Madelaine vuelve a su país después de labrarse una fama en EEUU, la vuelta a España es de forma temporal, mientras trabaja en unos proyectos en la que fue su tierra. La vuelta a casa hará que se reencuentre con viejas amistades, amores en el aire, n...
Ese nombre recorrió todo su sistema nervioso, fue como un calambrazo que la hizo reaccionar
-Ve con Christian, agárralo, pase lo que pase no lo sueltes -dijo Madelaine a Pepe, el hombre la miró extrañado-. ¡Por favor!
Madelaine no supo si fue por el miedo de su voz, por la urgencia o porque sus ojos debían de reflejar el miedo y la súplica, pero el maestro Herrero se levantó y fue a bambalinas
-Mad, ¿qué está pasando? -preguntó Mónica en un susurro preocupada al ver que el color de la cara de la pelirroja había desaparecido
-Lo siento...
Mónica la miró extrañada, después miró al chico que Mad no dejaba de mirar, él por alguna razón había sido el causante del nerviosismo de la actriz. Mónica lo miró atentamente, le resultaba familiar, entonces se dio cuenta, era un chico unos años mayor que Madelaine, pelirrojo, ¡ya sabía de qué le sonaba! ¡Era su hermano!
Mónica se había perdido el comienzo de la pregunta de aquel hombre, ni siquiera lo estaba escuchando, recordó todo lo que Mad le contó de él, a su mente vino una imagen de él golpeándola y la sangre comenzó a hervirle, pero todo quedó en nada al escuchar el final de lo que acababa de decir:
-¿...ellos saben que eres una asesina?
-No voy a permitir que venga a mi programa a decir calumnias -dijo el presentador ofendido
-Diles Madelaine, ¿es una mentira?
-No
El plató entero quedó en absoluto silencio, todas las miradas se posaron en ella. Madelaine lo volvía a revivir, miradas juzgándola, miradas de reproche, miradas de miedo...
Desde detrás de las cámaras se escuchó a alguien decir "cinco minutos", Madelaine vio como Pepe agarraba, más bien forcejeaba, con Christian que estaba rojo de la ira, la pelirroja fue hacia él, le agarró la cara e hizo que la mirase, cuando se calmó le hizo una señal a Pepe para que lo soltase.
-¿Estás en condiciones para trabajar? -preguntó Mad
-Lo voy a matar -dijo con rabia Christian
-Chris, ¿estás en condiciones de trabajar? -repitió seria Mad
-Sí
-Averigua si van a querer que siga o nos podemos ir -pidió Mad
Al girarse vio a Mónica detrás suya, no la había sentido acercase, la estaba mirando
-Lo que ha dicho..., ¿es cierto? -preguntó Mónica con cautela
-Sí, maté a alguien -dijo Madelaine
Y ahí estaba, esa mirada, el miedo que había tenido de contarle todo era por aquella mirada, y allí estaba, mirándola, juzgándola, ¿la había condenado sin ni siquiera escucharla? De todas las personas, Mónica era la única que podía destrozarla, la única que había temido que la mirase de aquella forma y allí estaba.
-¿No vas a decir nada? -preguntó Madelaine, suplicándole en su fuero interno a que le dijese algo, que le preguntase, que hiciese algo, pero solo hubo silencio, y vio en sus ojos que estaba mirando a una desconocida, no era Mad, ya no, ahora era una desconocida para ella-. De puta madre Mónica
Se giró y se fue a su camerino, cerró de un portazo esperando que Christian llegase y le dijese que podían irse, cogió un cojín y gritó con todas sus fuerzas, dejando salir la rabia y el dolor que sentía
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