys.— Obviamente que lo noto, solo necesito que el lo diga.

Este suelta mi cintura para tomar mi cara entre sus manos y acercarme más el.

—Que me muero por ti desde la última vez que te bese cuándo eramos niños. Que no tolero que estés cerca de Aemond, de lo celoso que me pongo al ver como mi hermano puede hacerte sonreír con cualquier cosa que haga. Necesito que seas mía Visenya.
Y si eso implica pelaer con Aemond a muerte lo haré.— Su confesión me deja helada.

Este mira mis labios pero no hace nada al respecto, me suelta no sin antes mirarme para luego irse con total tranquilidad.

Siento como mis piernas tiemblan ante su confesión, estoy increíblemente jodida.

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