(𝐈𝐈𝐈)

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Morgana se esforzó en conciliar el sueño

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Morgana se esforzó en conciliar el sueño. No podía. Pensaba en Cersei, en lo hermosa que era y en la proximidad de su cuerpo desnudo. Necesitaba tocarla aunque supiera que no debía hacerlo.

Echó a un lado esos pensamientos que le decían que no la tocara, que se calmara y se durmiera. Tras dudar un instante en si iba a aproximarse o no, finalmente se acercó a ella. Apoyó su cabeza en su espalda y una de sus manos la llevó a su cabello dorado. Su pelo era sedoso y olía muy bien. Estuvo un largo rato acariciando su pelo. La reina regente de repente se revolvió y se dio la vuelta.

— Su excelencia... ¿os he despertado? — le preguntó Morgana sin alejarse de ella y dejando de acariciar su pelo.

— No... ya estaba despierta Morgana. No puedo dormir — confesó Cersei.

— No paréis — le pidió.

La joven de ojos grises asintió con la cabeza y siguió acariciando totalmente complacida la hermosa melena de su reina.

— ¿Puedo preguntaros el motivo? — se atrevió a preguntar Morgana.

— Sois vos... —susurró Cersei mientras acariciaba el rostro de la joven.

— ¿Y por qué no podéis dormir? —le preguntó.

— Sois vos... —contestó Morgana.

La Lannister sonrió en la oscuridad y bajó sus manos a la cintura de Morgana y la apretó contra ella. La joven gimió al sentir el cálido cuerpo de la reina contra el suyo.

— Algo tendremos que hacer ¿no os parece? — susurró Cersei en el oído izquierdo, respirando después contra el cuello de Morgana.

— Ah... — gimió la joven. — Sí... lo que vos queráis mi reina... — respondió a duras penas.

Cersei se envalentonó y comenzó a besar el cuello de su criada. Morgana no podía creerlo, pensaba que eso era fruto de sus sueños, pero no, su excitación era demasiado real. Sintió cómo su entrepierna comenzaba a humedecerse con los ardientes besos de la reina.

— Juguemos a algo... donde yo os toque, vos me tocaréis, lo que yo haga, vos lo haréis... — propuso Cersei con la voz ronca.

— Su excelencia... es perfecto... — contestó Morgana.

— Llámame Cersei... creo que ya tenemos mucha confianza, ¿no crees? — le preguntó la reina aproximando sus labios a los de Morgana.

Ésta la imitó y acercó su rostro al de la reina. Las respiraciones de ambas se entremezclaban, ya no podían aguantarse las ganas. Cersei dio el primer paso, rozó sus labios con los de Morgana. Ésta entreabrió los labios sorprendida. Cersei lo aprovechó e introdujo su lengua en la boca de la joven. Morgana nunca había besado a otra mujer, lo que estaba sintiendo era indescriptible, demasiado placentero.

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