Despertamos todos en la habitación de Clara, abrazados del frío que hacía por la calefacción y con una resaca terrible.
- Por favor apaga eso que me congelo - dijo el pelinegro medio dormido.
- Ya voy, espera que no encuentro el control - le responde Clara refregándose los ojos.
- Aquí está- digo yo en la otra punta y procedo a apagar la calefacción.
- Buenos días - dice Anna causándonos una risa, despertamos con tanto frío que ni los buenos días nos dimos.
- Se me parte la cabeza - añadió Josh.
- A mi también- respondimos las chicas al mismo tiempo.
Nos levantamos y nos vestimos, bajamos a desayunar y a tomar unas pastillas para la resaca. Cuando los padres de la cumpleañera bajaron a la playa (luego de felicitarla y darle sus regalos), comenzamos a charlar sobre la noche.
- Maldita sea no me acuerdo de nada - dice la morena llevándose el vaso de agua a su boca.
- ¿En serio de nada? - dice Josh nervioso.
- Pues sólo del inicio... - todos reímos ya que estábamos más o menos igual.
Ninguno se acordaba en qué momento nos acostamos y como llegamos a ponernos los pijamas.
- Hubieron dos que se pusieron románticas - dice el pelinegro mirándonos a mi y a Anna, causando que nos sonrojáramos y riéramos.
- ¿A sí? Yo sé de otros dos que estaban apasionados - Josh me retó con la mirada al instante y Anna reía.
- ¿De quienes hablan? Chicos no entiendo nada - dice la morena haciendo que riamos.
- Es que por un reto del juego Matilde y yo nos besamos, y al terminar los miramos a ustedes y se estaban besando.
- ¿¡Que!? - su rostro se tornó de todos los colores posibles y yo no podía parar de reír.
En lo que nos recuperábamos de la borrachera pasamos hablando y riendo por un par de horas más, hasta que llegó la merienda / "fiesta" de cumpleaños.
Pasamos toda la tarde escuchando anécdotas de cuando éramos pequeños, riendo y luego nos vimos una película.
Justo antes de la cena, recibo una llamada de mi padre, así que me apresuro a subir a mi habitación para atenderlo.
- Hola papá, ¿sucede algo? - digo cerrando la puerta.
- Hola hija, si, necesito un favor.
- ¿Qué favor? - respondo rezando por que no sea algo complicado.
- Que mañana estés temprano con la maleta lista, nos adelantaron una junta del negocio que te platicamos. Va a ser una cena pero necesito explicarte algunas cosas antes.
- ¿Y qué hora sería "temprano"? - pregunto ya algo irritada, más que una petición era una orden.
- 12:00 p.m. aproximadamente.
- Está bien - no quería peleas, aunque el separarme de los chicos en un momento ameno se me hacía difícil.
- Muchas gracias Matilde, nos vemos mañana - dijo apurado y sin esperar mi respuesta cortó.
Revisé mis mensajes por un par de minutos, ya que no había tenido chance de hacerlo desde que salí del internado, y bajé las escaleras para encontrarme con los chicos en el sofá.
- ¿Todo bien? - pregunta Anna.
- Si, solo que mañana a las 12:00 me tendré que ir - digo con una mueca triste.
- Oh, que mal, ¿qué pasó? - preguntó Josh.
- Mis padres me necesitan para un negocio, algo de eso... - digo restándole importancia - Lamento no poder quedarme hasta más tarde Clara.
- Tranquila te entiendo - dijo para al segundo levantarse y abrazarme fuertemente, cosa que no me gusta mucho pero siendo su cumpleaños lo acepto.
La cena concurrió tranquila, con varias anécdotas más por parte de todos, un ambiente que me generaba confianza y seguridad.
Al llegar nos quedamos dormidos al instante, y nos levantamos temprano en la mañana para aprovechar el poco tiempo que me quedaba allí.
Se hicieron las 12:00 y mis progenitores se encontraban en la puerta, me despedí de todos y me subí a la camioneta.
- Buenas tardes - dijeron ambos.
- Buenas tardes - respondí.
- ¿Cómo pasaste? - preguntó mamá.
- Bien, ¿ustedes que hicieron?
- Nos quedamos en un hotel por aquí cerca, no valía la pena ir y volver - respondió mi padre.
- Ah... ¿ahora vamos a ese hotel?
- Así es hija, luego iremos a que te compres un atuendo adecuado para la cena - ordenó mi progenitora.
- Está bien.
Llegamos y me bañé ya que mi pelo se encontraba hecho un desastre, luego almorzamos y como nos encontrábamos muy cansados como para planificar, nos dormimos una siesta.
Al levantarnos nos dirigimos al mall y luego de recorrer un par de tiendas, encontré un vestido azul oscuro con un blazer que hacía juego. El vestido era corto y ajustado al cuerpo, sin mangas y con la espalda descubierta.
Llegamos al hotel y mi padre me explicó algunas cosas básicas, cómo iba a ser el reparto de las acciones en la empresa, cómo tratar a las personas y el por qué de la cena.
En conclusión, debía caerle bien a una familia de ricos que conocieron en un evento, así podrían cerrar trato. Resulta que tanto mi familia como la suya iban a involucrar a sus hijas en el negocio, aparentemente unas mujeres jóvenes y bellas les iban a traer más clientes.
Comencé a alistarme, opté por llevar un maquillaje simple y "natural". Combiné el vestido y el blazer con unos tacones blancos y una cartera del mismo color que había adquirido dos días atrás.
Partimos al restaurante, el cual era muy lujoso. Era amplio y contenía un patio trasero con barras de tragos y una vista preciosa al mar.
Tomamos asiento en una mesa redonda con 6 sillas cerca de la entrada, lejos de la vista que tanto me había cautivado. Al cabo de unos pocos minutos, mi padre me comunica que deje el teléfono, la familia ya había llegado.
Levanté mi vista y lo que vi me agarró completamente desprevenida, se trataba de Rebecca con su madre y su... ¿padre?
Me levanté imitando el acto de mis padres para saludar, la cercanía con la rubia parecía atentar con toda seguridad que había construido, pero necesitaba que esto salga bien, de lo contrario mis progenitores me matarían.
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Cuando nadie ve
RomanceMatilde Campbell es enviada por sus padres y en contra de su voluntad a un internado. Dejando su antigua vida y vínculos en el pasado. Allí conoce a quienes serán sus nuevos amigos e intereses amorosos, pero uno de ellos se destaca; el que sucede cu...