-Eres una loca desquiciada, que lo sepas.-dijo mientras se acostaba a mi lado. Yo aún seguía riéndome.
Me aparté una lagrima del ojo - ¿Sabes qué?
-¿Qué? - respondió.
-Mec. - y volví a estallar de la risa.
-Ya me he hartado. - y dicho esto, me cogió como si tuviese peso pluma y me alzó a los aires.
Sus manos estaban debajo de mis brazos, sujetándome como si fuese un bebé. Mis pies no tocaban el suelo. Su mirada no era de enfado, todo lo contrario.
-Vaya, tienes fuerza. - dije mientras tocaba sus enormes brazos como pude. Perfectamente podía pegarle un empujón y tirarle al suelo, pero no iba a hacer eso.
-Más de lo que crees. - me guiñó un ojo y sonreí.
<Si tu supieses.> pensé.
Acerqué mis piernas a su cintura y me agarré a él cual koala. Mis brazos me lo agradecieron, ya que me estaban comenzando a doler por la incómoda posición.
Ahora mis manos se posicionaron detrás de su cuello. Por otro lado, las suyas moldeaban mi trasero de una forma agradable. Acercó su rostro al mío, y miró mis labios. Pensé que me iba a besar, pero no fue así. Acercó su boca a mi cuello y comenzó a darme pequeños mordisquitos.
Mi piel se erizó y empecé a suspirar fuertemente. Tenía ganas de besarle esa zona a él también, pero no podía. Mi instinto no le dejaría con vida si hiciese eso.
Intenté controlarme de todas las maneras posibles, pero fue imposible. Sus manos me acariciaban toda la espalda y trasero sujetándome con fuerza, mientras besaba mi cuello sensualmente. Acerqué su rostro más hacia mi, quería sentirle más, quería tenerle más cerca.
De repente comenzó a caminar, y me sentó en el lavabo del cuarto de baño. Ahora sus manos recorrían mi espalda libremente, mientras yo seguía suspirando, convirtiéndose mas bien en gemidos.
-Me vuelves loco. - gimió Edward en mi cuello.
No pude contestar, ya que mis labios se juntaron bruscamente contra los suyos. Nuestras lenguas morían por tocarse, y cuando lo hicieron fue la explosión de placer más grande de toda la noche. Me besaba con lujuria y pasión, con necesidad. Mucha necesidad.
No aguanté más y agarré sus pantalones fuertemente atrayéndole más a mi, de manera que nuestros cuerpos hacían fricción uno con el otro.
Mis piernas jamás se despegaron de él, y lo agradecí cuando empecé a notar algo caliente y duro frotándose contra mi.
El corazón me latía muy rápido, y la sangre me hervía. Mis uñas comenzaron a hacer de las suyas en la espalda de Edward, y mis ojos palpitaban a más no poder.
Tenía que parar, pero no podía. Edward me estaba llevando más allá de mis límites, y podía lamentarlo. Pero ahora sólo me importaba sentirle a él y a sus caricias. Quería sentir su polla dentro de mi por primera vez.
El calor de la sala invadía cada poro de nuestros cuerpos, y cuando el sudor se hizo de notar, comenzamos a desvestirnos sin problema. Me quité la camiseta fina que llevaba y quedé sólo con el sujetador blanco junto con los suaves pantalones de seda. Edward hizo lo mismo hasta quedarse sólo en unos bóxers rosas bastante graciosos.
No pude evitar reírme al verlos, aunque eran jodidamente calientes cubriendo su masculinidad.
-Bonitos bóxers, pero creo que estás mejor sin ellos, ¿no crees? - dije entre jadeos. Mis labios no dejaban los suyos en ningún momento.

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Schäger. ©
VampireEnamorarme de ti o entregarte la capacidad de destruirme, como quieras llamarlo. ➸ vampiros. 3 febrero 2015: #72 in vampiros. 18 julio 2015: #152 in vampiros. 5 septiembre 2015: #465 in vampiros. 6 noviembre 2015: #752 in vampiros. 7 noviembre 2015...