El loco juego del amor

Capítulo 49

Todos estaban comiendo cuando se escuchó la puerta de la calle abrirse, desde antes de aparecer en el comedor se podía escuchar la voz de María:

-¡Mamá! ¡No te lo vas a creer! ¡Christian ha puesto tanto en su cuenta como en la cuenta de Madelaine que está viva! ¿Te lo puedes creer? No creo que él mienta en algo como eso, porque... -María dejó la frase a medias al entrar en el comedor y verlos a todos allí reunidos.

Le sorprendió ver a su tía fuera de su habitación, pero lo más sorprendente fue ver a Madelaine allí sentada, como si nada

-¡Es cierto! -María corrió a abrazar a Madelaine

Madelaine volvió a explicar el porqué de fingir su muerte, terminaron de comer entre charlas, Patricia miraba a Mónica, hacía semanas que no la veía tan feliz, calmada, volvía a ser la de siempre. Después miró a Madelaine, aunque era una joven muy madura, era evidente la diferencia de edad entre ella y su hija, se preguntó si había habido algo entre ambas, pues era la única explicación para que a Mónica le hubiese afectado tanto su muerte.

Madelaine se tomó varias pastillas, ante la mirada de todas las presentes

-Tengo receta para todas ellas -bromeó Madelaine

-Te ayudo a recoger todo -dijo Marie levantándose y ayudando a Patricia

-Dejad que os ayude -se ofreció Mad

-Ni hablar -dijo Patricia-. Eres mi invitada

-Además tienes que dar tu paseo -le recordó Marie

-El subir y bajar las escaleras debería contar como ejercicio por hoy -comentó Madelaine, aunque asintió ante la mirada de Marie

-A ti también te convendría andar un poco -dijo Raquel a su hermana-. Llevas días sin moverte

-Yo... -Mónica miró a Madelaine-, quizás prefieras caminar sola...

-No, me vendría bien compañía por si no puedo volver o por si me pierdo -comentó la pelirroja

Ambas mujeres salieron de la casa, las dos con gafas de sol, Mónica iba con las manos metidas en el bolsillo de su sudadera, estaba nerviosa.

-Gracias -dijo Mónica-, por venir..., y por mantener la falsa frente de mi familia, ellas te aprecian de verdad y te tienen mucho cariño. Aunque no soportes estar conmigo, te agradezco que lo hagas por ellas

-¿Crees ya que soy real y no un fantasma?

-Sí..., debes haber pensado que estaba loca, ¿no?

-Bueno nunca has estado muy cuerda -bromeó Madelaine-, pero no me extraña tu reacción, cada vez que llamaba a alguien creía que era alguien haciendo una broma pesada, ni te imaginas la de insultos que me han dicho en estos días

-Me imagino...

-¿Hay algún sitio donde podamos sentarnos?

-¿Estás cansada?

-Un poco, pero la verdadera razón es que quiero hablar contigo sin tu familia delante

-Claro...

Mónica la llevó a la iglesia que estaba cerca de su casa, se sentó en los escalones que había frente a la iglesia, había sombra y a esa hora no había nadie por la zona. Mónica se preparó para el golpe, ahora vendrían los reproches, el echarle en cara que no se hubiera alejado. No quería escucharlo, pero lo cierto es que había pedido tantas veces volver a verla aunque fuera para escucharla decirle que se alejara de ella, que no le importaba, estaba viva y estaba frente a ella.

-¿Podemos ser sinceras por una vez? Sin medias verdades, sin omitir cosas para no incomodar a la otra..., ¿podemos ser como una vez fuimos? -preguntó Mad después de sentarse