Capítulo 28

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— ¿Dónde estuviste? Tardaste mucho, ¿y porqué no respondes mis llamadas?

Justo por esto no quería llegar a casa, no quería un absurdo interrogatorio, y de solo recordar el regaño de hace unas horas atrás volvía a enojarme.

— Ay no, no sigas preguntándome o me voy a la calle otra vez. — Dije, pasando a un lado de él, llevando al closet las bolsas de todo lo que he comprado.

Pero Alexandré me siguió, diciendo barbaridades, claramente molesto.

— Esta bien, no voy a preguntarte Dónde estabas, es más que obvio. — Respondió este, echándole un vistazo
a las bolsas que he traído— pero, ¿Porqué no respondes mis llamadas? Ignoras mis llamadas todo el tiempo, sabes que me molesta que hagas eso.

— Quizás tengo el celular en silencio, no lo sé. — mentí— Alexandré, ¿yo que  te he hecho? Tienes desde esta tarde con una actitud nefasta,  ya estás colmado mi paciencia.— contraataque molesta, luego lo hice a un lado, quería escapar de él dirigiéndome a la sala de estar.

— Te llamé para darte la noticia de que contraté a un investigar privado. — ¿había dicho, investigador privado? ¿Existían en la vida real?; le hice una señal a Alexandré para que se sentara junto a mí en el sofá, y así estar más cómodos, esta conversación sí es de mi interés.

— No sabía que eso existía en la vida real.. —Dije, un poco asombrada.— creí que existían solo en las películas.

Alexandré asomó una pequeña sonrisa, y me contagió de igual manera.

— No son tan interesantes como en las películas, pero sí, son reales. Quiero tener más información de mi madre, quiero saber más de ella. Ahora que mi padre está enfermo, no puedo preguntarle acerca de ella, y no lo sé, tengo curiosidad. — al decir aquello, lo noté algo indeciso, preocupado, y no entendí el porqué, debería estar feliz, ansioso por saber más acerca de su madre.

— Esta es una buena noticia, aunque, creo que debiste hacer esto mucho antes, debiste preguntarle a tu padre respecto a ella. — Dije, algo entusiasmada con el tema, también tengo curiosidad, quiero ver a su madre, tener una foto de ella en mis manos, ver cuales rasgos tienen en común Alexandré y ella.

— Lo poco que sé de mi madre es gracias a él, pero no tuve el valor para preguntar un poco más, en ese entonces no me importaba quién era mi madre, porque a los ojos de todos Florence es mi madre.

— ¿Tú papá engañó a la señora Florence con tu madre, cierto? — Él asintió.
La Señora Belmont me dejaba sin palabras, ¿Cómo pudo perdonar al señor Belmont? Yo no podría.

— Florence es mi madre, no fue el tipo de madre que yo hubiese deseado pero... es mi madre.

— Mi amor tan lindo..— Dije, balanceándome sobre él para darle un pequeño beso, siendo reconfortante.

— Mon amour, perdóname por haber sido grosero contigo, ¿me perdonas?

Para mi todo ya estaba en el olvido, fue una pelea innecesaria, al final obtuve lo que quería, cerciorarme de que François estuviera bien, él es mi único amigo en esta familia.

— Hay otra cosa que quiero decirte, y es que, estuve hablando con tu madre luego de tu partida, amor, ella quiere verte, ¿Qué te parece si hacemos lo necesario y que ella venga a visitarnos? Que pase una temporada con nosotros.

¿Mi madre, Alexandré y yo bajo el mismo techo? Me volvería loca, conociendo a mi madre, solo me traería problemas, se metería en mi relación, y empezaría su dictadura a decirme cómo debo llevar mi matrimonio.

- Amo a mi madre, pero mientras más lejos estoy, mejor es nuestra relación, cuando estamos juntas solo discutimos, soy incompatible con mi madre, además, creo que no le caigo bien a pesar de ser su hija, nunca seré suficiente para ella.

The million dollar manWhere stories live. Discover now