Capítulo 33

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Pov Rebecca

Escucho la puerta golpearse y mis ojos quieren soltar un par de lágrimas, las cuales no permito dejarlas salir.

Me levanto del sofá y me dirijo a la cocina para servirme un vaso muy lleno de whiskey. Tomo tres largos tragos e intento relajar mi respiración, convencerme que lo que acabo de hacer es lo correcto.

Nuestras familias comienzan a involucrarse cada día más, mantengo contacto con sus padres casi que todos los días. Ella parece hablar con ellos mucho menos que yo, y no quisiera ser otro motivo por el cual su relación se vea afectada.

Matilde me resulta agradable, y lo que he llegado a conocer de ella me encanta, pero, hay muchas cosas que van en contra de esto que siento.

Además, la diferencia de edad me limita demasiado. Ella es una persona madura, no noto actitudes infantiles y es mayor de edad, pero aun así le saco varios años.

Sin embargo, no son sólo esas las razones que me llevan a terminar esto. Lo que más me preocupa es mi carrera, mi reputación. Puede sonar egoísta de mi parte pero debo preocuparme por estas cosas, podría perder mi trabajo e incluso mi licencia. Si bien tengo una familia que me ha apoyado y me ha dado todo, lo que tengo me lo he ganado yo sola.

La imagen que le doy a las personas la construí yo, la firmeza y la seriedad que impongo fue lo que me hizo llegar tan lejos. Sé que trabajo en un internado familiar, pero he recibido propuestas de enseñanza a lo largo del mundo, e incluso he recibido reconocimientos académicos.

Intento no arrepentirme de mi decisión y espero no haberla lastimado, pero debo preocuparme por mi, y también por ella. Matilde sería expulsada y no me imagino lo que harían sus padres con ella, no puedo ser la causante de ello.

En lo que pienso si lo que hice, desde un inicio, fue lo correcto, me tomo cuatro vasos de whiskey puro sin darme cuenta. Mi cuerpo se vuelve pesado y con pasos lentos me dirijo al dormitorio, hasta que escucho tres golpes en la puerta. Me miro en un espejo para corroborar que no se me noten las copas, y abro la puerta.

- Victoria - digo mientras ella se dirige a mi sofá - ¿qué haces aquí?

- ¿A caso te olvidas que quedamos en ver una película? - maldita sea.

- La verdad que si - digo y me dejo caer a su lado.

Enciende el televisor y cuando se gira hacia mi para hablarme, sus cejas se encorvan y se me acerca.

- ¿Estás borracha? - voy a responder pero me interrumpe - Joder, tienes un aroma a whiskey impresionante - río.

- Si bueno, no ha sido un buen día.

- ¿Y qué te pasó prima?

- No quiero hablar de ello - intento levantarme pero me jala del brazo y hace que me vuelva a sentar.

- Hoy vi a una colorada venir para este lado, ¿tiene que ver con eso? - asiento - Te dije que estabas mal al meterte con ella, no puede ser que - la interrumpo.

- Te hice caso - digo irritada por darle la razón.

- ¿Qué? - dice asombrada.

- Ya me escuchaste. Le he dicho que debíamos terminar lo que sea que hayamos empezado, ¿contenta?

- Pues... si - la miro indignada - Tu me has preguntado.

- Ajá, ahora basta de hablar y miremos la película.

Victoria, mi prima y la directoria de este lugar, es una de mis mejores amigas, junto con Charlotte. Crecimos juntas ya que nuestras madres se llevaban muy bien, y nuestros padres son hermanos. Cuando Matilde llegó a la institución, y Vic notó mi interés por ellas, me advirtió mil veces que no hiciera nada. En mi defensa, yo no fui la que dio el primer paso.

La puerta se abre e ingresa Charlotte con palomitas. Ella es como de la familia, la conocemos desde pequeñas ya que nuestros padres han sido amigos de toda la vida.

Victoria se apresura a contarle a Charlotte que he dejado a Matilde y ambas comienzan a opinar sobre eso muy tranquilas, frente a mi, como si no estuviese a su lado.

- ¿Pueden callarse de una vez? Por favor, quiero ver la película - digo irónica, claramente saben que fue lo que me molestó.

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora