Un reglamento Especial

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El anciano presidente de sentó a leer su discurso de despedida, la nostalgia llenaba su alma en aquel momento, habían pasado tantas cosas; sin querer, una lágrima recorrió su arrugada mejilla al recordar su largo camino...

 "¡señor Kim! Es su esposa, había dicho su secretaria, ¡ha sufrido un accidente! El hombre se levantó y corrió a su auto dirigiéndose al lugar donde había ocurrido. ¡El autobús que se dirigía al espectáculo de danza en la provincia se ha ido por un acantilado! Dijo una mujer corriendo desesperada.

¿hay sobrevivientes? Preguntó el hombre sin aliento y sin calor en su interior. ¡aún siguen sacando los cuerpos! ¡no se sabe nada! Respondieron algunos curiosos.

Cerca de ahí, un chico de unos 18 años vestido con un traje rojo brillante con detalles de tela semi transparente, se hallaba sollozando mientras intentaba darle auxilio a una chica desmayada entre sus brazos, ambos vestían de la misma manera. ¿ella es sobreviviente del accidente? Preguntó el hombre con lágrimas en sus ojos. ¡no señor! Nuestros padres, ellos..."

 El señor Kim se limpió el rostro, acercando un pequeño retrato de una bella dama se dirigió a el con nostalgia, –mi amada esposa, ¿he cuidado bien a nuestro querido hijo? Pronto será presidente y solo puedo pensar que la soledad ha sido su mayor refugio y su mayor enemigo. Dijo suspirando con cansancio.
–El día que te fuiste conocí a dos seres solitarios como nuestro hijo y yo, ¡los bailarines que tanto admirabas! se volvieron parte de mi vida sin querer"

 —¡señor presidente todo está listo! Dijo Seokjin entrando a la oficina. —¿se siente bien? Se preocupó.

—nostalgias de un viejo, no te preocupes, dijo caminando a su lado mientras se dirigían al salón principal del edificio.

La ceremonia transcurrió sin incidentes, Seokjin caminó de un lado a otro coordinando el evento, su manera de andar cuando se hallaba concentrado en lo que sabía hacer, se volvía elegante y un tanto danzante sin que pudiera darse cuenta.

De vez en cuando volteaba al lugar donde se hallaba sentado Kim Namjoon, no podía sacar de su mente aquel encuentro; en todas las ocasiones lo descubrió observandolo con demasiada atención y una sonrisa llena de picardía.

Namjoon lo vio caminar de un lado a otro, se sorprendió al ver la manera en que se movía guiando a los demás, su padre no había fallado al decir que era más que capaz en lo que hacía, "Seokjin" "¿qué puedo hacer para que firmes un contrato para mi?" Pensó, ahuyentando de inmediato sus oscuros pensamientos. 

Finalmente el señor Kim se puso de pie para hablar y despedirse.

—estoy agradecido con todos ustedes por haber compartido sus ideas para hacer de esta empresa el éxito que representa, mi esposa habría estado más que orgullosa de todos ustedes, así como yo lo estoy...

Después de varios minutos hablando en aquel podio, el anciano regresó a su asiento después de decir un adiós definitivo, todo mundo aplaudió y celebró a excepción de Seokjin que sintiendose conmovido limpio una que otra lágrima perdida al ver irse a aquel anciano.

El señor Kim se fue después de aquel nombramiento dejando a todos con el nuevo jefe; Kim Namjoon se dirigió a todos, era un buen líder; inteligente y muy capaz, amable y atento a escuchar; características ideales para trabajar como un equipo.

La tarde llegó con un poco de lluvia, faltaba una hora para la salida de aquella jornada intensa, Seokjin acomodó varias cajas de papeles que enviaría al archivo, todo había salido bien.

—te cambiaré de oficina, dijo Nam de pronto, abriendo la puerta de la oficina de Jin, —te daré nuevas reglas, mi forma de trabajar es más abierta que papá, quiero que la comunicación sea buena, es indispensable para un buen desempeño.

Limerencia Y... ¿Moonlight? (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora