Capítulo 58

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— "Mamá estoy enamorado" — Comenta Pierre refiriéndose a su nueva conquista. — Nunca me había sentido así, tan vivo, tan feliz, te juro que ella me hace sentir diferente. — Comenta con mucha emoción. La señora Belmont quien se encontraba bastante cómoda tomando el sol a la orilla de su enorme piscina,  da la vuelta a la página del libro que está leyendo.
Me encuentro a su lado fingiendo estar leyendo uno de los tantos libros de guías para padres primerizos que Pierre nos dió a Alexandré y a mi como obsequio aquella fatídica noche. Fingí leer pero solo estaba pasando las páginas mientras estaba atenta a la conversación de madre e hijo que tenía justo al lado.

La señora Belmont no pudo evitar una carcajada de burla al escuchar a su hijo menor hablando de amor, algo que también me dió bastante gracia mientras trataba de fingir interés en el libro.

— Mamá, no es gracioso! Vas a conocer a mi novia y serás buena con ella ¿si?, vamos, hazme una promesa, di que sí lo harás.

— Esta bien hijo, estaba bien, lo prometo. Pero dime, ¿quien es esta chica, a cual familia pertenece? ¿Acaso la conozco?

— Es modelo.. —  Dice pierre con cara de cachorro tratando de dar pena. Esta vez no pude evitar reírme en voz alta de las tonterías de Pierre— ¡¿De qué diablos te ríes?! ¡Mamá, no puedo estar aquí con esa tipa, no la soporto ya!

— Ay pobrecito bebé.— respondo en tono de burla.

— Ya, basta los dos. No quiero más peleas— advierte la señora Belmont— Esta bien, Pierre, trae a tu novia para conocerla, vamos a organizar algo para darle la bienvenida, ¿de acuerdo? — Pierre asiente.— Debes de entender que no será fácil para mí, me has decepcionado, tenía la esperanza de que algún día Geraldine y tú llegasen al altar, te has portado tan mal con ella que se me acabaron las excusas para justificarte, que vergüenza.

— Mamá, amaba a Geraldine, lo sabes, es solo que... estoy muy joven para comprometerme... ya pasé esa página, olvidémonos de eso ¿si?

— Eso no es excusa por serle  infiel con jovencitas..— Interrumpo. — De todas maneras le estas haciendo un favor, Geraldine es demasiada mujer para ti.

—Basta, Salomé, te lo advierto. — responde la señora Belmont. Veo que Pierre me muestra el dedo del medio y yo respondo haciéndole lo mismo. — Que inmaduros son. — murmura la señora Belmont.

—  Eso no es todo Mamá... — dice este para luego volver a poner cara de cachorro regañado.— Ella es estadounidense.

— ¡Dios mío, que horror hijo!

— ¡Pero te juro que ella es diferente, te lo juro madre!

— ¿Porqué es diferente? No lo entiendo. — interrumpo adrede para molestar aun más a Pierre. Si bien odio estar encerrada, pueden pasar días e incluso semanas sin si quiera platicar con alguien, son estos momentos que me mantienen con un pie en la realidad por muy tonto que parezca.

— Veo que están tomando el sol, se están dando la buena vida..— François interrumpe y de inmediato el ambiente se pone tenso.

Su presencia me incomoda, cada vez que escucho su voz o le tengo cerca, los recuerdos de aquella horrible noche aparecen en mi mente como golpes dolorosos. Cada vez que veo a François, veo la muerte de Alexandré, recuerdo todo lo que vi, el dolor, la desesperación, la impotencia de no poder hacer más por él, aquellos recuerdos reviven en mi mente de solo tener a François cerca, por eso trato de evitarlo la mayor parte posible.

— Con permiso. Voy a mi cuarto. — tomo mis cosas y decido a marcharme sin si quiera tomarme la molestia en mirar a François, me repugna solo su presencia.

The million dollar manWhere stories live. Discover now