𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟴.

2.1K 113 1
                                    

⏝ ꦿ

⏝ ꦿ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⏝ ꦿ

— ¡¿𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐢́𝐚, 𝐝𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬?!

— Perdón, perdón, perdón, estaba dando una vuelta por el circuito. — Me disculpé abrazando a Brina nada más llegué a ellos, saludando a Lando con una pequeña sonrisa. — He tardado lo mío porque me he distraído, lo siento.

— Estaba apuntito de llamarte. Me tenías preocupada.

— Lo corroboro, ha estado a esto de pedirme que fuéramos a donde las acreditaciones de nuevo para ver si seguías allí.

— Uy no, no, me fui hace un rato, y menos mal.

— ¿Ha sido complicado solucionar lo del nombre? — Preguntó Lando, a lo que yo negué.

—- Ya te puedo decir yo que complicado no era, lo que pasa es que el tío no sabía lo que hacía. Además, me ha pedido que me sacara una foto para ponerlo todo bien en la que salgo cual fantasma. — Les tendí la acreditación para que vieran la foto y resoplé. — Venir de blanco no ha sido buena idea.

— Pues no, pero estás monísima, Eli.

— Lo está, sí, sí.

— Pero bueno chicos, que me vais a hacer sonrojar. — Les dije llevándome ambas manos a las mejillas.

— Y mira que eso no es fácil.

— ¿A no?

— Nop. — Le miré a Bri sabiendo lo que estaba a punto de soltar. Quería matarla. — Solo hay una persona que pueda sonrojarla a conciencia en la vida, y esa es...

— ¿Leclerc?

— ¡No! — Exclamé apurada, más sabiendo que estaba rodeada de gente que trabajaba en su entorno. — Que me va a hacer sonrojar él, ¿estáis locos? ¿Cómo me va a hacer sonrojar una persona que no conozco?

— Como te digo Eli que eso no ha sonado muy convincente.

— Pero Lando, créeme.

— Te hice sonrojar yo en su día, lo siento, pero nop.

— Que gran mentira.

Lo que acababa de soltar era, en efecto, una mentira igual de grande que una catedral, pero bastante vergonzoso era admitir ya que una persona que no conocía... o bueno, conocía a medias a esas alturas de la vida, podía hacer que me sonrojara. Aunque tampoco podía culparme, se trataba de Leclerc, mi crush desde que tenía veinte años.

Habían pasado unos añitos ya.

— ¿Eli vamos entonces? — Escuchar a mi amiga hablar me sacó de mis pensamientos, haciendo que asintiera sin tan si quiera tener idea de a que había aceptado.

HEARTBREAK GIRL ; charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora