Capítulo 9

2.9K 153 5
                                    

Comencé el día mal, muy mal. Por alguna razón mi alarma no sonó y llegué 20 minutos tarde a clases, pero el profesor no me ha permitido la entrada así que aquí estoy, sentada en un banco en medio de un pasillo vacío.
Tomé mi celular y tenía una llamada perdida de mi padre, pero en ningún momento sentí mi celular sonar, ya que accidentalmente lo puse en silencio ayer por la tarde.

- Señorita Campbell, ¿qué hace aquí? usted debería estar en clase - dijo la rubia.

- No sonó mi alarma y llegué tarde, pero el profesor no me dejó pasar - observé como sus labios escondían una pequeña risa.

- Bueno, esto es propio de un castigo, sígame - ¿otro castigo más? de verdad, soy un desastre.

- ¿No es responsabilidad de el profesor el castigo? - no me importaba a decir verdad, pero me sentía en ánimos como para molestarla.

- No si yo no quiero - dijo orgullosa con su aire de superioridad - ahora levántate.

Hice caso a su orden y la seguí hasta su oficina, me adentré y el olor a su perfume inundó mi cuerpo, no sabría describirlo, pero es muy buen perfume. Tomé asiento frente a su escritorio y esperé a que hablara.

- Dime, ¿cómo te ha sentado el internado? - fue una pregunta inesperada, pensé que iba a dictar el castigo directamente.

- Bien, supongo.

- ¿Supones? - se veía algo confundida.

- Si, es confuso.

- ¿Por qué? - vaya curiosidad suya, no es que le vaya a responder la pregunta, pero si parece interesada.

- ¿Cuál va a ser el castigo? - pregunté evitando su pregunta, se vió nuevamente confundida pero entendió que no quería hablar de eso y lo agradezco.

- ¿Cuál de los dos? - dijo y largué una suave carcajada ante su comentario.

- Ambos.

- Bueno, solo recibirás un castigo que cubra ambos - hizo una pequeña pausa - deberás limpiar la sala de pintura durante esta semana cuando finalices tus clases - maldita sea.

- ¿O sea hoy y el viernes? - eso suena a dos castigos, no uno.

- Exacto, técnicamente son dos castigos que consisten de lo mismo, pero es lo que te toca Matilde - reí, pero algo confundida, ya que sus cambios de formalidad me provocan ello.

- Si así lo dices, Rebecca - respondí sarcásticamente y su semblante de tornó serio, aparentemente solo ella puede tutearme.

- Además del castigo, quería hablarte de otra cosa.

- Dime.

- La semana siguiente es la primera semana de vacaciones, y como yo soy la profesora encargada de tu grupo, debo reportar la salida de cada alumno.

- Ah... no sabía que habían vacaciones - ¿cómo es que recién me vengo a enterar?

- Comunícate con tus padres y me avisas, tienes hasta pasado mañana para reportar tu salida.

- Está bien, ¿eso es todo? - me miró de una manera extraña, analizándome como de costumbre por lo que me parecieron horas, hasta que finalmente habló.

- Si, puede retirarse.

Me despedí y salí de su oficina, justo a tiempo, ya que sonó la campana. Rápidamente me dirigí a el salón de clases en el cuál me encontré con Josh.

- Pecas pensé que no vendrías hoy - dijo Josh.

- Primero que nada, buenos días. Segundo, mi alarma no sonó.

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora