¿Y si os dijera que todo empezó por una simple y absurda pizza? Sí, sí, tal y como lo leéis, por una simple y absurda pizza. ¿Fascinante verdad? Pues lo cierto es que a mi no me lo pareció tanto, al menos en su momento no me lo pareció... Oh, a quie...
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⏝ ꦿ
》𝟏𝟑 𝐃𝐄 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟐𝟐, 𝐁𝐑𝐀𝐒𝐈𝐋
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𝐄𝐜𝐡𝐞́ 𝐮𝐧 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚𝐳𝐨 𝐚 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐛𝐚 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐲 𝐦𝐞 la colgué en el cuello. Era el día de la carrera y estaba en el paddock, muy pronto si me lo preguntáis. La noche anterior no había demorado mucho en irme a dormir, el cansancio acumulado pudo conmigo. Incluso Charles se fue pronto tras terminar de ver Enredados. Le obligué, no me escondo, pero quería verla, era mi capricho y mi película de confort.
Por eso, me encontraba junto a Lando y Sabrina, a las nueve y media de la mañana, recorriendo las calles donde se encontraban los boxes. Charles me había ofrecido ver la carrera desde Ferrari, así que cuando la parejita del momento se desvió para Mclaren, yo seguí caminando hasta llegar al box rojo.
Al ser nuevo para mí, decidí recorrérmelo un poquito, claro está con el permiso de los mandamases. No se diferenciaba mucho al de Mclaren, tan solo en los colores. Aunque si era cierto que algunas habitaciones eran más grandes que las de la escudería naranja.
Lo que más me gustó sin duda fue la terraza, más que nada porque estaba mucho mejor situada que la de Mclaren y las vistas que se veían desde allí eran espectaculares. Tenía la mejor parte del circuito delante de mis narices, y aunque no sabía aún si vería la carrera ahí, si que me tiré parte de la mañana en la terraza, terminando un par de trabajos de la universidad que aún tenía pendientes.
No estuve sola, en la mesa que se encontraba situada a mi lado había una chica rubia. Me había limitado a saludarla, y no por la vergüenza, sino porque estaba trabajando al igual que yo. Sabía que se trataba de la novia de Carlos, así que, cuando vi de reojo que bajó la tapa de su portátil me levanté y me acerqué a ella.
— Hola. — Le dije con una sonrisa. — Perdona que te moleste, pero ¿eres Isa?
— Oh, sí, esa soy yo. — Me contestó de igual forma incorporándose. — Encantada.
— Eliane. — Me presenté. No fui a darle dos besos, pero su gesto corporal me dio pie a ello, y yo no me iba a negar. Hubiera quedado feo.
— ¿Te conozco de algo? Porque me suenas mucho.
—Pues no lo sé. ¿Estuviste ayer en el box? — Pregunté.
— Oh sí, ayer estuve, a lo mejor te vi de refilón... es que me suenas mucho.
— Estuve, sí, Charles me invitó a venir. — No era del todo mentira.
