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¡Hola a todos!, pensé que merecíais leer otro capítulo de la adorable pareja formada por la mejor detective de Boston, Jane Rizzoli y la prestigiosa forense, Maura Isles. Espero que os guste mucho el capítulo, si es así, hacédmelo saber dejando un voto y un comentario, para animarme a seguir escribiendo y no os olvidéis de compartirla con vuestros amigos si queréis que más gente la disfrute 💞💞.

 Espero que os guste mucho el capítulo, si es así, hacédmelo saber dejando un voto y un comentario, para animarme a seguir escribiendo y no os olvidéis de compartirla con vuestros amigos si queréis que más gente la disfrute 💞💞

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II

El día no podía empezar mejor para la detective. 

Se encontraba adormilada mientras estrechaba entre sus brazos a Maura.  Le costaba mucho asimilar lo que había pasado la noche anterior, tanto tiempo estuvo amando en secreto a la brillante y prometedora forense que para cerciorarse de que era real lo que pasó anoche, acarició con deleite absoluto su preciosa melena y disfrutó al sentir el cálido cuerpo de Maura contra el suyo. 

Por primera vez en mucho tiempo, Jane se sintió en paz. Había vivido momentos muy duros y desagradables en su larga trayectoria como detective del cuerpo de policía de la ciudad de Boston, pensó que todo su sufrimiento había merecido la pena porque gracias a no abandonar el cuerpo y a seguir entregándose con determinación a su trabajo le había permitido conocer a Maura y compartir con ella momentos muy bonitos y llenos de significado para ambas. La forense dormía plácidamente apoyando su cabeza en el pecho de Jane y rodeándola con los brazos por miedo a que ésta se asustara por lo que había pasado la noche anterior y se marchara, sonrió en sueños al notar que la agente de policía seguía en la cama, junto a ella, acariciando su pelo con una ternura casi impropia de ella.

Ángela Rizzoli, la madre de Jane, hizo uso de su juego de llaves y entró en la casa de su hija.

Miró el reloj desconcertada, eran las 8 y media de la mañana. Le pareció extraño que su hija no estuviera despierta, tomando en la cocina su característico café acompañado de un par de galletas. No se le pasó por ningún momento que su hija había pasado la noche acompañada por alguien demasiado familiar para ella, deambuló por la casa hasta dar con la habitación de su hija Jane. 

Haciendo muestra de su característica indiscreción, abrió la puerta abruptamente, dispuesta a gritar a su hija que debía despertarse para marcharse a trabajar. Abrió los ojos como platos al ver a su hija Jane y Maura Isles durmiendo juntas en la cama. Jane escuchó la puerta abrirse y enseguida se puso de mal humor, pues no le hizo falta alzar la mirada para descubrir quién había osado irrumpir en su habitación de forma tan abrupta.

— ¡Joder, mamá! ¿cuántas veces te he dicho que uses el juego de llaves que te di sólo en caso de emergencia? —  gruñó Jane de mala gana obviando por completo que hasta ese momento Maura estaba dormida. 

La forense abrió los ojos al escuchar gritar a Jane y se dio cuenta de que Ángela Rizzoli estaba en el umbral de la puerta, la vergüenza se apoderó de ella, tomó entre sus manos las sábanas y se tapó del todo, dejando solo al descubierto su cara de desconcierto.

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