Capítulo 50

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Madelaine se inclinó hacia Mónica, acariciando su mejilla, la besó en la comisura de la boca, se separó un poco, juntando su frente con la de la cantante, se miraron unos segundos en silencio a los ojos, en ese momento, Mónica desvió la mirada a sus labios, volvió a mirarla a los ojos y la besó con ternura, se separó un poco, mirando a Mad por unos instantes, para volver a besarla en esta ocasión más apasionada. Ambas se besaron intentando olvidar el miedo, el dolor y la pérdida.

-¡Que están frente a la iglesia no mancillen este lugar! -dijo una mujer que pasaba por allí

Mad cogió la capucha de la sudadera de Mónica y se la subió, ocultando de este modo su rostro, Mónica estaba a punto de volverse a decirle algo a la señora cuando Madelaine negó con la cabeza. Se levantó con trabajo y le tendió la mano a la cantante para llevársela de allí

-¿Por qué no me has dejado que la pusiera en su lugar? -se quejó Mónica

-Porque a mi no me reconoció, pero a ti iba a ser difícil no reconocerte. No tengo intención de salir en el periódico de Figueres como la mujer a la que Mónica Naranjo besaba frente a una iglesia

-Me da igual que todo el mundo se entere

-Pero a mi no

-¿Entonces el beso no ha significado nada? -Mónica se quitó la capucha de la sudadera molesta, Mad sonrió mirándola lo que solo consiguió molestarla más-. No entiendo qué tiene tanta gracia

-Qué estás preciosa cuando te enfadas -dijo Mad agarrándola de la cintura y volviéndola a besar, un beso rápido-. Mónica, han pasado muchas cosas entre nosotras, no podemos con un beso borrar todo lo que ha pasado. Y ahora mismo tengo bastante con "resucitar", ya voy a tener a todo el mundo alrededor pidiendo explicaciones, no necesito encima que me acosen por besarte. Necesito unos días para poner todo en orden, que se calme todo un poco para poder pensar en nosotras, ¿lo entiendes? -Mónica asintió

-¿Te quedarás por lo menos esta noche?

-No puedo, Christian está en camino, nos llevará de regreso a Madrid en cuanto llegue. Pero hablaremos este fin de semana, te lo prometo

Ambas caminaron hacia la casa de la madre de Mónica, antes de entrar la cantante la retuvo, se quedó mirándola, pero no dijo nada, después de unos segundos negó con la cabeza y fue hacia la puerta. Mad tiró de su brazo atrayéndola hacia ella y besándola.

-¿Desde cuándo dudas a la hora de besarme?

-No quiero... no quiero hacer nada que no quieras

-¿Qué ser humano no querría besarte? -Mad le guiñó un ojo antes de entrar en la casa

***

-Nunca entenderé la capacidad que tiene para dormir mientras la arreglan -dijo Mónica en el camerino del programa al que había ido ese día

-Práctica -dijo Mad abriendo los ojos y bostezando-. ¿Has llegado hace mucho?

-Un rato -dijo Mónica mientras dejaba que sus estilistas la maquillaran

-Gilbert, Mateo, me alegro de veros -dijo Mad dándole la mano a ambos pues no podía levantarse

-¿Te han quitado los puntos? -la voz de Vane sonaba detrás de ella

-Si, esta mañana

-¿Todo bien? -preguntó Mónica preocupada

-Sí, la zona sigue sensible y un poco tirante, pero con tiempo sanará del todo

-¿Puedo...? -Mónica se mordió el labio

Madelaine le hizo un gesto a su estilista para que parase un momento, se puso frente a Mónica, sin estorbar a Gilbert que seguía peinándola, se levantó la camiseta que llevaba hasta el pecho, justo debajo del pecho tenía una cicatriz rosácea, la segunda la tenía en el estómago y la tercera en el costado. Mónica pasó los dedos con suavidad por las heridas

El loco juego del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora