Capítulo 8.

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Al día siguiente me escribió Sophie avisándome de que habría otra fiesta. Avisé a Sam y quedamos en empezar a vestirnos sobre las ocho. Me puse un vestido rojo extremadamente corto que me hacía sentir fabulosa y Sam se puso un polo azul que resaltaba sus ojos a la perfección.

Cuando estábamos por salir escuché como unos hombres hablaban en la cocina, enseguida los reconocí, eran los "amigos" de mi padre.

Preferí no preguntar nada pero teníamos que pasar por la cocina para ir al garaje. Cuando mi padre nos vio nos escaneó de arriba a abajo.

—¿Se puede saber a dónde vais? —Preguntó enfadado.

Sam y yo nos miramos algo asustados, tragué saliva. — A una fiesta del instituto.

—Pareces una puta. —Soltó mirándome con asco, con repulsión.

No contesté, no me apetecía pelear. Mi padre se acercó a nosotros bajando un poco el tono de voz.

—Salir, pero no volváis hasta las dos de la mañana, por favor hacerme caso.

—¿Qué? ¿Por qué? — Preguntó mi hermano preocupado.

—No hagáis preguntas, os estoy diciendo que salgáis pero que no volváis antes de las dos ¿Es mucho pedir?

Empezó a enfadarse, no nos quedó de otra que aceptarlo. Entramos al garaje y nos metimos en el coche.

Llegamos a la dirección que Sophie me había mandado, era una casa gigante en el centro de a ciudad, al salir del coche me azotó la brisa fría de Michigan y un fuerte olor a gasolina, muchos coches estaban buscando aparcamiento y nosotros caminamos hacia la entrada para buscar a mi amiga. La gran masa de gente bailando dificultaba el movimiento y sobre todo la vista, intenté mirar por encima de los hombros de todo el mundo pero no veía nada hasta que pude visualizar el pelo rizado de Jayden, estaba con Izan en la cocina bebiendo.

— Ven, por aquí. — Grité a mi hermano debido al gran sonido de la música que retumbaba por la casa mientras avanzábamos abriéndonos paso.

Al llegar a la cocina Izan nos vio y sonrió de forma amplia, vi como a Jayden no le alegró tanto. Ell rubio le dijo algo al oído antes de venir hacia nosotros con los brazos abiertos.

— ¡Emily, estás preciosa! — Izan me agarró de la cintura dándole la mano a mi hermano.

Miré a Jayden y nuestras miradas chocaron, iba con una camiseta blanca ajustada y unos vaqueros negros. — Gracias, Izan. — Sonreí con falsedad. — ¿Habéis visto a Sophie?

Pregunté mirando a los dos, el rubio miró de forma juguetona al pelinegro y volvió a mirarnos a mi y a Sam. — Creo que Sophie no ha llegado todavía, quedaros y esperar con nosotros.

Miré a mi hermano y este se encogió de hombros dejándome a mi a elegir, miré de nuevo al pelinegro y sonreí. — Está bien ¿Nos servís un trago por favor?

— A sus órdenes. Jayden dales un trago pero no les pongas demasiado.

— Gracias por preocuparte pero ya le diré yo a Jayden cuánto servirme. — Sonreí arrugando la nariz.

Me acerqué al peñinegro que estaba agarrando dos vasos para mí y para mi hermano, Izan se distrajo hablando con Sam y bailando y gritando con la demás gente de la cocina.

— Te dije que te alejases de Izan. — Dijo Jayden serio mientras echaba hielos en los vasos rojos de plástico.

— ¿Quién te dice que estoy aquí por Izan?

Me miró de perfil y pude ver como se le formaba una pequeña sonrisa, le sonreí levantando las cejas. Me sirvió y cuando me tendió los dos vasos fui a agarrarlos pero los alejó haciendo que quedásemos más cerca que antes. — Aléjate y busca a Sophie, no quieras saber las cosas que ha dicho Izan al verte.

COMERTE ENTERA © +18  (Aún En Desarrollo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora