𝗦𝗜𝗡 𝗖𝗢𝗥𝗥𝗘𝗚𝗜𝗥
Dónde Aemma Visenya Targaryen se ve metida en un lío al comenzar a sentir una fuerte atracción hacía tres hombres los cuáles pueden traerle más problemas de lo que ya tiene...
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Maratón 1/3
—¿Padre?, ¿necesitabas verme?— Pregunto entrando a la habitación de mi padre ya que un doncella dijo que a este le urgía verme.
—Mi querida Aemma, ven.— Dice su voz a lo lejos dándome a entender que se encontraba en la cama.
Al verlo mi corazón se achico, se encontraba cada vez más deplorable.
—¿Como has estado?— Pregunta este mientras da golpecitos en cama para que me siente, lo cuál hago.
—Bien, un poco cansada, ¿y tú?— Respondo para después preguntarle lo mismo mientras tomo su mano.
—He estado mejor.— Dice este embozando una sonrisa.
—¿Para que necesitabas verme, padre?— Pregunto ahora con duda.
—Necesito que me hagas un favor.— Dice esté apretando mi mano.
—Dime.
—Necesito que me mantengas al tanto de todo lo que suceda mientras yo no esté, he oído bastantes rumores y necesito que tú empieces poner orden junto con tu hermana, Rhaenyra. Quiero y te ordeno que me me mantengas al tanto de cada decisión que tome tu madre, o mejor dicho cada cosa que le ordena Otto a tu madre.— Dice esté colocando la voz más firme que puede.
—Esta bien.— Digo sin chistar.
—Perfecto.— Dice este embozando una sonrisa para después cambiarla a una expresión un tanto triste.—Es un honor verte todos los días y llamarte "Aemma", una parte de mi se siente vivo gracias a eso.— Y con eso puedo sentir a mi corazón partirse en dos.
Mi padre amaba a Aemma con cada parte de su ser, me se su historia de memoria ya que cuándo era niña era la única de mis hermanos el cuál realmente le interesaba.
—Ojalá algún día ames a alguien de la misma forma que yo ame a Aemma.— Dice esté con una sonrisa.
Yo sabía que mi padre simplemente le tenía cariño a mi madre, ya que el jamás podrá superar al amor de su vida.
—Ojalá.— Digo afirmando para después dejar un beso en su frente y despedirme de él.
Al salir de su habitación me dirijo al comedor, no se que les pico a mi madre y a Rhaenyra las cuales decidieron hacer una cena todos juntos. Últimamente cada uno cenaba por separado.
Al llegar al gran comedor los guardias que vigilaban quién entraba y quién salía me abrieron la puerta.
Al abrirse la puerta puedo ver a mis sobrinos, hermanos y a mi madre sentados conversando, o bueno eso tratan de hacer.
—Ahí estás.— Dice mi madre mientra yo tomo asiento en el medio de Aemond y Jacaerys, cosa de la cuál me arrepentiré más tarde.
—Lo siento, estaba con papá.— Digo excusándome.
—¿Qué necesitaba?— Pregunta esta con intriga.
—Sólo quería verme.— Digo sacando la vista de mi madre y mirando a Rhaenyra disimuladamente, dándome cuenta por su expresión neutral que sabe porque mi padre me mando a llamar.
Las doncellas traen la comida pero yo no agarro nada ya que no tenía hambre.
—¿No vas a comer?— Dice Luke estirando su cabeza hacía adelante ya que Jacaerys lo tapaba.
—No tengo hambre.— Digo volviendo a mirar la comida.
—Debes comer algo.— Dice Helaena.
—No tengo hambre, de verdad.— Digo con una sonrisa.
—¿Estás bien?— Pregunta Aegon tomándome por sorpresa.
—Sí, solo estoy abrumada con esto de ser reina.— Digo restándole importancia.
Mi madre aclarará su garganta y se dedica a ponerse a hablar con Rhaenyra sobre un tema que la verdad no entiendo.
Tiro mi cabeza para atrás apoyando la cabeza sobre el respaldo de la silla. Automáticamente me tenso al sentir como mis dos piernas chocan contra la de mi sobrino e hermano.
Vuelvo a ponerlas en su posición anterior y me hago la tonta.
Pero siento el calor subir por mi cuerpo al sentir la pierna de Jacaerys volviendo a chocar con la mía. Lo miro pero este no me mira, se que se da cuenta de lo que esta haciendo.
Hasta que siento una ruda voz en mi oído del lado izquierdo.
—Creo que deberías empezar a disimular un poco mejor.— Dice la voz de Aemond cerca de mi oído.
Me giro hacía el.— No se de que hablas.— Suelto mirándolo. Y me tenso a un más al sentir la mano de Jacaerys chocando con la mía, se que lo hace a propósito.
—¿Qué pasa si madre sen entera que estás tocando a un chico con prometida?, y más si se entera que es tu sobrino.— Dice esté pegando más su boca a mi oído logrando que me estremezca por completo.
—Se lo que tratas de hacer, y no lo vas a lograr.— Digo dándome vuelta para enfrentarlo.
—Parece que tú cuerpo dice otra cosa.— Dice este mirando mis labios mientras se aleja de mí.
—Visenya, ¿te encuentras bien?, estás toda roja.— Dice Rhaenyra.
Aclaro mi garganta y me separo mis manos e piernas de Jacaerys.
—Sí, pero será mejor que me vaya a mi habitación. Mañana debo levantarme temprano.— Digo levantándome de mi silla.
—Descansa.— Dice mi madre para después mirar a Jacaerys y Aemond con una mueca que no logro descifrar.
Camino a paso firme hasta salir del comedor dónde suelto todo el aire que tenía acomulado.
Me dirijo a mi habitación lo más rápido que puedo y allí es dónde me doy cuenta lo que mi hermano e sobrino provocan sobre mi cuerpo.
