¿Cómo es realmente François Belmont? Bueno, contando las pocas horas que hemos pasado juntos, y siendo lo más analítica posible, podría describirlo como una brisa en la playa, puedes sentirla pero no puedes verla, así es estar con François Belmont, él estaba ahí, y es todo lo contrario a lo que imaginaba, creí que sería un tipo muy serio, muy crítico y aburrido, pero gracias a Dios era todo lo contrario, él era un alma libre, era sarcástico, decía lo que pensaba sin esperar una aprobación, y le gustaba divertirse.
Apenas llevábamos un día en Mónaco y ya habíamos ido de paseo en un yate, que es muy parecido al yate en donde conocí a sus padres si no es que era el mismo, no lo puedo afirmar con exactitud.
En el mar abierto, la dulce brisa golpeando mi rostro, era la primera vez en días en donde me sentí un poquito mejor conmigo misma.
François se unió a mí, traía una bandeja con algo de comer, pero aún no sentía apetito por nada.
— Acabo de hablar con Alexandré, preguntó por ti... — Alexandré... no hemos hablado en días, aún sigo muy enojada por lo que me hizo, pero ahora ya estaba más tranquila que antes, aún así no quería hablar con él.
— ¿Él sabe que estamos aquí? — pregunté, aunque estuviera enojada con Alexandré, él es mi esposo y no querría que malinterprete las cosas.
— Alexandré sabe todo de ti, todo el tiempo, aunque te fueras del país no podrías escapar de él, nunca.
Por supuesto que él sabría dónde y con quién estoy, es su hermano y es mi esposo.
— ¿Crees que debería perdonarlo? — Sí, estaba muy molesta con Alexandré, una parte de mí quería golpearlo, pero al mismo tiempo quería saber sus razones, porqué? Porqué me llevó ahí?
— ¿Perdonarlo? Alexandré hizo lo correcto, hay cosas de las cuales tu no tienes idea, todo lo que ha hecho ha sido por ti, por tu bien.
— ¿Qué? ¿Por mí bien? ¿Estuvo bien que me llevara a una secta sin mi consentimiento, sin advertirme nada de lo que iba a pasar? Luego dejarme ahí con esas personas que no conocía, sin mencionar todo lo que pasó después! — Dije molesta.
— Deberías comer algo, morirás si pasas más días sin comer. —Dijo cambiando de tema, le di un breve vistazo a la bandeja llena de comida que había traído, todo me parecía asqueroso.
— No quiero nada, gracias. — le rechace, aún molesta.
— Todo es vegano, mandé a preparar todo esto solo para ti, al menos.. prueba algo ¿si? Esta noche iremos al casino, la pasaremos bien, pero la única condición que tengo es que comas algo de lo que te he traído ¿sí? — François utilizaba un tono calmado y dulce para dirigirse a mi, como si yo fuese una niña, aquello no me gustaba, sentí que se burlaba de mí de alguna manera, además estaba siendo demasiado amable, ¿Alexandré lo habría obligado a comportarse así conmigo?
— No comida, no diversión — prosiguió— La vida continua Salomé, contigo o sin ti, tu decides si dejarás que ese desagradable evento condicione toda tu vida o no, tú decides, Alexandré, Jules, Pierre, todos hemos pasado por lo mismo que tú y seguimos viviendo nuestra vida, la vida sigue, probablemente te pasarán cosas peores, pero debes seguir adelante.
Por un momento sentí como si me estuviera regañando por sentirme como me siento, pero no puedo evitarlo, él lo hacía ver tan fácil pero no, nadie me preparó para pasar por eso.
Tal vez él tenía razón, debería borrar eso de mi mente y seguir con mi vida como si nunca hubiera pasado, tal vez eso sería lo mejor, porque ya no puedo cambiar nada, no puedo devolver el tiempo, no puedo hacer que Alexandré cambie como hizo las cosas, tal vez François tenía razón.
YOU ARE READING
The million dollar man
RomanceEsta es la historia de Salomé, una joven de veinte años, quien navegando por sus redes sociales llega a entablar una amistad con un hombre diez años mayor que ella; ambos hablan sobre sus vidas, la felicidad, el amor y cuales son sus propósitos. Ent...