Capítulo 51

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Le bastaron cinco minutos, solo cinco minutos en los que mantuve una conversación con mi hermano moribundo, y al terminar, no encontré a mi esposa en ningún lado.

Desesperado le marque, temí lo peor, mi hermano acaba de sufrir un atentado y mi esposa desaparece del hospital sin dejar rastro. Burlo el  equipo de seguridad, el chófer, paso desapercibida, nadie la había visto. Le llamé varias veces y no respondió, estuve a punto de perder la cabeza en los siguientes cinco minutos pero me contuve, respiré hondo, Salomé tiene un rastreador en su celular, y desde mi teléfono puedo rastrear el suyo.

No tome mucho tiempo en llegar al lugar donde se encontraba mi esposa, la vi fuera conversando con Geraldine quien estaba del otro lado del barandal, al verla de lejos me llené de alivio, me quedé dentro  del auto, no quise interrumpir a ambas en su plática, después vi por la ventanilla del auto a Salomé reconciliarse con Geraldine, dándose un abrazo, no quise interrumpir su encuentro y luego vi a  ambas entrar la a casa.

Llamé a Salomé varias veces pero ella seguía ignorando mis llamadas, como odio que me ignore.

Esperé horas y horas en el auto frente a la casa de Geraldine, mi cabeza no deja de dar vueltas luego de lo ocurrido, cierro los ojos un momento tratando de descansar un poco pero no puedo, el estrés me tiene agobiado.

Hoy fue la primera asamblea de Jules en el juzgado, no planeaba ir, pero al último momento decidí ir ya que no pude sobrellevar los niveles de ansiedad que me causaba este caso. No fui hasta allá para brindarle mi apoyo a Jules, fui para asegurarme sobre la postura final del juez, Jules no solo jugó sucio con la empresa, también jugó con el dinero de los socios e inversionistas, este caso nos afectaba a todos por igual.

Este caso no solo llamo la atención de la prensa, también llamo la atención de la sociedad, y cada vez se agregaban más personas al tumulto que ya estaban fuera del juzgado manifestándose, no solo quieren la cabeza de Jules si no también la mía.

En esta primera asamblea Jules mostró sus cartas, su bufete de abogados trajeron consigo arma en mano, mostrando pruebas sobre la supuesta "inocencia" de Jules y como este buscaba quitarse toda responsabilidad sobre el caso, al final de la sesión salió con una sonrisa, Jules trataría de desligarse del caso  lo antes posible echándole su culpa a otros, no me sorprende, todo lo contrario, me siento orgulloso de mi hermano, reaccionó a tiempo para lavarse las manos aunque el daño ya era irremediable, su reputación estaba más que arruinada, y en parte, gracias a mí.

Mientras me acercaba para saludar, escuché  a Jules decir  fanfarrias como siempre, infla su pecho delante de todos para mostrarse seguro, pero yo se que debe estar muriendo por dentro, la imagen del "hijo perfecto" " el heredero" del imperio Belmont, todo lo que siempre le habían susurrado al oído, todo lo que siempre presumió se fue por la tuberia del desague, y es... triste. Fracasó en el intento de ser el hijo perfecto, aún no a podido controlar a sus demonios, ahora, ya no es el único heredero del conglomerado Belmont.

Habían tantas cosas por decir, lo noté en su mirada, estaba enojado conmigo pero al vernos rodeados de tantas personas Jules fingió que todo estaba bien entre nosotros.

Salimos del juzgado juntos, luego nos dimos cuenta que el tumulto de manifestantes había incrementado más de lo pensado, de inmediato su equipo de seguridad y el mio pusieron en marcha su estrategia para sacarnos de aquí sin ningún rasguño, todo iba bien, saldríamos por la parte trasera del juzgado, grave error, algunas personas estaban  esperándonos, claro que era un grupo más pequeño así que no presentaba gran amenaza.

Iba delante de Jules al salir, todo fue tan rápido, de un momento a otro solo escuché disparos y gritos. Mi grupo de seguridad tomaron medidas para protegerme y adentrarme al auto, Jules también entró a mi auto por su propia seguridad ya que su camioneta fue atacada también con disparos, todo se volvió en una pesadilla de un segundo a otro, fue fascinante, la adrelina del momento me hizo sentir más podereso aue nunca.
A salvo y con el auto en marcha, entré en estado de shock por unos minutos, miré por la ventana y veía a los manifestantes alejándose, no pude evitar sacarles el dedo medio y reírme de ellos, simplemente me causó gracia salir vivo de ahí, luego miré a Jules quien estaba a mi lado con la cara pálida, pensé que aún él estaba en estado de shock, eso también me causó mucha gracia, luego,  Jules comenzó a ahogarse, entonces comencé a caer en conciencia de lo que estaba sucediendo, intenté ayudarlo, le ayude a quitarse el saco, después le ayudé a aflojar su corbata, solo entonces me percaté de su estómago ensangrentado.

The million dollar manWhere stories live. Discover now