ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ
¿Qué esperaría al ver a su daddy por primera vez?
Nunca se habían visto o enviado fotos de su rostro, mantenían una relación sin saber cómo era el otro porque Pied Piper la aplicación donde se habían contactado existía un apartado llamado...
CMD: SL Group Es importante que lo lean para entender el capítulo cuarenta y uno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había llegado de su trabajo, Hye Rin estaba esperándolo entre llantos, había una maleta a su lado y su dormitorio casi destruido por completo. Sabía de los problemas que su esposa tenía con el alcohol, pero no sabía que hacer al respecto, intentó muchas veces ayudarla, pero solo recibía insultos, además que lo acusaba de ser el culpable de todo lo malo que le sucedía y por no corresponderle.
Él no la ama, su relación duró apenas tres meses y fue suficiente para darse cuenta que no estaba listo para dejar a Yu Ji, pero cuando lo volvieron a intentar, se dio cuenta que no sentía amor por ella. Miró a su alrededor y tuvo que jadear, ahora tendría que lidiar con un problema más —¿Qué sucedió? —ella se cruzó de brazos sin mirarlo—. Habla por favor, ¿qué sucedió?
—Me abandonó —dijo con rechazo, pero sus sentimientos no tenían control—. ¡Me abandonó! —gritó histérica al golpearse las piernas con sus puños cerrados. Seok Jin se asomó por la puerta. Los arranques de ira de su madre eran todo el tiempo, pero siempre se preocupaba por ella, ¿cómo no hacerlo?
—Pa, ¿ella está bien?
—Sí. Seok Jin, vete. Lo voy a manejar —el menor asintió al cerrar la puerta e irse. No quería enterarse de todo lo que sucedía en su casa, era obvio para él que sus padres no se amaban, pero al menos quería saber si ella estaba bien.
—Estoy embarazada... —dijo cuando la habitación se llenó de silencio—, por eso me dejó, solo estaba sacándome dinero... cuando supo lo del bebé... me golpeó...—Seok Woo se cruzó de brazos.
Conocía al amante de su esposa, no le agradaba, pero él no iba a entrometerse en esa relación. Hye Rin había discutido con él hace un mes, le había dicho que se iría de la casa, que le pediría el divorcio y muchas cosas hirientes. No le importaba, podría ser el más feliz, había soportado por quince años su relación comprometida, pero ahora era claro lo que iba a pasar.
—Entonces no te irás.
—¡No imbécil!, te estoy diciendo que me abandonó, ¡me dejó!
—No grites, solo quería afirmar el hecho de que ahora dependes de mí otra vez...
—Tienes que hacerte cargo de mi hijo, Seok Woo, me lo debes.
—Por supuesto, se supone que eres mi esposa, se supondría que el niño es mío. No voy a someterme a un circo. Ahora que estamos siendo sinceros... ella también está embarazada.
—¡No me digas! —exclamó con rabia—. Esa perra te va a abandonar, tú y yo estamos destinados a que todos nos abandonen.
—Lo sé. Mi destino es estar contigo hasta que uno de nosotros se muera... ya me ha quedado claro. Voy hacerte este favor, pero a cambio quiero que hagas algo por mí —sus ojos se encontraron por fin—. Quiero que críes a mi hijo también.
