Limerencia Y... ¿Moonlight? (Namjin)

Mi Amor Y Perversión

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—¡No quiero dormir esta noche! Dijo Seokjin en voz baja, mientras aferraba sus brazos al cuello de su novio.

—¿Estás seguro? la voz cadenciosa y susurrante de Nam lo hizo estremecer lleno de deseo, su mirada dominante lo enloqueció.

Seokjin le ofreció sus manos juntas para ser atado, afirmando la respuesta a su pregunta; Nam sonrió, —¿Así que te gusta ser torturado? Murmuró, levantándose de la cama. Sus manos hábiles abrieron la camisa de Jin, quitándola y lanzándola lejos, su agitación y sus pequeños jadeos hicieron que Jin enloqueciera, llevando sus manos al pantalón de Nam para quitarlo junto a su ropa interior, liberando su enorme y deliciosa erección.

Nam caminó sin ropa, llevándose a Jin a la ducha de agua tibia, donde dejó que sus brazos lo envolvieran junto al agua que caía tibia y deliciosa sobre sus cuerpos desnudos.

El chico de cabellos castaños hizo su cabeza hacia atrás, jadeando y soltando pequeños gemidos, lleno de placer al sentirse rodeado por los brazos de Nam, quien tenía entre su boca sus pectorales, mordiendo con rudeza su blanca piel, y chupando con suavidad sus pequeños y delicados pezones. Su lengua se movía en pequeños círculos, sobre las puntas rosas que se hallaban cálidas por la saliva que las cubría, el agua tibia caía en forma leve sobre ellos, provocando que sus pieles chocaran en un suave sonido que formaron una armonía perfecta junto a sus ansiosos gemidos.

Las manos de Seokjin se aferraron con fuerza a los hombros de Nam quien siguió con la tortura, agachándose cada vez más hasta llegar al ombligo de la pequeña y esbelta cintura de su chico, ahí se detuvo mordiendo sus caderas; su mano de dirigió a sus testículos, masajeando con suavidad cerca de su entrada, donde pasó sus dedos peligrosamente, causando más fuerza en los gemidos que Jin emitía.

Namjoon se irguió quedando frente a su amor, perdiéndose en sus hermosos ojos, —¡te extrañe! Susurró Jin; —¡Yo también! ¡no sabes cuanto mi amor! Respondió Nam cerrando los ojos al sentir la boca de Jin besarlo con total adoración y sutileza, envolviéndolo con su cuerpo, sintiendo la sensación de su pene y el suyo friccionarse.

Cuando Jin estuvo en la habitación de nuevo, Nam lo secó con delicadeza, mordiendo de vez en cuando sus hombros y su pequeña cintura, —¡sabes delicioso! ¡mi novio! Dijo volviéndose loco. —¡Mi precioso pervertido! ¿querías que te atara? 

Seokjin se puso rojo de las orejas, —¡Si! ¡por favor! Hazme tuyo para siempre, ¡quiero morir entre tus brazos y tu sonrisa cuando me besas!

Namjoon sonrió —¡Quiero que tu boca me haga terminar! Ven aquí, ordenó parado a un lado de la cama.

El castaño sintió un espasmo en su pene y su bajo vientre al recibir aquella orden, caminó con lentitud hasta donde Nam estaba, observando una almohada en el piso.

—Ponte de rodillas, y acomódate sobre tus pies para que no te lastimes; ¡ataré tus manos a la espalda!

Seokjin obedeció, poniéndose en posición cómoda sobre la almohada, tragó saliva al sentir sus muñecas ser atadas con su pequeño cinturón; Nam colocó un pequeño pañuelo de suave tela sobre sus ojos, dejándolo privado de lo que sucedía alrededor.

Nam se paró frente a él, su respiración agitada y su boca semi abierta anticipaba su deseo; llevó su dedo índice y pulgar a los pomposos labios de Jin.

—¡Abre la boca mi precioso novio! dijo, provocando la sonrisa de su mayor, quien obedeció abriendo y sacando un poco la lengua, dejando ir un pequeño hilo de saliva.

Seokjin sintió el enorme y erecto pene de Nam cerca de su boca, con deseo posó sus deliciosos labios carnosos en la punta, como si fuese un rico helado; comenzando a saborear esa pequeña parte, con morbo sacó la lengua comenzando a lamer toda su extensión, escuchando los jadeos deliciosos de Nam que se estremecía con cada caricia que recibía.