¿Qué esperaría al ver a su daddy por primera vez?
Nunca se habían visto o enviado fotos de su rostro, mantenían una relación sin saber cómo era el otro porque Pied Piper la aplicación donde se habían contactado existía un apartado llamado "Sugar sin...
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De su boca se escapó un dulce gemido, sus manos pasaron de estar frías a calientes, sin embargo, cada toque sobre su cuerpo quemaba más que el fuego —Papi —suplicó con cariño al buscar sus labios.
—He dicho que no —murmuró entre su boca mientras lo tomaba despacio de las caderas tocando con cariño su sensible piel—. Cuando nuestro contrato se renueve.
—Pero deseo tanto que me inmovilices...—gimió tratando de mantenerse quieto. Su boca se apoderó del cuello mientras que el menor se mantenía sin moverse con la polla dentro de sí ¿Juegos?, quién se mueva primero pierde—. No lo soporto.
—Desobedéceme y estaré fascinado de corregir tu mal comportamiento.
—Nunca he sido un chico bueno, lo sabes —gruñó contra su cuello al moverse apenas y dejar a Seok Jin mirando las estrellas en ese juego engañoso—. Vamos papi, sé que lo quieres, solo tienes que follarme.
—No seré quien pierda —apretó su cuello con la mano derecha provocando una excitación fascinante, arqueando todavía más su espalda y moviéndose sin quererlo, porque él quería ganar, no iba a moverse más—. Vamos cariño, puedes hacerlo, solo ten en cuenta que perderás.
—Haces trampa —gimió lamiendo las lágrimas que caían sobre sus labios y mentón.
—Lloras de fascinación, ¿no es así?
—Eres un jodido soberbio.
—Hey, sin groserías.
—Oblígame —ambas manos se posicionaron en sus redondas mejillas traseras empujando su polla poco a poco—. Ahh... papi... es trampa.
—Solo tienes que moverte, solo me tienes que usar —jadeó sobre su oreja antes de morderla con cariño—. Solo eso, follate con mi polla, vamos —el agarre de sus hombros se apretó el instante que sus manos volvieron a empujarlo más profundo. Tae Hyung estaba empalado en su polla mirándose a los ojos y tratando de mantener la cordura. Un juego peligroso que sin duda los agotaría para mañana.
—No... hum... —gimió apretando más fuerte el hombro de su compañero. La inquieta lengua iba de pezón a pezón como si no importara torturarlo—. No quiero —sus lágrimas no dejaban de salir tan desesperado, pero la recompensa del juego era valiosa, sin duda ninguno quería perder.
—Sí quieres —rió—. Solo montame, cariño.
—Cállate...—había gruñido de excitación—. Que no quiero perder...
—No me calles —el menor gimió ante el pequeño azote en sus nalgas—. Vuelve a mandarme a callar y tendrás otro azote.
—¡Cállate! —azote—. ¡Cállate! —azote—. ¡Cállate! —azote—. Ahhh, no lo soporto... —entre lágrimas insoportables y frustración comenzó a follarse contra la dura polla de su novio. Seok Jin gimió de alivio haciendo de su parte, haciéndolo tocar el jodido paraíso. Ambos gemían duro, desenfrenados y sin ningún tipo de remordimiento.