Si lo que buscas son historias cortas, de contenido romántico- sexual sobre diversos personajes, déjame decirte que este es tu sitio en el que podrás dar rienda suelta a tus fantasías.
Lo que más me mueve al escribir es crear situaciones con mis p...
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¡Hola! para compensaros por la espera, decidí publicar los capítulos IV y V seguidos✨ espero que os gusten un montón y si es así, dejadme algún comentario y votad por favor❤️
V
Pasaron unos 6 meses desde que las detectives y la forense comenzaron a tener encuentros sexuales fuera del trabajo, los cuales eran cada vez más frecuentes. Lo que en un principio era algo estrictamente sexual comenzaba a adquirir un cariz diferente.
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Jane se animó a hablar con ellas de cosas de las que nunca solía hablar, como de su traumática experiencia con el asesino en serie Charles Hoyt, de las pesadillas que por desgracia seguía teniendo con el enfermizo asesino que además fue expulsado de la facultad de medicina por acariciar un cadáver. Maura se animó a compartir cómo se sentía respecto a su parentesco con el mafioso más influyente de Boston, Paddy Doyle.
Bárbara, Jane y Maura no fueron las únicas en percatarse de que su relación estaba comenzando a cambiar, pues su entorno comenzó a darse cuenta de lo unidas que estaban.
Frankie intentó varias veces hablar con su hermana de ello, pero Jane se cerraba en banda, sin atreverse a hablar con alguien de la confusión de sentimientos que comenzaba a sentir. Tenía ganas de desahogarse con alguien y compartir cómo se sentía respecto a Maura y Bárbara, pero el miedo de ser juzgada y cuestionada se lo impedía. Bárbara estaba en una situación idéntica. Varias veces su amigo Frankie se ofrecía a escucharla si necesitaba hablar de cualquier cosa. Muchas veces en esos últimos 6 meses se vio tentada a contarle cómo las relaciones sexuales que mantenía con Jane y Maura comenzaron a confundirla.
***
Después de haber resuelto con éxito otro caso de asesinato, Jane, Bárbara y Maura se fueron a celebrarlo a su manera. Maura las invitó a su casa, prepararon una suculenta cena y disfrutaron de su compañía charlando y bromeando.
Después de cenar fueron al dormitorio y por una vez, no fueron con intenciones sexuales.
Jane se tumbó en el medio de la cama, palmeando la cama para animarlas a que se tumbaran a su lado. Estrechó a ambas mujeres contra su cuerpo. Cada una de ellas apoyó su cabeza en el pecho de la curtida detective, sintiéndose relajadas al escuchar los latidos de su corazón. Bárbara tomó una de las manos de Maura entre las suyas y permanecieron en silencio mucho tiempo.
— ¿Qué somos? —preguntó Bárbara rompiendo el cómodo silencio que imperaba hasta ese momento.
— No lo sé — dijo Jane. —Desde que estamos así no me he sentido atraída por nadie más. Tengo claro que haría cualquier cosa dentro de la legalidad para protegeros y eso no lo haría por cualquiera — añadió sintiendo cómo se quitaba un peso de encima.
