Capítulo 25

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Ha sido una noche larga, solo quería descansar y dormir la noche entera, pero, ¿dormir la noche entera siendo la esposa de Alexandré Belmont? Pocos días del mes.

Estaba de espaldas, y casi dormida, cuando sentí hundirse el lado opuesto de la cama; Alexandré comenzó dándome besos en el cuello, pero yo aún no pasaba la página, me da curiosidad saber porqué había tardado tanto conversando con su hermano, y en qué ha quedado todo.

- ¿ Qué ha pasado con... Pierre? ¿Qué le dijiste? - pregunté.

- No quiero hablar de Pierre ahora... - Respondió, dándome besos en el cuello.

- Quiero saber. - exigí.
Aun no puedo creer que hace unas horas atrás había presenciado una infidelidad. Que incómodo fue estar con Geraldine, viéndola sonreír, estar preocupada por su novio, mientras que su novio hace poco le ha sido infiel, yo lo sabía, Alexandré sabía, pero ella no.

- Él dijo que solo fue un impulso, no lo volverá hacer. - Respondió.

¿Eso es todo? ¿Engañó a su novia de años solo por un impulso? Me llena de coraje, ¿Solo un impulso? Él no la merece, Geraldine es demasiado para él.

- Pobre Geraldine; luego de dejarte, la encontré en el jardín junto a François y otras personas, me sentí mal al verla, ojalá no hubiese visto eso, ¿Cómo puedo verla a los ojos después de presenciar aquello? Me siento mal de solo recordarlo.

Yo deseaba tener una amistad cercana con Geraldine, ¿ahora cómo podría?

- Mon amour, borra aquel momento de tu mente ¿si? Olvídalo. Pierre es joven, aún es estúpido, solo se dejó llevar por un impulso, así son los hombres.

"Así son los hombres" Lo dijo como si él no perteneciera a ese género, solo lo dice para excusar las malas acciones de su hermano.

- Alexandré, dime, ¿qué clase de hombre eres tú? ¿También te dejarías llevar por un arrebato?

- Salomé, yo solo tengo ojos para ti, ¿Cómo puedo engañar a la mujer de mis sueños? Sería un estúpido imbécil si lo hiciera, y sé que no soy estúpido ni imbécil. - escuchar aquello me sacó una sonrisa, no doy por asegurado si dice la verdad pero prefiero creerle, Alexandré esta muy enamorado de mí y de eso no tengo dudas.

- Pierre es Joven aún, no me gusta meterme en sus asuntos, no me importa si es fiel o infiel, lo que me molestó es con quién engaña a su novia, aquella chica es aún una adolescente , prácticamente la vimos crecer, su madre y nuestra madre son amigas de hace años, Pierre no piensa en el daño que puede causar si aquella niña decide acusarlo, y claro que puede hacerlo. No quiero que te metas en sus asuntos, ¿de acuerdo? Se que estimas a Geraldine, pero ella no debe enterarse amor, no es nuestro asunto.

- Estoy de acuerdo, no es nuestro asunto.

Decidimos dejar aquel asunto cerrado, y enfocarnos en nosotros mismos.

La noche puede ser tan larga, tan fría, tan solitaria, pero si Alexandré esta a mi lado todo se vuelve más cálido, más reconfortante.

Alexandré unió sus labios con los míos, y me entregué a él en cuerpo como solía hacerlo siempre, aunque es un amor a medias, puesto que mi alma siempre vagaba.

Hacer el amor con mi esposo era como estar presenciando una película, la protagonista era yo, pero al mismo tiempo no creo que soy yo. Puedo perderme en mis pensamientos y ver todo desde afuera como si fuese una película. No significa que no estuviese disfrutando la película, pero mi mente se desconectaba de mi cuerpo.

Con esfuerzo podía concentrarme, y disfrutaba hacerlo, disfrutaba ver su rostro, escuchar su voz, sentía que su cuerpo era muy grande y que yo me hacía cada vez más pequeña, llevábamos algún tiempo siendo pareja, ha este punto lo conocía muy bien, podría memorizar algunos detalles si me concentraba lo suficiente, pero la mayoría del tiempo mi mente se desconectaba, como si se fuera de viaje, y luego volvía cuando todo ha  terminado para ver los créditos al final.

Me gustaba verlo dormir, se ve tan pacífico, lo he visto tener pesadillas, aveces hablaba dormido, y si llegaba a asustarse me abrazada, es lo que él suele hacer.

Si algún día Alexandré llega a engañarme, como Pierre a Geraldine,  pienso que lo perdonaría, con él tengo todo lo que siempre había querido y más, con él me siento segura, amada, deseada, importante, como si fuera lo más importante en su vida; es bonito sentir que alguien te ama y te protege, nadie podría hacerme daño excepto él.

Al día siguiente volvimos a la rutina, Alexandré se va temprano al trabajo, mientras que yo me quedo en casa, hago algo de pilates y ejercicio, y luego regaba las plantas de mi jardín, me gustaba hacerlo, es casi terapéutico. Desde que me casé mi vida ha cambiado, ya no tengo que preocuparme por cosas cotidianas de la vida, sin embargo, me siento muy sola, me cuesta hacer amigos, y también me cuesta adaptarme a la vida de casada, cuando Alexandré no esta en casa no sé que hacer, al principio intentaba entablar una amistad con los del servicio, pero ellos son más sofisticados y estudiados que yo, así que lo dejé de intentar cuando me di cuenta de que ellos no están dispuestos a cruzar esa raya entre empleado y empleador.

Alguien que sí me ha ayudado a adaptarme a esta vida ha sido François, él me lleva y me trae de un lugar a otro, es entretenido estar con él, a diferencia de Alexandré, él sí tiene un poco más de tiempo libre, y yo también, así que nos hicimos más cercanos; estuvimos en clases de yoga juntos, también en clases de baile, pastelería, maquillaje, y más, pero la mayoría del tiempo termino abandonando las clases por culpa de François, ya que él se aburre rápido y las abandona, y al final yo también termino abandonando las clases también.

— ¿Sabes que es extraño? Yo, el gran François Belmont, heredero del conglomerado Belmont, está aquí con una pueblerina indígena en clases de salsa...

— No es mi culpa que seas tan malo bailando — Dije, tratando de contener la risa. Por su culpa somos los peores de la clase. — Además, aún sigo enojada contigo, en la clase anterior me abandonaste para irte con una de tus amigas, y fui la única sin pareja de baile, que humillante.

— Soy un hombre ocupado, tengo prioridades Salomé, tienes mucha suerte de tenerme. — rodé los ojos, este tipo es todo un personaje, pero es muy divertido así que no me puedo quejar. — No te abandoné por cualquier cosa, no no, te abandoné por una rubia, alta y delgada mujer, debiste verla, es tan hermosa que te haría dudar de tu sexualidad... — Su celular vibró interrumpiendo la conversación, supe que era algo importante al ver que su cara cambió repentinamente, él se alejó para conversar, y luego de unos minutos volvió con una cara de pocos amigos y una aptitud diferente.

— ¿Pasó algo grave? — pregunté, de solo ver su cara supe que algo malo ha pasado.

— No ha pasado nada, es solo mi padre molestando, quiere que vaya urgente a verlo..

— Puede ser algo importante François, deberías hacerle caso. — Dije, ya recogiendo mis cosas porque la clase había terminado.

— Nah, él solo quiere interrumpir mi paz, pero no le daremos el gusto ¿o si? — Respondió con una sonrisa cínica. Si yo fuera él, me tomaría las cosas con más seriedad, el señor Belmont es un tipo aterrador en su estado natural, no me imagino que tan aterrador puede llegar a ser estando enfadado.

— Lo que tu digas, volvamos a casa.

The million dollar manWhere stories live. Discover now