¿Y si os dijera que todo empezó por una simple y absurda pizza? Sí, sí, tal y como lo leéis, por una simple y absurda pizza. ¿Fascinante verdad? Pues lo cierto es que a mi no me lo pareció tanto, al menos en su momento no me lo pareció... Oh, a quie...
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⏝ ꦿ
𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐥𝐚𝐛𝐢𝐨𝐬 𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐬𝐨𝐬 𝐜𝐞𝐧𝐭𝐢́𝐦𝐞𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐢́𝐨𝐬, 𝐬𝐮 𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨 𝐞𝐧 𝐦𝐢 cintura y la sonrisa de su rostro mediante sus ojos, esos que cada segundo que pasaba se iban achicando más y más.
Me hizo plantearme si algo de lo sucedido en los últimos minutos le había avergonzado. Y no tardé nada en descubrirlo.
De forma totalmente inesperada Charles acabó escondiendo su rostro en la curvatura de mi cuello. Y yo no pude hacer otra cosa más que soltar una genuina risa mientras, mi mano en su nuca, comenzaba a dejarle pequeñas caricias.
Si alguien entraba en el baño y nos descubría tal que así se plantearía si estábamos bien de la cabeza. Mi respuesta, en ese caso, sería una afirmativa. Le diría que no estábamos locos, tan solo felices. Y yo, además, sumamente divertida. Porque no lo voy a negar. Hasta cierto punto había sido divertido ver como Charles se dejaba en evidencia ante Max. Lo más probable fuera que el neerlandés no recordara nada de ello al día siguiente, y, sinceramemte, lo agradecía. Me gustaba la idea de que ese momento se quedara únicamente entre el monegasco y yo.
— ¿Todo bien? — Murmuré.
Logré que volviera a una postura normal y corriente, pero no que se separara de mí. Y menos mal, porque aún no quería sentir la falta de su contacto.
— ¿De verdad acabo de besarte? — Me preguntó.
— Ajá.
— ¿Estás...?
— ¿Enfadada? ¿Disgustada? No. — Le aseguré. — Más bien encantada y sorprendida, no esperaba que tus celos pudieran llegar hasta tal punto.
— Ya somos dos. No puedo creer que me haya puesto celoso de un borracho.
— Yo tampoco, y más cuando te he repetido por activa y por pasiva que no besaría a Max ni loca. Pero, ha sido divertido, no pensé dar con esta faceta tuya tan pronto.
— ¿Tan pronto? ¿Esperabas dar con ella?
— ¿Puede?
— No suelo ser muy celoso, con Charlotte no lo fui mucho, con Giada sí, pero porque fue mi primera relación, pero tú... Desde luego que esto no me lo esperaba. — Confesó.
Le sonreí, y aprovechando el momento que acabábamos de compartir, volví a elevarme sobre la punta de mis dedos y le dejé un pequeño pico en los labios.
— No me importa que te pongas celoso siempre y cuando sepas controlarte y sean celos de los buenos.
— Como vuelvas a besarme sí que no voy a saber controlarme.
