Capítulo 26

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- ¿Qué tal las clases? - dice mi padre mientras arranca el vehículo con destino al mall.

- Bien, las pruebas importantes están por comenzar.

- Te irá bien - responde el mayor.

- Más te vale - bromea mi madre.

Al cabo de una hora ya nos encontrábamos en nuestro destino, mi padre prefirió quedarse en la camioneta mientras mi madre me acompañaba a hacer las compras.

Veníamos por un par de bikinis pero terminamos comprando sudaderas, blusas, carteras y más, por si acaso.

Volvimos a la camioneta y metí mis compras en la maleta, los chicos me esperaban ya en la casa de la playa.

- Marco, - dice mi madre a pocos minutos de llegar - ¿no crees que es momento de decirle?

- Matilde - me llama la atención mi padre para que retire mis auriculares y lo escuche.

- ¿Qué sucede?

- Comenzaremos un negocio con una familia y necesitamos que te involucres.

- Solo será concurrir a algunas juntas y firmar un par de papeles - agrega mi madre.

- ¿Negocio de qué?

- Una nueva marca de whiskey, nos pareció interesante, la idea de tener algo más aparte de nuestro trabajo actual no está mal.

- Así que por eso tan amables - bromeé.

- Por favor, somos tus padres - dice mi madre retándome.

El vehículo estacionó frente a una lujosa casa, que por sus ventanas, indica que es de dos pisos. El patio delantero está adornado con pequeños arbustos y flores. La playa se encuentra justo detrás de la casa, increíble punto.

- Bueno ya, nos avisas si tenemos que venir a buscarte el domingo - asentí - adiós.

- Adiós.

Salí de la camioneta junto con mi maleta y me acerqué a la puerta, a los pocos segundos de tocar el timbre esta se abrió.

- ¡Pecas! que bien que llegas - dice Clara con emoción y me arrastra al interior de la casa.

- ¿Cómo estás? - pregunté, aunque su estado estaba más que claro.

- Super bien. Ven, los chicos están arriba.

Subimos las escaleras, que para mi fueron un infierno ya que mi maleta traía ropa como para tres semanas.

- Hola tontos - dije entrando a la habitación en la que se encontraban Anna y Josh jugando a la play.

- ¡Al fin! - dijo Josh levantándose para saludarme.

- Si que demoras haciendo compras - agrega Anna.

- Si bueno... terminé comprando algunas cosas de más - sonreí inocente.

- Bueno basta de charlas, apróntense así bajamos a la playa - dice Clara.

Hicimos caso y cada cual se dirigió a la habitación que la morena nos había asignado, nos cambiamos y junto con unas toallas nos dirigimos a la arena.

Allí se encontraban los padres de Clara y su hermano pequeño de tan solo dos años, me parecieron personas agradables y respetuosas, ya que decidieron dejarnos nuestro espacio para que charlemos de cosas "adolescentes" según la mamá.

- Vamos al agua - dice Josh tirándonos un poco de arena.

- Yo me quiero broncear - respondí.

- No seas aburrida, - dice Clara - y tu tampoco Anna, deja ese libro.

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora