Capítulo 4

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Mad salió del baño envuelta en otro albornoz, dio gracias a que en el hotel siempre solían poner dos. Vio que Mónica ya estaba vestida, llevaba puesto un traje chaqueta, con una blusa suficientemente abierta para que se pudiera ver su pecho, como era normal en la cantante. Los peluqueros seguían peinándola mientras otros se encargaban de maquillarla. Mónica hablaba con Vanesa, la que estaba recitándole el planning que iba a tener ese día, así como de qué iba el programa al que habían sido invitadas, su dinámica, las posibles preguntas que le harían...

Madelaine no quería molestarlas, así que se tumbó en la cama y cogió un libro, comenzó a leer, pero el cansancio que había tenido durante todo el día y las largas horas de vuelo le habían pasado factura, no se dio cuenta de cuándo se había quedado dormida. Se encontraba sola en su habitación, no había ni rastro de que alguien hubiera estado allí, miró el móvil, llevaba durmiendo más de tres horas seguidas.

Mad se levantó se quitó el albornoz y se puso ropa cómoda, no tenía intención de salir de la habitación, pero prefería estar vestida por si cambiaba de opinión a última hora y decidía ir a cenar al restaurante del hotel. Se acercó al albornoz que estaba bien puesto en una silla, lo cogió y aspiró el olor, olía a gel, pero no tenía el olor de Mónica. Una vez más la había tenido delante y no le había pedido su número de teléfono, sonrió al recordar que el poco tiempo que habían estado juntas y a solas lo había dedicado a otras cosas, pasó su mano por sus labios, le parecía un sueño todo lo que había pasado.

Se dejó caer boca arriba en la cama, haciendo un gesto de dolor cuando algo se le clavó en la espalda, al girarse vio que el libro seguía allí, se percató en que no hubiese sido dañado y lo puso en la mesita de noche, en ese instante, se dio cuenta de que había una nota.

"Gracias por prestarme tu habitación, siento no haberme despedido antes de irme pero estabas tan profundamente dormida que no quería despertarte. Aunque te has perdido lo fabulosa que me han dejado :P. Mañana hago una barbacoa en mi casa, no sé si podrás venir o si te apetece, pero es mi forma de darte las gracias y compensarte por las molestias ocasionadas, solo vendrán unos amigos, será algo íntimo. Espero realmente verte.

Mónica Naranjo"

Al final de la nota venía una dirección de un lugar en Barcelona, no sabía si sabría llegar, ni siquiera si le daría tiempo, tenía una promoción por la mañana y un programa a primera hora de la tarde, miró vuelos y trenes, lo más rápido era un avión, llegaría en una hora y media, aparte del tiempo que le llevase llegar a Sant Andreu de Llavaneres que era la dirección que tenía. Estuvo un buen rato calculando tiempos, con suerte y sin retrasos en dos horas podía estar en la casa de Mónica, tres horas si tenía que coger un tren. Madelaine se pasó horas dándole vueltas al asunto, sin creer que estaba realmente planeando ir, tendría que cambiar el billete de avión, comprar uno nuevo, anular su reserva del hotel y buscar uno nuevo en Barcelona..., demasiados cambios en tan poco tiempo..., ¿y para qué? Para un par de horas en compañía de personas que no conocía...

***

Madelaine había pasado la noche anterior haciendo pros y contras y aunque los contras ganaban por mayoría, ya había reservado su vuelo de vuelta para el lunes por la mañana desde Barcelona. Había cogido un vuelo desde Madrid a Barcelona, donde había tenido que pagar más de la cuenta porque no había podido embarcar con tiempo. Incluso se había puesto la ropa para la barbacoa en el baño del avión, maquillándose en el baño del aeropuerto cuando llegó a Barcelona. Aún no tenía hotel, no le había dado tiempo, así que pidió un taxi, sabiendo que le saldría caro, pero con su maleta y todos sus sentidos diciéndole que era mala idea, se dirigió a Villa Naranjo, la dirección que le había dado ésta.

A medida que el taxi se acercaba a la dirección las dudas comenzaron a asolarla, ¿y si la había invitado por compromiso? ¿Y si solo era una broma? ¿Se esperaría que llevase algo? ¿Tendría que haber confirmado su asistencia? ¿Pero a quién? No tenía ninguna forma de ponerse en contacto con ella.

El loco juego del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora