No tardé mucho tiempo en darme cuenta que nunca iba a ser un personaje principal, estaba destinada a ser solo un extra en la historia de alguien más, sin historia de amor ni desarrollo de personaje, simplemente un estorbo más o en cualquier caso una...
Supongo que estaba acostumbrada a que mi vida fuera un constante pedazo de nada, nada encajaba por completo, pero tampoco había nada completamente fuera de lugar, no era la chica más atractiva de mi instituto, pero tampoco la que tuviera menos gracia, mi inteligencia y notas estaban por el promedio al igual que mi estrato social, tenía unos cuantos amigos aunque ninguno lo suficientemente cercano.
Por ello cuando uno de los chicos más atractivos, listos, populares y de buena familia que habían en la escuela se acercó a mí pensé que estaba sufriendo problemas mentales pero era aún peor: Yo, quien nunca se había visto involucrada en nada interesante de repente era el extra en una ridícula historia de amor cliché. Tenía que admitir que fue entretenido hasta cierto punto, todas alguna vez quisimos estar dentro de una de las historias que leíamos en los libros ¿Si no cuál era el punto de leer tales historias de amor? Todo eso fue entretenido hasta que yo misma empecé a hacer parte de aquella historia.
La línea se desdibujo y ya no estaba segura de si seguía siendo un simple extra o si me había convertido en un personaje principal
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