𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟮𝟬.

1.4K 97 10
                                    

⏝ ꦿ

⏝ ꦿ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⏝ ꦿ

— 𝐄𝐥𝐢𝐚𝐧𝐞.

Me acerqué a ella para tenderle la mano y presentarme como era debido, pero la madre de los Leclerc decidió que era mucho mejor darme dos besos. Los recibí con gusto, pero eso no quitó que no me sintiera aún avergonzada por lo ocurrido. Además, seguía llena de harina, lo cual hacía la situación el triple de peor.

— ¿Eliane? — Repitió mi nombre y yo miré de reojo a Charles, que se encontraba tras su madre intentando quitarse lo blanco de encima. Algo que no llegué a entender por el hecho de que, si estaban limpiando la cocina, así la iba a manchar más. ¿Pero quién era yo para poner en duda su lógica?

— Sí, aunque todos me llaman Eli. — Le contesté con una pequeña sonrisa.

— No me suena haber escuchado tu nombre antes, ¿eres amiga de Charles?

— Eso es porque no te he hablado de ella, mamá. — Explicó el mencionado poniéndose a su lado. — Nos conocimos hace un mes.

— Oh, ahora entiendo todo.

Qué entendía era todo un misterio para mí, pero decidí que era mejor no preguntárselo y quedarme con la duda. Cuanto menos hablase con Pascale, menos mal trago pasaría. Porque sí, la mujer era todo un encanto, pero no me apetecía, en absoluto, entablar una conversación con ella, no en esa tesitura.

— Siento mucho que haya tenido que recoger el desastre que he...

— Hemos. — Me cortó Charles.

— Hemos hecho. — Puntualicé levantando un poquito una de mis comisuras. — No era mi intención.

— Oh, no te preocupes por eso, cielo. Aunque me ha extrañado encontraros en la cocina de ese modo. Es la primera vez que veo a Charles llevando el ser un desastre a niveles extremos.

Que se riera por ello logró que me sonrojara hasta la punta de mis orejas.

— Ya bueno... suelo ser un poco mala influencia... — Contesté.

— Eso no es verdad. — Me rebatió el castaño. — Tan solo eres un poco desastre y torpe.

— Como si eso fuera poco, Charles.

— A ver, no es poco, pero ¿podría ser peor?

Con la duda en mi mirada negué un poquito. No sabía como eso podía resultar peor de lo que ya era, pero ni pregunté.

— Prometo que no volverá a pasar. Y por favor, no siga recogiendo más. — Pedí agarrando la escoba para poder ponerme con la tarea que había dejado pendiente. Pero no me dejó.

— Ah no, no, primero vete a duchar y luego ya nos ayudarás.

— P-pero Pascale, no quiero que...

— No es no, así que ale, a ducharte. Charles, déjale algo de ropa, no va a ponerse la que tiene, está hecha un desastre.

HEARTBREAK GIRL ; charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora