Comencé el día mal, muy mal. Por alguna razón mi alarma no sonó y llegué 20 minutos tarde a clases, pero el profesor no me ha permitido la entrada así que aquí estoy, sentada en un banco en medio de un pasillo vacío.
Tomé mi celular y tenía una llamada perdida de mi padre, pero en ningún momento sentí mi celular sonar, ya que accidentalmente lo puse en silencio ayer por la tarde.- Señorita Campbell, ¿qué hace aquí? usted debería estar en clase - dijo la rubia.
- No sonó mi alarma y llegué tarde, pero el profesor no me dejó pasar - observé como sus labios escondían una pequeña risa.
- Bueno, esto es propio de un castigo, sígame - ¿otro castigo más? de verdad, soy un desastre.
- ¿No es responsabilidad de el profesor el castigo? - no me importaba a decir verdad, pero me sentía en ánimos como para molestarla.
- No si yo no quiero - dijo orgullosa con su aire de superioridad - ahora levántate.
Hice caso a su orden y la seguí hasta su oficina, me adentré y el olor a su perfume inundó mi cuerpo, no sabría describirlo, pero es muy buen perfume. Tomé asiento frente a su escritorio y esperé a que hablara.
- Dime, ¿cómo te ha sentado el internado? - fue una pregunta inesperada, pensé que iba a dictar el castigo directamente.
- Bien, supongo.
- ¿Supones? - se veía algo confundida.
- Si, es confuso.
- ¿Por qué? - vaya curiosidad suya, no es que le vaya a responder la pregunta, pero si parece interesada.
- ¿Cuál va a ser el castigo? - pregunté evitando su pregunta, se vió nuevamente confundida pero entendió que no quería hablar de eso y lo agradezco.
- ¿Cuál de los dos? - dijo y largué una suave carcajada ante su comentario.
- Ambos.
- Bueno, solo recibirás un castigo que cubra ambos - hizo una pequeña pausa - deberás limpiar la sala de pintura durante esta semana cuando finalices tus clases - maldita sea.
- ¿O sea hoy y el viernes? - eso suena a dos castigos, no uno.
- Exacto, técnicamente son dos castigos que consisten de lo mismo, pero es lo que te toca Matilde - reí, pero algo confundida, ya que sus cambios de formalidad me provocan ello.
- Si así lo dices, Rebecca - respondí sarcásticamente y su semblante de tornó serio, aparentemente solo ella puede tutearme.
- Además del castigo, quería hablarte de otra cosa.
- Dime.
- La semana siguiente es la primera semana de vacaciones, y como yo soy la profesora encargada de tu grupo, debo reportar la salida de cada alumno.
- Ah... no sabía que habían vacaciones - ¿cómo es que recién me vengo a enterar?
- Comunícate con tus padres y me avisas, tienes hasta pasado mañana para reportar tu salida.
- Está bien, ¿eso es todo? - me miró de una manera extraña, analizándome como de costumbre por lo que me parecieron horas, hasta que finalmente habló.
- Si, puede retirarse.
Me despedí y salí de su oficina, justo a tiempo, ya que sonó la campana. Rápidamente me dirigí a el salón de clases en el cuál me encontré con Josh.
- Pecas pensé que no vendrías hoy - dijo Josh.
- Primero que nada, buenos días. Segundo, mi alarma no sonó.
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Cuando nadie ve
RomanceMatilde Campbell es enviada por sus padres y en contra de su voluntad a un internado. Dejando su antigua vida y vínculos en el pasado. Allí conoce a quienes serán sus nuevos amigos e intereses amorosos, pero uno de ellos se destaca; el que sucede cu...