|𝐂𝐞𝐫𝐬𝐞𝐢 𝐋𝐚𝐧𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 & 𝐌𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧𝐚|

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Nota de la autora: Sin haberlo planeado, me animé a escribir una tercera historia basada en el universo de Juego de Tronos en la cual Cersei es nuevamente protagonista ✨ 

Contexto: Morgana llevaba 3 años trabajando como sirvienta en la Fortaleza Roja. Había desempeñado multitud de tareas, limpió establos durante 6 meses. Después se enteró de que había un puesto vacante en las cocinas y fue a por él, lo obtuvo, estuvo trabajando en las cocinas hasta que fue despedida. Desilusionada, recogió todos sus enseres para marcharse, pero se enteró de que había un puesto vacante como calienta camas de la reina. Por esa razón decidió quedarse e intentarlo, porque las pocas veces que la había visto cuando algunas veces le tocaba servir la comida en banquetes le pareció sumamente atractiva y por una razón que ella desconocía, la reina Cersei fue amable con ella.

Buscad un rincón en el que estéis cómodos y regresemos a la Fortaleza Roja, lugar en el que todo puede suceder... 

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Fortaleza Roja, Desembarco del Rey

—Entonces, ¿qué tengo que hacer? — preguntó Morgana a la última chica que se dedicó a calentar la cama de la reina.

Por lo que había oído, la reina enseguida se cansaba de las chicas y las iba sustituyendo. Morgana se lo tomaría como un reto, haría lo que fuera para conservar su trabajo, además le dijeron que se pagaba bien.

— Muy sencillo, meteros en su cama y calentarla. No hablar sin que os dé permiso. Hacer lo que os pide y bajo ningún concepto, tocarla — le comentó la chica.

Morgana tragó saliva y asintió con la cabeza. No iba a ser fácil, pero tenía que intentarlo. Porque de lo contrario, dado que no quedaba ningún puesto vacante, le tocaría marcharse y buscar suerte en castillos de otros señores.

— Se me olvidaba Morgana, daros un baño antes de acudir a la cámara de la reina y poneros vuestras mejores galas.

La joven sirvienta asintió con la cabeza. Cogió un barreño y lo llenó de agua y fue a un rincón apartado a bañarse, se echó agua por el cuerpo y se limpió con esmero. Pidió a su amiga que le depilara todo el cuerpo, después se mojó el cabello y lo desenredó como pudo. Su melena castaña fue trenzada por su amiga.

Un soldado la estaba esperando. Él la guio hasta la cámara de la reina. Morgana no pudo evitar sentirse nerviosa, nunca había trabajado directamente para una persona tan importante como la reina regente, estaba tan nerviosa e insegura que le preguntó al soldado si tenía buen aspecto.

— ¿Mi señor, me veis bien? — le preguntó con inocencia.

El soldado la miró de arriba abajo y sonrió, la chica le llamó la atención. Morgana era muy guapa para ser plebeya: tenía unos grandes ojos de color gris, una melena castaña larga trenzada, una nariz recta y unos labios rojos carmesí y un poquito carnosos. El soldado se aproximó a la joven aprovechándose de su inocencia y la besó en contra de su voluntad mientras sus manos iban a parar a sus caderas. La joven trató de empujarle, no hubo manera, gritó pidiendo auxilio. Otro soldado e incluso la mismísima reina se acercaron. El soldado se quedó quieto y no soltaba a Morgana.

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