𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟮𝟳.

1.5K 99 22
                                    

⏝ ꦿ

⏝ ꦿ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⏝ ꦿ

》𝟏𝟖 𝐘 𝟏𝟗 𝐃𝐄 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟐𝟐, 𝐀𝐁𝐔 𝐃𝐀𝐁𝐈

───── ❁ ❁ ─────

𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐦𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐮𝐬𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐞𝐧 el paddock de Abu Dabi sin que Charles lo supiera, no me planteé, ni de lejos, lo difícil que me iba a resultar escabullirme de él. Y no porque fuera a estar pendiente de quien entraba o salía del box de Ferrari, sino por lo mucho que hablábamos y lo raro que le resultaría no tener mensajes míos, al menos, en cinco horas, siendo esa mi mayor preocupación cuando pisé Dubai esa misma madrugada.

Me llevó tres días organizar todo el viaje. TRES. La razón principal se debió a que Binotto no respondía los mensajes que le enviaba.

Si os preguntáis que como coño conseguí el número de Mattia los créditos debo dárselos a Carlos. Debía tener a alguien de dentro de Ferrari compinchado conmigo para que la sorpresa no resultara ser un total fracaso, y el español fue el elegido en esta ocasión. No se negó en absoluto en darme el número de Binotto, pero sí me avisó de que, a lo mejor, tardaba en contestarme a los mensajes.

Lo acepté. Pero me hizo esperar los tres días para obtener su permiso de infiltrarme en Ferrari como una más, LOS TRES DÍAS, a falta de cuarenta y ocho horas de volvar hacia Dubai. Fue un completo estrés, no se lo recomiendo a nadie. Y no dudé en hacérselo ver una vez llegué al paddock la mañana del viernes.

Había calculado expresamente los tiempos de Charles, con la ayuda de Carlos y Binotto, cosa aún sorprendente para mi persona, para no coincidir con él, por lo que, gracias a eso, me paseé por el box como Pedro por su casa.

Podría haberme esperado a que Mattia se terminara el café mañanero, pero ni me molesté. Nada más ver su puerta entreabierta la toqué, captando su atención.

— Mattia, perdona, ¿te pillo ocupado? — Pregunté asomándome.

Su ceja se alzó, supongo que no viéndose venir que me plantara el mismo día que había aterrizado en Dubai, en el paddock. Pero tenía una buena razón para haberlo hecho, y esa era que había dormido en el avión como un bebé, por lo que no tenía nada de sueño. Estaba como una rosa.

Reinó el silencio unos segundos, haciendo incómoda mi presencia, pero, francamente, me dio igual. Yo de allí no me iba sin cruzar palabra con él.

— Siempre estoy ocupado, y para usted más.

— Oh vamos, ¿va a seguir tratándome de usted? — Cuestioné con un resoplido.

— ¿Es que acaso esta vez me deja tratarla de tú?

HEARTBREAK GIRL ; charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora