Capítulo 47

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Estaba a mitad de una junta cuando me enteré de que mi esposa había atacado a Florence, me lo tomé con calma, supuse que esta era una más de las jugadas de Florence, envié a mis abogados para que resolvieran el asunto discretamente mientras yo continuaba con mi trabajo, estaba en medio de negociaciones sobre  la posible venta del  Conglomerado Belmont, a la cual me niego rotundamente a la propuesta del Tío Charles. Mi sueño es expandir el legado que dejó mi padre, convertir el Conglomerado Belmont en el más extenso y exitoso de esta época.

Cuando por fin estuve desocupado fui a visitar a Florence, quise ver con mis propios ojos los supuestos golpes que mi dulce esposa le ha provocado, luego de escuchar el relato de mi madre  y de ver con mis propios ojos su hermoso rostro golpeado al principio no lo pude creer, tenía arañazos, moretones, y la mejilla derecha inflamada, tanto Jules como Pierre me culparon por lo sucedido, lo entendía, también me enojé, ¿Cómo es posible que Salomé se comporte de esa manera?

Florence no es mi madre pero durante toda mi vida a ocupado esa figura materna, de ella solo obtuve frialdad pero aún así es la única madre que conozco.

Estaba tan molesto, tan sorprendido, no imaginaba a Salomé ser capaz de hacer algo tan salvaje, pero lo hizo. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Estaba tan enojado, tan decepcionado pero no puedo dejarla en la cárcel, a pesar de todo sigue siendo mi esposa.

Fui a verle en la comisaría, cuando le vi a la cara se veía tan indefensa, aun no puedo creer que ella haya sido capaz de golpear a Florence, dentro de mí aún estoy muy enojado y no puedo perdonarle lo que ha hecho.

— ¿Cómo pudiste...? ¿Cómo pudiste agredir de esa manera a mi madre, ah? ¡qué vergüenza! — Dije bastante enojado. Ella me miró fijamente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

— ¿Cómo puedes caer en su trampa? ¿De verdad me crees capaz de hacer algo así? Por desgracia yo soy la víctima aquí, caí en su trampa como una tonta... — Respondió mientras lloraba. Me encontraba confundido, Salomé se veía tan frágil, ¿Acaso es capaz de verme a los ojos y mentirme? Puede ser, pero también podría estar diciendo la verdad. — Alexandré, cometí el error de ir allí, lo reconozco, le pedí por favor que borrara todas esas mentiras sobre mi, le supliqué, sus guardias me tomaron, me sometieron como si fuese un animal, me humillaron como nunca... llegué aquí, y luego me enteré de que la señora Belmont ha levantado cargos en mi contra mía por agresión, ¡todo es falso! Yo no sería capaz de hacer algo así, lo sabes, tú me conoces más que nadie Alexandré...

Me quedé en silencio analizando sus palabras, ella tiene razón, no le creo capaz de hacer algo así, pero no tiene sentido que Florence se golpeé a sí misma solo para perjudicar a Salomé.

— ¿Recuerdas esa noche, la cacería? Yo no hice nada, no maté a nadie pero vi como tú lo hacías, estuve a tu lado porque te amo a pesar de que estuviera en contra de mis principios... mírame... ¿De verdad me crees capaz de hacer algo así? Todo esto es su estrategia para hacerte daño, ¿crees que ellos no saben que soy la única vía para llegar a ti? Ellos solo quieren perjudicarte, quieren que te alejes de mi, Dime, ¿Acaso le darás la razón?

— Salomé, hay testigos de todo lo que hiciste...

— Están mintiendo, es obvio. Si no viniste a sacarme de aquí, entonces vete. Se que saldré de aquí porque soy inocente y un juez me dará la razón. — Ella sonaba realmente convincente, ya no estaba seguro de qué creer. — Vete, ya no te quiero ver...

— Me iré, mis abogados se van a encargar de todo, pagaré la fianza y estarás en casa en pocas horas...

— Ahgg! Me duele mucho la cabeza, ¿puedes pedirle a alguien que me traiga algo para el dolor? Ya no aguanto más... — sentí  mi corazón temblar, no la puedo ver en esta situación y actuar distante, ella se ve realmente indefensa, este lugar no está hecho para ella, no debería estar aquí.

The million dollar manWhere stories live. Discover now