—Adelante. —Escuchamos que dijo Mich.
Jayden, mi hermano y yo entramos a la habitación de hospital con un ramo de flores entre mis brazos.
El rapado tenía el pecho y el hombro vendado y estaba enganchado a un gotero mientras descansaba en una cama blanca.
—Si queréis prepararos unos espaguetis aquí tenéis un colador—. Bromeó desde la cama.
El pelinegro se rio y se acercó dándole la mano buena.
—¿Cómo te encuentras? —Pregunté dejando el ramo en la mesilla.
—Bueno, he estado mejor.
Le sonreí y nos sentamos en el sofá azul a los pies de la ventana que daba al aparcamiento.
—¿Se sabe algo de quién pudo haberlo hecho? —Le miró el pelinegro directamente a los ojos.
—No sé quién habrá sido el cabronazo que me disparó pero de lo que estoy seguro es que ha escapado, al otro se lo encontraron muerto frente al baño de abajo.
Tragué saliva asustada ¿Un tío armado que ha matado a una docena de jóvenes estaba suelto por la ciudad? ¿Y además yo había matado a su compañero?
Me agarré al brazo de Jayden el cual parecía igual de asustado que yo.
—¿Y..Y fueron los mismos del polígono?— Mi hermano jugueteó con sus manos, nervioso.
—No lo sé tío... —Miró a Jayden para volver a mirarnos. —No creo. El mundo cada día está más loco.
Sabía que ocultaban algo, cada día estaba más segura pero jamás quise reconocerlo en alto. "Él no me mentiría" pensaba, "seguro que no sería para tanto". No sabía cuánto me equivocaba.
—¿Cuándo te darán el alta?
—Y yo que sé, las enfermeras no me dicen una mierda. Pero creo que estaré unas cuantas semanas porque según me dijo el médico podría haber perdido la movilidad y la sensibilidad del brazo. Una movida.
—Wow menos mal que al final no llegó a nada más. —Suspiró Jayden. —¿Y Derek? ¿Vino contigo, no?
—Aquí está el menda. —Bromeó el susodicho entrando por la puerta con el brazo cubierto con una venda y haciendo un bailecito algo cómico.
—Oye Derek ahora quizás podamos usar el agujero de tu brazo para unos buenos canutos. —Le picó el rapado haciendo el gesto de fumar con el brazo que no tenía vendado.
—Quizás preferiría tu hombro, seguro que el porro tira mejor.
—Bueno, tranquilos que no vamos a fumar porros en el agujero de bala de ninguno. —Traté de calmar la situación mientras Sam y Jayden se reían del herido en cama que empezaba a enfadarse.
—Que hijos de puta... Esos cabrones han jodido mi fiesta—. Maldijo el moreno.
—Pobrecita de tu fiesta... Para nada es peor todas las muertes inocentes que ha habido. —Repliqué algo agresiva, no me parecía normal su forma de hablar del tema.
—¿No se sabe por qué pudieron haber hecho eso? —Intentó cambiar de tema Jayden.
—Ni idea hermano, el tirador muerto tenía unos cuarenta tacos y ya estaba fichado por la policía por venta de drogas.
¿Venta de drogas? N..No podía ser mi padre...¿No?
Siempre le había tenido como un monstruo pero no a tal escala, o quizás si...
—¿Cómo se llamaba? El que ha muerto. —Tragué saliva notando como los ojos azules de mi hermano se clavaban en mí horrorizado.
—Ni idea tía, sólo se sabe que es rumano.—Derek se metió las manos en los bolsillos más tranquilo de lo que debería.
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COMERTE ENTERA © +18 (Aún En Desarrollo)
RomanceEmily se enamora de Jayden en el peor momento, pero...¿Estará siendo sincero? . . ⚠️ATENCIÓN⚠️ Este libro contiene: - Escenas de sexo explícitas. - Violencia y abuso sexual. - Drogas, alcohol y armas. - Lenguaje adulto.