—Buenos días... —Susurró Jayden en mi oído según besaba mi mejilla con cariño. —Ya son las siete...
Gruñí acurrucándome en las gruesas sábanas, aquella noche no habíamos dormido mucho.
—No me obligues a sacarte de la cama. —Sonrío acariciándome el pelo.
—Atrévete. —Respondí según me giraba hacia él.
Besó la punta de mi nariz para después darme un cálido abrazo. Rodee su cuello embelesada para dejarle algún que otro beso detrás de su oreja.
—Te quiero, nunca lo olvides. —Susurró después de un suspiro.
Sonreí jugando con los rizos de su pelo. —Yo mucho más.
—Eso es imposible.
—¿Todavía estáis durmiendo? —Preguntó Sam desde la planta baja. —Si estáis follando por favor no contestéis.
—Ahora vamos. —Respondí abrazando con fuerza al pelinegro.
Tenía un mal presentimiento que no me dejaba disfrutar del momento, ¿qué me pasaba? Quería disfrutar de su compañía pero cada vez sentía como si esos momentos fueran una cuenta atrás inevitable. Sentía que esos momentos se empezaban a terminar.
Después del instituto, estando todos en salón Jayden decidió cambiarse para ir a trabajar.
—¿Puedo ir contigo? —Pregunté desde el sofá.
El pelinegro se asomó desde la habitación algo pálido. —¿Por qué? Te vas a aburrir.
—Es que nunca he visto donde trabajas, una vez me dijiste que me lo enseñarías.
—Bueno está bien, pero si te vas a cambiar hazlo ya.
Salimos del apartamento dejando a Sam estudiando puesto que sus primeros exámenes no habían salido muy bien, yo en ese momento no estaba centrada en todos los suspensos que estaba sacando.
—¿Cómo se llama el bar? —Pregunté metiendo las manos en los bolsillos de mi chaqueta.
Las calles estaban adornadas con los árboles anaranjados y el cielo nublado que traía una brisa fría cada rato.
—Stober's Bar. No es un nombre muy original a decir verdad.
Llegamos a una calle algo más transitada y ya pude ver el letrero. Parecía un bar viejo pero al entrar estaba lleno de neones, luces de colores y sobresalía la figura de un águila de madera.
—¿Qué te parece? —Preguntó mirando cómo los hombres jugaban en un billar.
—Pues siento que en cualquier momento me van a enseñar una escopeta, me van a preguntar si estoy a favor o en contra de los esclavos y además van a preguntarme que qué opino sobre los indios.
Jayden estalló en carcajada mientras entraba detrás de la barra.
—No te imaginas la de veces que me han hablado de escopetas.
Le sonreí mientras se metía a una sala, supuse que para cambiarse. Me senté en un taburete que estaba algo alejado de todos los hombres que tomaban cerveza en jarras. No tardaría en ir a la gasolinera puesto que aquel día me tocaba turno de noche.
Reconocí a Mich que salía de la cocina para servir más cervezas de grifo y a Nath que iba y venía tomando apuntes a las mesas del fondo.
—Hombre, pero a quién tenemos por aquí. —Se alegró el rapado apoyándose sobre la barra después de haber servido a varios clientes. —Haberme avisado de que venías ¿Te sirvo algo?
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COMERTE ENTERA © +18 (Aún En Desarrollo)
RomanceEmily se enamora de Jayden en el peor momento, pero...¿Estará siendo sincero? . . ⚠️ATENCIÓN⚠️ Este libro contiene: - Escenas de sexo explícitas. - Violencia y abuso sexual. - Drogas, alcohol y armas. - Lenguaje adulto.