Un Delicioso Vino

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Nam lo depositó sobre la cama, ordenando que no se moviera; con cautela quitó toda su ropa, observándolo con un enorme deseo.

—Tu piel es tan hermosa, tan suave y tersa; murmuró, rozando con las yemas de sus dedos sus brazos, sus pezones, su cuello y sus largas piernas en toda su extensión; al contemplarlo desnudo.

—Sin embargo, tus ojos son el reflejo del sol; un precioso color que robaste a la más perfecta tarde; unos ladrones que se llevaron mi alma.

Seokjin pestañeo, al sentir un tierno beso en sus labios, aquellas palabras lo habían vuelto loco.

Namjoon se dirigió al closet de Jin, volviendo con dos de sus corbatas; con una de ellas ató sus muñecas, dejando una parte larga de la prenda colgando.

Se dirigió a sus tobillos, atándolos con presteza en un nudo simple y efectivo; tomó los extremos largos que había dejado en las corbatas y los unió, haciendo que Seokjin bajara sus manos y subiera un poco las piernas.

—¿Te sientes cómodo? Preguntó Nam.

—Sí...

—¿Sí, qué? 

—¡Si mi señor! Corrigió

Nam asintió y finalmente puso un pañuelo sobre los ojos del castaño.

Un hilo de vino se derramó de pronto sobre su ombligo, estaba frío al tacto, pero tan pronto como había caído, así había sido lamido y succionado; Seokjin jadeo al sentir aquella cálida lengua hacer pequeños círculos sobre su abdomen, sintiendo algunas mordidas fuertes que eran calladas por suaves besos.

—Tu piel roja por la rudeza de mi boca, es algo que me excita demasiado... la voz de Nam sonó provocativa.

Otro poco de vino se derramó en el espacio de sus clavículas, la boca de Namjoon lamió desde ellas hasta el cuello de Seokjin, haciéndolo temblar al contacto; lo hizo tan lento y delicioso que Seokjin comenzó a gemir sólo con eso.

Después de lamer, lo mordió nuevamente, deleitándose en su rostro que hacía algunas expresiones de dolor, cambiando a jadeos cuando las besaba y lamia de nuevo.

Grandes gotas del rojo vino cayeron en sus pectorales, donde succiono los pezones mojados, jugando con ellos entre sus labios y su lengua, sintiendo a Seokjin curvarse y gemir con fuerza.

—El vino, mezclado con el sabor de tu piel es perfecto, susurró mordiendo la oreja del castaño.

Algunas gotas se deslizaron cerca de su pene, mojando sus testículos y su pelvis; Namjoon se inclinó para morder la piel de esa área, provocando que el ardor diera pequeños tirones desde ahí hasta la punta de su pene erecto y preparado. 

—¡Ah! ¡hazlo de nuevo mi señor! Gimió Seokjin, sintiendo las mordidas nuevamente, las cuales lo hicieron retorcerse del placer.

—¡Mañana me recordarás cariño! murmuró Namjoon al ver las marcas rojas en distintas partes de su cuerpo.

—¡Estaré complacido de verlas mi señor! Dijo Jin con un hilo de voz.

Nam siguió derramando vino en sus preciosas piernas, lamiendo y mordiendo en partes demasiado sensibles, las cuales provocaron que el castaño cambiara sus gemidos por pequeños gritos.

El chico sonrió mostrando sus hoyuelos, se sentía levemente mareado; sin avisar, llevo sus labios al pene de Jin, metiéndolo todo a su boca, mojándolo con su lengua, jugando con el, dentro de su cavidad bucal; Seokjin apretó sus manos en puños, —¡Oh! ¡Dios, tú eres tan perfecto! Gimió.

Limerencia Y... ¿Moonlight? (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora