Capítulo 31

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Día 6

-¿Seguro que no me estropeará el pelo? -preguntó indecisa Mad

-No, no vamos a decolorartelo, solo es un baño de color, en cuanto te lo laves se irá -le aseguró el estilista del programa

-Está bien...

Madelaine estaba con la prueba de vestuario, aunque los estilistas le habían propuesto en vez de ponerle una peluca, pintarle el pelo de dos colores, mitad negro y mitad rubio, tal y como lo llevaba Mónica cuando cantó por primera vez la canción que ella cantaría al día siguiente. Le habían comentado que su pelo cogía bastante bien los colores, y no tendría que decolorarlo, como le ocurrió a Mónica, simplemente sería un baño que le duraría apenas un par de días, menos si se lavaba el pelo a conciencia. Madelaine esperaba no arrepentirse de su decisión

En este día todos ensayaron con los trajes que usarían en la gala, por si hubiera algún inconveniente de última hora. Madelaine llevaba un traje chaqueta, por suerte era de manga larga, por lo que taparía los vendajes y, de ese modo, no habría que ponerle maquillaje, pues temía que se le infectaran.

Madelaine veía como Ángel no paraba de decirle a los de vestuario que pusieran más relleno a su sujetador, era cierto que Mónica tenía abundante pecho y que justo en esa actuación lo tenía aún más resaltado, pareciendo que en cualquier momento se le podría salir. La pelirroja miró a sus compañeros que miraban sus pechos

-Se va a ahogar entre tanta teta -dijo Loles

-Mónica no tiene tantas -aseguró Agoney

-Ángel en cuanto me mueva un poco se van a salir -le comentó Madelaine

-Que no, que da esa sensación, pero no -aseguró Ángel

Madelaine comenzó a ensayar la canción con los movimientos, aunque no tenía baile, era una canción muy sentida, sus gestos eran de dolor, de pena. En uno de ellos, cuando echó hacia atrás los brazos, y al hincharse el pecho, el botón de la chaqueta saltó, los pechos salieron por el sujetador que apenas le cubría lo justo por culpa del relleno, Madelaine se quedó con los pechos al aire delante de todos los que se encontraban allí presente.

-¡Te lo dije! -dijo Madelaine tapándose muerta de vergüenza

La joven fue a vestuarios a cambiarse, tendrían que arreglar el botón roto antes de la actuación del día siguiente.

Día 7

Madelaine llevaba en el set desde las cinco de la mañana, ella junto a los estilistas eran las únicas personas que estaban allí, ya que los demás llevaban peluca y no tenían que pintarse el pelo. Mientras se dejaba hacer ensayaba la canción, teniendo como público a los estilistas que la miraban embelesados cantando. Por suerte, el maquillaje que llevaba Mónica era bastante básico, así que la maquillaron pues por el maquillaje nadie sabría de quién se trataba. Después de recogerle el cabello en un moño, se lo taparon con un turbante, para que pudiera andar por el set sin que nadie supiera que tenía el pelo de dos colores.

Hacia las siete y media de la mañana comenzaron a llegar más personal y alguno de sus compañeros, todos comenzaron con la ardua tarea de la personalización. Madelaine fue a por un café, estaba acostumbrada a madrugar, pero siempre con cafeína en su organismo. Mientras compraba un café en la máquina, se negaba a usar la cafetera por si le volvía a estallar, vio entrar a Mónica con su séquito, iba de calle, al igual que todos, comenzaría a prepararse en breve.

Madelaine vio que iba a la zona de maquillaje donde estaban todos, así que corrió para cortarle el paso, se suponía que Mónica no sabía nada de lo que habían montado y era una sorpresa, así que ella no podía entrar por allí.

El loco juego del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora