Capítulo 38.

62 6 0
                                    

Después de unas cuantas rondas de chupitos y vasos de vodka con limón terminamos de fiesta en una casa desconocida, gigante y con un patio en la que había una inmensa piscina.

No sabíamos de quién era la casa ni cómo habíamos llegado allí, pero no estábamos como para replanteárnoslo.

—¡Emily esto es alucinante! —Gritó mi hermano bailando sin descanso y ya sudando.

Me dio la risa tonta de siempre al verle sudado y con la gomina chorreándole por la frente. Mich había estado algo pegajoso conmigo a la hora de bailar, comenzó a agarrarme del brazo, a pegarse a mí pero no de una forma sexual. Jayden trataba de ignorarle y seguir bailando pero ya comenzaba a parecer molesto.

Después de un buen rato Max y Sophie volvieron de a saber dónde pero no parecían muy contentos. La rubia iba delante suya a paso acelerado con los brazos cruzados y la mirada fija mientras que él parecía arrepentido.

—¿Qué ha pasado? —Le pregunté a Sophie al cogerla del brazo.

—¿Que qué ha pasado? —Me miró ofendida— Que Max lleva meses haciéndome ilusiones para nada.

Me giré para mirarle, este no pareció saber qué decir puesto que era completamente cierto.

—Voy a llamar un taxi. Te aviso cuando esté en casa.—Me dijo Sophie antes de irse.

—Cualquiera cosa me llamas.

Y sin decir nada más se fue. Mich y Sam seguían bailando enérgicamente sin enterarse de nada mientras que Max nos miraba avergonzado.

—¿Qué ha pasado exactamente? —Le preguntó Jayden extrañado.

—Que ha intentado besarme pero yo me he apartado.

—¿Y por qué te has apartado?—. Pregunté extrañada.—Pensaba que te gustaba.

El pelirrojo sin decir palabra miró de mala gana a Jayden para volver a reparar sus redondo ojos en mí.

—Déjalo. —Sentenció antes de irse apresuradamente de la fiesta.

El pelinegro y yo nos miramos extrañados por su comportamiento. No entendía nada, ni su mirada inquisitiva ni su rechazo hacia Sophie. Es cierto que nunca había tenido un acercamiento cariñoso hacia ella pero pensamos que simplemente sería un poco tímido.

Una vez solos nos giramos para volver a ver como Sam y Mich bailaban malamente una canción de tecno que me hacía retumbar hasta el pelo.

—¿Por qué todo el mundo se comporta tan raro? —Pregunté ensimismada viendos los arrítmicos movimientos de mi hermano. —Primero Mich y ahora Max.

—El poder femenino. —Respondió Jayden con una leve sonrisa, parecía hacerle gracia el panorama.

Me quedé pensando en sus palabras. —¿Qué quieres decir con eso?

—Todos están tan raros desde nuestra vuelta porque ambos se habían hecho ilusiones, Emily.

No sabía interpretar el tono de su voz, pero quizás tenía razón. En ese momento recordé la vez que mi hermano sugirió que Max había dicho un "seguro que lo arreglais" bastante triste.

¿Qué debía hacer entonces? Ambos no eran más que amigos para mí, pero tampoco quería dejar de ser amiga suya.


La noche continuó ya con menos diversión puesto que Jayden y yo estábamos algo raros con todo lo ocurrido. Sam y Mich habían desaparecido, seguro que estaban haciendo misiones secundarias de borrachos.

Unas horas después volvimos a casa en el coche de Jayden, ambos ya habíamos dejado atrás la embriaguez del alcohol mientras que nuestros acompañantes desfallecían en el asiento trasero.

COMERTE ENTERA © +18  (Aún En Desarrollo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora