Capítulo 33

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Marbella Vélez

Nos pasamos la tarde viendo pelis y después discutiendo sobre cuál de ellas era la mejor.

Chiara me dejó ganar, pero puso sus ojos en blanco más de una vez, para ella era mucho mejor la película de "Barbie y las tres mosqueteras", mientras que mi favorita era la de "Barbie mariposa".

Tengo debilidad por las hadas, pido perdón. Entre esa película y las Winx pienso que vivo en un mundo de fantasía.

Y bueno, la italiana solo le ponía más magia a mi vida.

Clara nos invitó a quedarnos también por la noche, que iba a quedar con sus amigas para ver pelis de terror. ¿Es que acaso no se cansaba de ver películas todo el día? Yo, desde luego, no quería más por una larga temporada, ya había tenido suficiente en un solo día.

Cuando nos fuimos de su casa ya empezaba a hacer fresco en el exterior, pero Chiara tomó mi mano y pronto se esfumó el frío. Con ella todo se sentía más cálido y agradable.

—¿Crees que nos hayan grabado corriendo? —pregunté de la nada, haciendo que sus ojos me mirasen vacilantes—. Sería patético de nuestra parte.

—Sería gracioso, no lo niegues.

Me imaginé entonces a nosotras dos corriendo como locas por la acera mientras ellos nos perseguían, en cómo podrían haber quedado esas grabaciones y en cómo nos veríamos en pantalla. Una carcajada trepó por mi garganta hasta escaparse de mis labios. Si, tenía su punto divertido.

—Vale, sería gracioso, imagínate que alguien se hubiera caído —alcé mis cejas—. ¡Imagínate que yo me hubiera caído!

Soy torpe.

Soy súper torpe.

Si alguien se hubiera caído probablemente sería yo, tenía todas las papeletas en aquel sorteo.

Y con la suerte que tenía seguro sería una de esas caídas vergonzosas y ridículas que ponen en los vídeos de "si te ríes pierdes", en las que todo el mundo caía y se le escapaba la risa tonta.

—Vélez, no te habría dejado caer —murmuró con obviedad.

Mi corazón se saltó un latido al escucharla e inevitablemente apreté más su mano.

Ella no me dejaría caer.

Yo no la soltaría.

—Pimentel, conociéndonos, igual tiraría por ti y terminaríamos cayendo juntas —murmuré divertida, pero me sobraba razón.

Ella soltó una risa porque sabía que era verdad.

No sería la primera vez que nos caíamos juntas, ya lo habíamos hecho antes (literalmente). Recuerdo una vez cuando estábamos en tercero de secundaria, salíamos juntas del insti a la hora de comer, el suelo estaba húmedo después de haber llovido todo el día; yo me resbalé y me agarré de Chiara para enviar la caída, pero para mi mala suerte ella también perdió el equilibrio y terminamos comiéndonos el suelo las dos. Terminamos con los pantalones mojados pero riéndonos de nuestras desgracias.

Cuando llegamos a casa, papá y mamá ya estaban a la mesa, todavía no cenando, pero si conversaban entre sí. Papá estaba demasiado concentrado en mamá, por eso fue ella quien notó nuestra presencia, después lo hizo él cuando despegó la mirada de ello.

Solo pedía que alguien me mirase como papá miraba a mamá.

Sin darme cuenta, Chiara estaba a mi lado mirándome de una manera igual de bonita.

—Chicas, por un momento os dábamos por perdidas, estábamos preocupados —dijo mi madre, sonriéndonos.

—Salías de consulta a las cinco de la tarde —señaló mi padre—. No contestaste a más mensajes porque siempre tienes el teléfono en silencio, así que pensamos que estarías con Chiara... Pero luego llamó Fiamma para preguntar si ella estaba aquí contigo, así que nos preocupamos.

Chiara también tenía siempre el teléfono en silencio, odiaba las interrupciones.

Yo odiaba distraerme.

Sabía que si me llegaba una notificación de Instagram entraría a ver de qué se trataba y estaría al menos una hora pasando historias de desconocidos solo por pasar el rato, ni siquiera me importaban realmente.

Tampoco es que yo subiera muchas veces fotos, no me gustaba dar tanto contenido porque al final terminaban haciendo noticias insignificantes sobre ello. "La menor de los Vélez Ross publica una foto que deja a todos sus seguidores con la boca abierta" "¿Ya habéis visto la publicación de Marbella? En este artículo te contamos más sobre ella" "La foto que Marbella subió a Instagram que no les gustó nada a sus padres". ¡Y terminaba siendo una foto normal y corriente! Tenía la cuenta privada y aún así, siempre se filtraban. Mis amigos debían de tener un negocio a mis espaldas vendiendo mis fotos, menudo morro.

—Debería de irme antes de que pierdan la cabeza.

—No —fui rápida en decir, haciendo un puchero—, énviales un mensaje diciéndoles que estás aquí y quédate, por favor.

—Mar...

—Chiara se queda a cenar —informé—, y también a dormir... conmigo.

No era la primera vez que lo hacíamos, pero si la primera desde que... Bueno, desde que estábamos seguras de sentir algo la una por la otra. De alguna manera se sentía diferente.

Esperé algún reproche por parte de mis padres pero nunca llegó. Sabían que estábamos saliendo, ¿no iban a decirme lo típico que decían los padres? No sé, me esperaba un sermón de su parte o algo por el estilo. Una advertencia sobre no tener sexo bajo su techo sería lo mínimo.

Oh, por Dios, ¡nos creían responsables!

No sabía si reír o llorar.

Chiara cedió, al parecer mi teoría de que no podía negarme nada se estaba haciendo cada vez más real. Su madre sí que le envió varios mensajes reclamándole no haber respondido antes y le pidió en mayúsculas que le pusiera sonido al teléfono.

—Ya eres de la familia, Chi, así que siéntete como en casa —dijo mi padre, señalando las sillas que quedaban libres para que tomásemos asiento.

Sus mejillas se calentaron, se notó el rubor subiendo por estas, quise chillar de lo tierna que se veía así. Tímida dejó un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras daba las gracias y se iba a sentar, yo sonreí como una boba tomando asiento a su lado.

Ya era parte de la familia.

Ya lo había sido toda la vida.

Chiarbella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora