¿Estás Dormido?

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Namjoon colocó la pila de documentos sobre su escritorio, le gustaba llegar antes que todos al trabajo, aunque solo se sentara a observar la ciudad desde su oficina, aquello lo hacía trabajar bien y de buen humor.

–¡buen día presidente Kim! Dijo Seokjin haciendo una leve inclinación a su saludo frente al escritorio de su jefe.

—¡buen día Seokjin! Me agrada que vengas tempra...
Namjoon saludó levantando la mirada hacia su asistente, quedándose callado unos segundos, devorandolo con su mirada.
—... que vengas temprano, dijo con su rostro sonrojado, volviendo la vista con el poco control que le quedaba, al documento que tenía en sus manos.

Namjoon había hecho aquella pausa al levantar la mirada por la visión angelical que se había detenido a saludarlo.

La luz del sol se filtraba por el enorme ventanal, iluminando al chico frente a él, el cual vestía un traje gris oscuro, que dejaba a la vista su camisa color vino; Seokjin no llevaba corbata; por consejo de Taehyung, había colocado un pañuelo negro semi transparente, el cual hacía juego con su nuevo maletín.

Sus cabellos y su rostro se encontraban desordenados de forma habitual, aún así, aquel nuevo traje lo hacía resaltar por su blanca piel y sus carnosos labios.

Seokjin entró a su oficina más veloz que de costumbre, sus manos temblaban terriblemente, aquella mirada profunda lo había escaneado de pies a cabeza, lo había hecho sentirse pequeño y había causado un escalofrío por su espalda por su imponencia.

Namjoon no pudo leer nada después de aquel saludo, intentó leer de nuevo el documento que tenía enfrente sin éxito, su mente divagaba en el color de la camisa de su asistente, "color vino tinto, mi favorito" y el contraste con el color de su piel.

Pronto empezó a sentir un deseo impertinente por acercarse y observarlo con más detalle, su cuerpo emitió señales alarmantes, mostrándose inquieto, como drogadicto en un ataque de ansiedad.

Sin pensarlo más, fue víctima de sus deseos e impulsividad, caminó hasta la oficina de su asistente abriendo la puerta; logrando sobresaltar al chico que se hallaba sentado, concentrado en ordenar varias carpetas entre sus largas y blancas manos.

–¡ese color te sienta de maravilla! dijo caminando con cautela hasta ponerse detrás de la silla donde el chico se hallaba sentado.

Seokjin se llenó de angustia y nervios al sentirlo detrás suyo; lo que tanto había temido al llegar vestido diferente, estaba pasando en aquel momento, —gracias señor presidente, murmuró.

—¡ese pañuelo, no es tan necesario en tu traje! dijo Nam con voz suave y susurrante, inclinándose hasta la altura del rostro del asistente.

Seokjin sintió de nuevo el escalofrío al darse cuenta de las manos de Namjoon que se habían ocupado en el nudo donde se unían los dos extremos de la prenda, hasta quitarla.

—¿puede devolverlo? Dijo Seokjin con voz llena de miedo, —me gusta donde está puesto. Extendiendo su mano.

Namjoon se acercó a su cuello por detrás, su respiración se sentía cálida y peligrosa en el cuello de Jin quien sólo se encogió en su asiento.

Nam inhaló, —solo quería ver la suave piel de tu cuello, sigues oliendo perfecto;  murmuró pasando su dedo índice por su cuello detrás de su oreja.

El presidente salió veloz después de hacer aquello, alejándose de aquella oficina, dejando a Seokjin tembloroso intentando poner el pañuelo de nuevo; aquel toque lo había hecho sentir perdido, extraño y nervioso.

Después de tranquilizarse, Jin observó que su jefe no había vuelto, eso lo llenó de alivio, un poco intrigado continuó su trabajo, después de varios minutos comenzó a sentirse invadido por el sueño; bostezo tras bostezo comenzó a sentir que se dormía lenta y profundamente.

Limerencia Y... ¿Moonlight? (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora