Capítulo 31

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Me encuentro caminando hacia la oficina de Rebecca, las clases terminaron pero lo poco que la vi no me fue suficiente.

Golpeé dos veces en su puerta chequeando que no hubiese nadie en el pasillo, esperé un minuto (en el cual se escucharon varios sonidos al otro lado de la puerta) y finalmente se abrió.

Al verme, algo sorprendida, imitó mi acto de checar los pasillos y luego me indicó que entrase con un gesto.

- Hola - dijo luego de sentarse al otro lado del escritorio - ¿sucede algo?

- Si - respondo mientras tomo asiento frente a ella.

- ¿Sobre qué? - responde seria, todavía se piensa que va sobre el instituto.

- Tenía ganas de verte - al decir eso suelta un suspiro y me sonríe.

- Por la seriedad que traías pensé que trataba de otra cosa - me dice con una mirada chistosa y termina de ordenar unos papeles.

- ¿Estás ocupada?

- No, pero mejor vamos a otro lado. - no pude evitar malpensar lo que dijo y mi rostro se tornó rojo al instante - Que tendrás en la mente para ponerte así.

Su respuesta hizo que me sonrojase incluso más, causándole una carcajada, aunque a mi no me causó mucha gracia. Esto de ponerme roja al instante me está pasando factura.

- ¿A donde vamos? - pregunto para dejar de lado mi rojez.

- No sé, te iba a sugerir mi habitación pero...- entendí a que se refería y esta vez si me reí junto a ella.

- Idiota.

- Vocabulario señorita Campbell - dice sarcástica.

- ¿Otra vez me vas a castigar?

- No me des idea.

Reímos y luego, a escondidas y siendo súper precavida, llegamos a su habitación.

Al abrir la puerta se encontraba un sofá junto con una mesa redonda y frente la televisión. Al lado de la TV, frente a la puerta, había un pasillo que daba a la cocina.

- ¿Quieres algo de tomar? - me pregunta mientras pone seguro a la puerta.

- Agua por favor.

- Toma asiento, ya vuelvo.

Hice caso y me dejé caer en el sofá, tirando mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Me encontraba cansada, no había dormido mucho durante la noche y las clases siempre me agotaban.

- ¿Te dormiste? - pregunta la rubia en un tono bajito, como para no despertarme en caso de estar dormida.

Sonrío y abro mis ojos para mirarla - No, pero estuve a punto - me sonríe y me entrega el vaso con agua para sentarse a mi lado, ella sostiene un vaso de lo que creo, es whiskey.

- ¿Tomando dentro de la institución? que irresponsable - dije sarcástica.

- No sería la primera regla que rompo - me responde pícara y coloca su mano en mi pierna. - Oye, si estás cansada nos podemos ver luego - dice ahora con un tono más suave.

- No, me apetece estar contigo, puedo dormir en cualquier otro momento - me sonríe y toma el control de la TV.

- ¿Qué quieres ver? - dice encendiéndola.

- ¿Te gustan las películas de terror?

- Claro que sí.

- Entonces ya sabes que poner.

Luego de buscar un rato que ver, ya que ambas nos hemos visto muchas películas del estilo, encontramos una que parecía interesante.

La rubia tomó una manta, ya que comenzaba a hacer frío, y nos tapó a ambas con delicadeza. Y en esa delicadeza, en cada mínima cosa que hace, es que noto que cada vez me voy perdiendo más en sus ojos.

La película transcurrió entre varias risas y comentarios por nuestra parte, al terminar, empezamos a hablar de distintos temas y terminamos en mi relación con mis padres.

- Y tú, ¿cómo te llevas con tu familia? Si quieres responder, claro - pregunto intentando no presionarla.

- Con mi madre muy bien, es demasiado comprensiva. Mi padre también es bueno pero tiene sus cosas, aunque no peleamos. Mi hermano por otra parte es otro caso, no es que sea malo, pero es un mujeriego - me responde mirándome a los ojos.

- ¿Y tú no? - dije bromeando.

- Nunca dije que yo no lo era - reímos.

Al cabo de unos minutos nos vimos interrumpida por una llamada, parecía ser importante así que tuvo que atender.

- Debo irme - me dice tomando su bolso al finalizar la llamada.

- Está bien - respondo con simpleza - ¿salgo yo primero?

- Oye - me detiene - si quieres nos podemos ver más tarde, es que ahora no- la interrumpo.

- No te preocupes, en un rato será - le sonrió y me despido para dirigirme con cuidado a mi habitación.

Holaa! Estoy de vacaciones y mañana es mi cumpleaños, así que me costó bastante escribir este capítulo. Un poco corto, pero espero que les guste. En cuanto pueda vuelvo a actualizar. Besos a mis queridos lectores.

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora