- Buenos días - le dije a Josh que, al igual que yo, había llegado antes de tiempo a clases, sorprendente de ambas partes lo sé.
- Buenos días pecas, que buen humor te traes - reí y asentí.
Por alguna razón había despertado con ganas de vivir, raro pero se aprecia y pretendo aprovecharlo. Hoy es jueves y tengo clases de pintura, lo cual me emociona, pero me emociona aún más el verla a ella.
Durante este par de días nos hemos cruzado varías veces y hemos llegado a hablar, sobre cosas triviales, pero hemos hablado.
Comenzaron las clases y me dediqué a prestar atención lo más posible. Junio, el mes de pruebas importantes, estaba cerca y pretendía salvar todas las asignaturas.
Llegó el primer receso y nos dirigimos a la cafetería, esperando a las chicas, como todos los días.
- Mira quien anda ahí - dice Anna sarcástica mirando en dirección a un chico.
- Cállate que te va a escuchar - dijo Clara intentando disimular.
- No puedo creer que te guste ese - le dice Josh.
- ¡Silencio! - dijo enojada la morena, temía ser descubierta, causándonos así una audible carcajada a todos y sus mejillas se tornaron rojas.
- ¿De qué me perdí? si hace dos días te gustaba otro - dije confundida.
- Si, pero me aburrió - la simpleza con la que respondió volvió a causar una carcajada en todos.
- Mejor no riamos tanto que el trío diabólico nos está mirando - dice Anna mirando en mi dirección.
Quise girarme pero solo causaría sospecha a mis amigos. Continuamos hablando durante unos minutos hasta que era hora de volver a clases.
- Oye - capta mi atención Josh - ¿irás con nosotros? - había olvidado mencionar que este fin de semana es el cumpleaños de Clara, la cual nos invitó a pasar el fin de semana con ella y su familia en la playa.
- No lo sé aún - me miró algo triste por mi respuesta, llevaba bastante insistiéndome, pero es que no decido que hacer.
Son mis amigos y me gusta compartir con ellos, sin embargo me da miedo agobiarme.
En un momento me entraron ganas de ir al baño así que luego de que el profesor me diera el permiso, me dirigí a los baños.
Abrí la puerta y para mi suerte no había nadie, entré a uno de los cubículos, salí y lavé mis manos. Mientras agarraba papel para secarlas, la puerta se abrió dejando ver a esa profesora que me quita el aliento.
Lavó sus manos y comenzó a retocarse el labial, aun sin notar mi presencia. Me acerqué a ella hasta que por el reflejo del espejo su mirada se posó en mi y sonrió.
- Hola - sonreí avergonzada.
- ¿Qué haces aquí? deberías estar en clase - vaya saludo.
- ¿Acaso no puedo venir al baño?
- No - dijo sarcástica causándome una pequeña risa.
- Hasta luego - dije luego de unos segundos, ya era hora de volver, aunque muy en contra de mi voluntad.
- Espera - me giré - luego de tu clase de pintura, espérame allí que tengo algo para darte.
- ¿El qué? - pregunté emocionada.
- Ya te enterarás - dijo y haciendo un ademán con la mano indicó que siga mi camino.
Volví al aula de clases con los nervios y emoción a flor de piel, aunque disimulando lo más que se puede para que Josh no lo note.
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Cuando nadie ve
RomanceMatilde Campbell es enviada por sus padres y en contra de su voluntad a un internado. Dejando su antigua vida y vínculos en el pasado. Allí conoce a quienes serán sus nuevos amigos e intereses amorosos, pero uno de ellos se destaca; el que sucede cu...