- Buenas tardes - dijo la rubia mientras me acomodaba en el asiento de su auto.
- Buenas tardes - le sonreí.
- ¿Qué tal estás? - preguntó sorprendiéndome con un beso en la mejilla, haciendo que me sonrojase.
- Bien, ¿y tú? - respondo intentando que no note el color en mis mejillas, pero por la forma en que me mira deduzco que ya me descubrió.
- Bien... - encendió el auto y comenzamos el trayecto, luego de un minuto habló - te sonrojas fácil.
Su comentario hizo que me sonrojase aún más de lo que ya estaba, causando una carcajada en ella y una risita nerviosa en mi.
- Bueno ya, no lo puedo evitar - me uní a ella en su contagiosa risa.
Luego de unos minutos hablando sobre cosas triviales, intentando alivianarme y quitarme los nervios que sentía, se atrevió a hacer un comentario sobre mis padres por primera vez.
- Tus padres parecen personas agradables.
Estuve a punto de responder con una sonrisa, incluso mentirle. Pero, ¿a quién engaño? lo último que quiero hacerle a esta mujer es mentirle.
- Si tu lo dices...
- Ya veo... - dice mirándome apenada por el retrovisor - ¿pasa algo que quieras contarme?
Ahora mismo, esta no parece la Rebecca que conocí hace un par de meses; se nota que su papel de mala es pura actuación.
- No, solo somos personas distintas. - asintió dudosa - Tu madre también me pareció agradable - ya que estamos, intentaré quitarle información.
- ¿Solo mi madre? - dijo riendo.
- Es que de ella me acuerdo de otros lugares, de tu padre no tengo idea porque... en la cena no presté mucha atención.
- ¿En qué pensabas? - preguntó pícara.
- En ti - respondí mirándola a los ojos con mi mano en su pierna, y noté como levemente mordió su labio inferior.
Inspeccionó la ruta y al comprobar que estaba vacía, se estacionó a un lado, desabrochó su cinturón y comenzó a besarme.
Los besos se intensificaron en cuestión de segundos, y cuando estaba a punto de posicionarme sobre ella, se separó.
- Llegaremos tarde Matilde.
- No me importa ser impuntual - dije para acercarme nuevamente, pero tomó distancia.
- A mi si - me responde con una sonrisa; si que sabe lo que hace.
El resto del camino se volvió tedioso, mientras más nos acercábamos más tráfico había, lo que casi logra que lleguemos tarde.
La junta estuvo bien y no llevó mucho tiempo, todo salió acorde al plan de mis padres. Al terminar, nos dirigimos ambas familias a por un café cerca de donde nos encontrábamos.
Nos sentamos todos en una mesa redonda, donde a mis lados se encontraban mis padres y frente a mi, Rebecca. Pude contenerme de no mirarla gracias a que la cafetería estaba decorada muy bien, se notaba su antigüedad pero eso solo la vuelve más valiosa e interesante.
Rebecca se veía muy entretenida conversando con mis padres, mientras yo de vez en cuando intercambiaba palabras con los suyos. Siempre fui de limitarme a escuchar y no tanto a hablar, pero ella impone, mucho, y cada que habla es gratamente escuchada.
Durante los últimos minutos del encuentro algo cambió, la mirada de la rubia ya no era la misma, y sus respuestas eran más cortas, ¿cansancio tal vez?
Nos despedimos y la vuelta iba a ser con la misma, así que en mi mente pensaba aprovechar el momento.
- ¿Todo bien? - pregunté luego de unos minutos en silencio, no había dicho nada desde que entramos al auto y la tensión se puede cortar con tijera.
- Ajá - asintió sin más pero no agregó nada más por el resto del camino.
Al llegar nos despedimos en el auto con un simple "Buenas noches" y cada una se fue a su habitación. Y aunque ella lo haya negado, me di cuenta que algo le sucedía. Temo con todo corazón que mis padres hayan dicho algo incorrecto.
Dejo de pensar en ella para relajar mi mente y dormir, ya es tarde.
Despierto a causa de la alarma y tiro un manotazo a mi derecha, con intención de apagarla, pero solo
logro tirar todo lo que hay en mi mesa de luz.Me alisto y me dirijo al salón de clases como todas las palabras, para encontrarme con un Josh medio dormido que al verme me sonríe.
Entre las vacaciones y los bloqueos, esto es lo único que he podido escribir. Lamento tardar tanto en actualizar, estoy trabajando para conseguir inspiración.
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Cuando nadie ve
RomanceMatilde Campbell es enviada por sus padres y en contra de su voluntad a un internado. Dejando su antigua vida y vínculos en el pasado. Allí conoce a quienes serán sus nuevos amigos e intereses amorosos, pero uno de ellos se destaca; el que sucede cu...