⏝ ꦿ
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ꗃ Disclaimer: Parte del capítulo que vais a leer a continuación menciona el trastorno de ansiedad generalizada. Pido comprensión ya que es un tema serio y que no se debe tomar a la ligera. Me he informado previamente antes de escribir sobre ello ya que mi objetivo no es ofender a nadie que pueda padecerla.
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𝐎𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧. 𝐄𝐬𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐚, 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐦𝐚́𝐬 𝐲 𝐦𝐚́𝐬, 𝐚 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 que pasaba estando frente a esa mesa, frente a ese archivador y esa foto mía de niña. Opresión en el pecho, pesadez, confusión y ansiedad. Sobre todo lo último. Y no era buena señal.
Intenté controlarme, hacer acopio de todos los sentidos que aún quedaban activos en mi interior para no empezar a hiperventilar, y lo hubiera logrado de no ser por qué la mano de Phillippe Bianchi, de mí tío, se posó en mi hombro.
Mis ojos conectaron con los suyos. Y sucedió. Entré en pánico.
Mi cuerpo se descontroló. Comencé a sentir un tamborileo continuo en mi cabeza. Mi respiración se volvió irregular, y mis ojos se cristalizaron.
El horror y la sorpresa se podían ver en mi rostro.
Retrocedí.
Me zafé de todo agarre y cercanía de las personas de la estancia posibles. No quería ver a nadie, ni si quiera a Charles, que me observaba preocupado y con cierto agobio y arrepentimiento.
Volví a dar otro paso más, mi cabeza moviéndose de un lado a otro en una negativa.
¿Por qué tenía que ser ahora? ¿Por qué cuando era feliz llegaba algo que hacía que todo se fuera a la mierda? ¿Por qué en San Marino? ¿Y por qué a mí?
Di un paso más, esta vez soltando un sollozo. Volví a negar.
No tendría que haber puesto un solo pie en esa casa ni en Italia. Tendría que haberme quedado en Mónaco, estudiando y buscando mis prácticas. Tendría que haberle hecho caso a mi padre, por mucho que no me gustara admitirlo.
No tendría que haber vuelto a San Marino.
No debería de haber insistido.
Llevé una mano a mis labios. Sentí el brazo de Charles alargarse hacia mí, pero me alejé, siendo ese el detonante de que girara sobre mis propios pies y saliera disparada hacia arriba, queriendo estar sola.
Me costó subir las escaleras, necesitando apoyarme en la barandilla para poder llegar al baño. Una de mis manos se aferró con fuerza a la madera, la otra, en cambio, se cerró entorno a mi jersey. Mis nudillos quedaron blancos de la fuerza que estaba ejerciendo.
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HEARTBREAK GIRL ; charles leclerc
Fanfiction¿Y si os dijera que todo empezó por una simple y absurda pizza? Sí, sí, tal y como lo leéis, por una simple y absurda pizza. ¿Fascinante verdad? Pues lo cierto es que a mi no me lo pareció tanto, al menos en su momento no me lo pareció... Oh, a quie...