Al día siguiente estaba sola, sola en Mónaco; al parecer Alexandré tenía una entrevista para hablar más sobre el nuevo reloj que su empresa había lanzado; había olvidado mencionar que Alexandré era el director ejecutivo de una marca muy reconocida de relojes suizos fundada en 1865, de quien su padre se hizo dueño de más del 50% de las acciones en los 2000's; Alexandré ha hecho un buen trabajo trayendo la nueva tecnología a la marca pero aún manteniendo la elegancia y la sobriedad de los relojes, a pesar de que no lleva mucho tiempo siendo el director ejecutivo ha hecho grandes cambios en la empresa con una visión hacia el futuro, y obviamente no hay mejor lugar que monte carlo para promocionar un nuevo reloj suizo, estoy segura de que los jóvenes de alta alcurnia estarían interesados en las ideas de la marca.
Alexandré era un tipo de buena familia y con un importante trabajo; si pudiera ser una persona en este momento desearía ser él.
Pasaría mi mañana sola, pero en Monte Carlo, y la aprovecharía al máximo; lo primero que hice fue salir de la habitación del hotel, bajar a desayunar, y luego salí a caminar y por supuesto, a tomarme muchísimas fotos, estaba en el mejor momento de mi vida, en ese momento sentía que nada podía mejorar mi felicidad de estar cumpliendo mi sueño; veía la gente pasar, unos coches que solo había visto en películas pero que ahora estaban ahí justo ante mis ojos, aquí quería quedarme, quería vivir en Mónaco por siempre.
Dos horas después, y estaba recibiendo una llamada de Alexandré preguntando dónde estaba; quería quedarme otro rato, me conformaba con ver a las personas pasar, quería estar otro tiempo más conmigo misma pero tenía que volver al hotel, tenía que volver con Alexandré y así lo hice.
Amaba la posición en donde me encontraba, en una ciudad hermosa, llena de lujos excéntricos, estoy segura de que para las personas que viven en Monte Carlo tener un Yate o un auto de lujo es la normalidad, pero desde el punto de vista de las personas como yo, tener un simple auto ya es un privilegio, tener un auto de lujo que vale millones de dólares es una excentricidad. Estar aquí me recuerda de dónde vengo, en donde nací, todo muy diferente a este lugar, tanto así que incluso puedo pecar de desear haber nacido en este lugar, pero creo que sí hubiese nacido en esta ciudad, no le estuviera dando la importancia que merece.
El mundo de Alexandré y el mío eran muy diferentes, pero ahora estoy experimentando todo lo que siempre quise para mí; desde que era niña, veía las películas de princesas, las películas de los 2000's yo quería ser esa chica rubia con padres millonarios, y que mi única preocupación sería mis amigas y encontrar un novio para el baile de graduación, yo quería tener esos problemas, siempre quise ser una de ellos; pero era todo lo contrario, mi madre limpiaba casas y al mismo tiempo iba a la universidad para estudiar pedagogía, me llevaba consigo, desde muy pequeña trabajaba junto a mi madre, íbamos a casas grandes y bonitas, y después que dejábamos todo limpio y organizado teníamos que irnos, pero yo quería quedarme y vivir ahí, quería tener una casa así; incluso una vez, nos tocó trabajar para un ingeniero español, solo lo acompañaba otro ingeniero de su misma nacionalidad, fueron los más amables con nosotras, tanto así que incluso le pedí a mi mamá que se casara con uno de ellos para que fuera mi padrastro y así yo vivir en una casa bonita, pero claramente eso nunca sucedió.
Y ahora estaba aquí, cumpliendo mi sueño viajar a Europa, teniendo la posible mejor experiencia de mi vida, sé que en algún momento tendría que despedirme de todo esto y quién sabe si volveré a tener la misma oportunidad, no quería renunciar a todo esto; Aún sigo teniendo el mismo sueño de niña, aún sigo queriendo tener una casa grande y bonita, y no tener que preocuparme por el dinero, solo eso quería, no pedía mucho, pero aún así se sentía como si pidiera algo imposible.
Tal vez ya no era tan imposible como antes, porque ahora tenía la posibilidad de hacerlo posible pero no sabía por dónde empezar.
Al llegar al hotel Alexandré ya me esperaba, subimos a mi habitación, él estaba muy callado, pregunté si todo estaba bien con sus asuntos y me había dicho que todo había salido perfecto pero aún así lo notaba algo molesto.
- Hey, mira que cara traes, ¿estás molesto conmigo por alguna razón? - me atreví a preguntar, sabía que yo no había hecho absolutamente nada para hacerlo enojar pero aún así quería descargarme,y si yo no era la causante de su molestia, quería saber quién sí lo era.
- No, no estoy molesto contigo, no tengo razones para estarlo. - Luego entramos a mi habitación, ya no me sentía extraña al tener un hombre en mi habitación, Alexandré hasta ahora no había hecho nada que me haga desconfiar de sus intenciones, y lo seguía viendo como a un amigo, ahora mucho más cercano que antes.
- Ven, siéntate aquí - Lo tomé de la mano e hice que se sentara al borde la cama, y yo me senté en una silla en frente de él; había aprendido esto de mi madre, cada vez que ella quería que yo le confesara algo me ponía en esta misma situación, para que yo le confensara mis pensamientos, aquello me hacía sentir acorralada, asfixiada, pero no pretendía que Alexandré se sintiera presionado por mí, si quería hablar con alguien aquí estaba yo, y si no quería hablar lo entendería perfectamente. Pero Alexandré no permaneció en esa posición mucho tiempo, él se puso de pie, pero yo me quedé en el mismo lugar.
- Debe ser una estupidez lo que voy a decir, si quiera debería estar molesto porque lo que dicen es verdad.
- ¿Qué es lo que dicen de ti que tanto te molesta? - En eso Alexandré hizo un gesto de fastidio, seguro recordando lo que le molestaba, parecía ser un niño pequeño en ese momento.
- Ya sabes, estaba promocionando el lanzamiento de el nuevo reloj de la marca; todo estuvo perfecto respecto a eso, sabía que me harían preguntas incluso fuera de lo que tenía que ver con el nuevo reloj, porque soy el director ejecutivo de la empresa, y piensan que soy muy joven para tener ese puesto, y que solo tengo ese puesto gracias a mi padre; no debería estar molesto porque sé que tienen razón, pero al mismo tiempo me molesta que reduzcan todo mi trabajo y todos mis esfuerzos a solo ser el hijo del dueño; si tengo éxito en mi trabajo, me reducen a que solo tengo éxito porque mi padre es prácticamente el dueño de la empresa, pero ¿y si fracaso en mi trabajo? Entonces toda la culpa sería mía, es como si no fuese suficiente por mí mismo, y tengo siempre que soportar esos comentarios porque sé que en la mayor parte tienen razón, estoy consciente de ello.
Ni si quiera sabría qué decir, pero podría decir que lo entendía de alguna manera, eso de que "nunca eres o haces lo suficiente" para los demás, eso lo entendía completamente, pero era algo que yo misma aún no había resuelto en mí misma.
- Deberías estar orgulloso de ti mismo cariño, tu naciste para hacer esto; Tu padre es el conducto, pero quien hace el trabajo eres tu, tú y las miles de personas que trabajan contigo, el crédito es de ustedes, no todos pueden dirigir una empresa, si no tuvieses la capacidad para dirigir una empresa esta caería en la ruina, no importa de quién seas hijo, el trabajo habla por sí solo.
Si quieres que los demás te vean por quién eres y no por de quién eres hijo, debes empezar por mirarte a ti mismo de la misma manera ¿no lo crees?- No es tan simple como eso, no puedo hacer que los demás olviden los privilegios con los que nací; hay personas con incluso más años de experiencia en la administración de empresas, pero a mí se me regaló ese puesto gracias a mi padre; Me he esforzado el doble para incluso superar las expectativas en mi trabajo, pero todo se ve reducido a ser el "hijo de".
Si yo estuviese en el lugar de Alexandré no me importarían lo que la gente piense, estaría concentrada en hacer un buen trabajo con lo que se me entregó, solo eso me importaría, pero Alexandré le importaba mucho solo ser visto como el hijo de alguien, él quería que lo vieran por quién es, pero eso sería muy difícil de lograr porque él nació en Cuna de oro y no tuvo que esforzarse por tener el puesto que tiene, y al mismo tiempo es lo que le inquieta.
- Entonces solo tienes dos opciones, o renunciar a tu puesto de trabajo o demostrar todo lo que puedes lograr por ti mismo. La única opinión que importa es la que tienes sobre ti mismo, solo tu eres consciente de lo que puedes lograr y lo que no.
Me levanté de la silla para estar más cerca de él, y lo tomé de ambos brazos, él estaba quieto aún con ese ceño fruncido y en silencio.
- Haz que te reconozcan por quién eres, puedes hacerlo si te lo propones.
Envidiaba sus ojos verdes, eran muy atrapadores y bellos; no sabía qué pasaba por su cabeza pero esperaba que tomara en cuenta mis palabras.
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The million dollar man
RomanceEsta es la historia de Salomé, una joven de veinte años, quien navegando por sus redes sociales llega a entablar una amistad con un hombre diez años mayor que ella; ambos hablan sobre sus vidas, la felicidad, el amor y cuales son sus propósitos. Ent...